El responsable de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, aseguró que una incursión terrestre israelí en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, podría conducir a una “masacre” y recordó que Israel “no puede seguir haciendo caso omiso” a los llamados de la comunidad internacional.

“Hoy vuelvo a hacer sonar la alarma: las operaciones militares en Rafah podrían llevar a una masacre en Gaza. También podrían dejar una operación humanitaria ya frágil en un punto muerto”, precisó Griffiths en un comunicado.

En este sentido, insistió que la comunidad internacional ya ha alertado sobre “las peligrosas consecuencias de cualquier invasión terrestre” en Rafá. “El Gobierno de Israel no puede seguir haciendo caso omiso de esos llamados”, agregó.

Griffiths explicó que más de la mitad de la población de Gaza se encuentra “hacinada” en Rafah “frente a la muerte”. “Tienen poco que comer, casi ningún acceso a atención médica, ningún lugar en donde dormir, ningún lugar seguro a donde ir”, denunció.

“Los trabajadores humanitarios han estado haciendo lo imposible para ayudar a las personas necesitadas a pesar de los riesgos que ellos mismos enfrentan y los traumas que soportan”, subrayó, afirmando que a ello se añaden “la desesperación generalizada”, el quebrantamiento de la ley y el orden, así como el desmantelamiento de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA.

De hecho, el comisionado de la UNWRA, Philippe Lazzarini, negó este mismo martes que sea factible trasladar a los cientos de miles de palestinos que están actualmente en la localidad de Rafah, en el sur de Gaza, ante una inminente ofensiva a “gran escala” de Israel.

Lazzarini, que participó este martes en reuniones en las oficinas de la ONU en Ginebra, advirtió de que “ya no hay ningún lugar seguro” en Rafah, donde la gente espera con “preocupación” y “miedo” las decisiones políticas que pueda adoptar el gobierno de Benjamin Netanyahu.