El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, vuela este jueves a Kenosha, foco de protestas contra el racismo y la brutalidad policial, donde conocerá a familiares de Jacob Blake, un joven afroestadounidense gravemente herido por la policía, al intensificar su campaña para las elecciones de noviembre.

En su primer viaje importante tras el confinamiento en su casa en Wilmington por el Covid-19, Biden llega a esta pequeña ciudad de Wisconsin, un estado clave para ganar la elección, tras una controvertida visita de su rival, el presidente Donald Trump, quien no ha dejado de atravesar el país insistiendo con su mensaje de “ley y orden”.

El candidato republicano no se quedará atrás el jueves por la noche, con un discurso previsto en la ciudad de Latrobe, Pennsylvania, otro estado fundamental en la contienda.

Marcada por la pandemia que se ha cobrado más de 180 mil vidas en Estados Unidos, una profunda crisis económica y una histórica oleada de ira contra el racismo, la campaña para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre combina factores sin precedentes.

Y si bien Biden aventaja al multimillonario republicano en las encuestas, se mantiene el suspenso por los puntajes más ajustados en los estados de voto pendular, que hacen y deshacen las victorias presidenciales en Estados Unidos al cambiar de un partido a otro.

Se espera que el exvicepresidente de Barack Obama se reúna alrededor de las 14.00 horas con la familia Blake.

“Curar las heridas”

El incidente reavivó las manifestaciones antirracistas y desató tres noches de disturbios en Kenosha, una ciudad de 100 mil habitantes a orillas del Lago Michigan.

“Debemos curar las heridas”, dijo el miércoles Biden, de 77 años, quien denuncia incansablemente el “racismo institucional” y rechaza la violencia.

Biden, de quien Trump, de 74 años, se burla implacablemente por su supuesta “falta de energía”, dio la señal el lunes de que adoptará un ritmo de campaña más sostenido con un discurso en Pittsburgh, Pensilvania.

Trump se le adelantó en Kenosha, pero no se reunió con los familiares de Blake, hospitalizado y paralizado de la cintura para abajo. Ni siquiera pronunció su nombre.

Presentándose como un defensor de la seguridad estadounidense frente a los demócratas “radicales”, el mandatario inspeccionó las ruinas de las tiendas incendiadas al margen de las protestas, agradeció a la policía y equiparó las manifestaciones violentas con el “terrorismo interno”.

La tensión en Kenosha alcanzó su punto máximo el 25 de agosto, cuando Kyle Rittenhouse, un adolescente de 17 años, disparó un rifle semiautomático contra tres manifestantes, matando a dos. Su arresto al día siguiente le devolvió una calma precaria.

Trump se negó a condenar las acciones de Rittenhouse, acusado de homicidio premeditado.

“Puramente política”

El candidato demócrata y su esposa, Jill Biden, harán otra parada en Wisconsin, que aún no se ha revelado.

Trump sorprendió en 2016 al ganar por poco este estado del Medio Oeste, donde su rival Hillary Clinton no había hecho campaña. Esta vez, todos miran atentamente a Wisconsin.

Conscientes de su importancia, los demócratas eligieron organizar allí, en la ciudad de Milwaukee, su convención nacional para lanzar formalmente la candidatura de Biden. Pero al final el cónclave debió hacerse completamente virtual debido a la pandemia.

Los demócratas de Wisconsin estaban muy preocupados por la ausencia de Biden, cuando se preparan para una movilización crucial el 3 de noviembre.

Trump, en tanto, dio un discurso al aire libre en Wisconsin justo cuando se desarrollaba la convención demócrata, y ha viajado a otros estados clave en las últimas semanas: Minnesota, Iowa, Arizona, New Hampshire y Carolina del Norte.

Su director de campaña bromeó sobre el aparente cambio de rumbo de Biden, quien había dicho que no debía hacer campaña para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

“Y luego las encuestas arrojaron porcentajes más ajustados” en estados clave, “nosotros sabemos que la motivación es puramente política”, dijo Bill Stepien a Fox News el jueves.

Biden dijo el miércoles que le gustaría salir más, y consideró que “un presidente tiene la responsabilidad de dar el ejemplo” respetando las medidas de contención.

En cualquier caso, su silenciosa campaña le ha dado frutos hasta ahora: el veterano de la política anunció el miércoles que recaudó 364,5 millones de dólares en agosto, un récord.