El jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, insistió el viernes en la necesidad de poner fin a los enfrentamientos entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza y ha calificado de “inaceptable” la situación de los civiles en la región tras el fin de la tregua iniciada el pasado 24 de noviembre.
Griffiths subrayó que, “casi dos meses después de (el inicio de) los combates, los niños, mujeres y hombres de Gaza están aterrorizados”, “no tienen ningún lugar seguro adonde ir” y cuentan con “muy poco con qué sobrevivir”.
“Viven rodeados de enfermedad, destrucción y muerte. Esto es inaceptable”, condenó el representante de Naciones Unidas, que ha insistido nuevamente en la necesidad de un alto el fuego humanitario, de “mantener -y aprovechar- los avances en la prestación de ayuda”, proteger “a los civiles y a la infraestructura de la que dependen para sustentar la vida”, liberar a los rehenes restantes “de forma inmediata e incondicional”.
En este sentido, Griffiths destacó que la tregua vigente durante la última semana “ha ofrecido una idea de lo que puede suceder cuando las armas callan” y que , por el contrario, “la situación actual en Jan Yunis es un impactaste recordatorio de lo que sucede cuando no lo hacen”.
“Durante los últimos siete días, se han liberado rehenes, se han reunido familias y más pacientes han recibido atención médica. El volumen de ayuda hacia Gaza y a través de ella ha aumentado. Y, aunque apenas ha arañado la superficie de lo que la gente necesita, ha permitido a las agencias de ayuda proporcionar algunos suministros básicos, llegar a zonas que han estado aisladas durante semanas y ofrecer algo de respiro a familias profundamente traumatizadas”, celebró el responsable de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.
Sin embargo, lamentó, “las esperanzas se han desvanecido” en tanto que, “en cuestión de horas, decenas de personas han resultado muertas y heridas” el viernes tras el fin del alto el fuego temporal entre las partes.
La tregua, pactada con la mediación de Qatar y Egipto, entró en vigor el 24 de noviembre con una duración de cuatro días, si bien fue prorrogada dos veces por un total de tres días más. En esta ocasión, las partes no han logrado acordar una nueva extensión, mientras que Israel ha rechazado los llamamientos a favor de un alto el fuego.