“No puedo votar para continuar con esta legislación”. Citando preocupaciones sobre el aumento de la deuda nacional, el aumento de la inflación y la propagación de la última variante del coronavirus, el senador demócrata Joe Manchin III declaró el domingo que no puede respaldar el proyecto social y ambiental de US$ 2,2 billones de su partido, asestando el último y quizás fatal golpe a la principal iniciativa de agenda doméstica del Presidente Joe Biden de cara a un año electoral y en un momento en que el estrecho control demócrata en el Congreso ya está en riesgo.
En entrevista con Fox News Sunday, el legislador demócrata por Virginia Occidental, un opositor centrista desde hace mucho tiempo, dijo que, luego de cinco meses y medio de negociaciones entre los demócratas en las que él fue el principal obstáculo de su partido para la aprobación, “no puedo votar para seguir adelante con este proyecto de ley. Simplemente no puedo. He intentado todo lo humanamente posible. No puedo llegar. Esto es un no”.
Llamado “Build Back Better” (“Reconstruir mejor”), el plan brindaría cientos de miles de millones de dólares para ayudar a millones de familias con hijos al extender un crédito fiscal por hijos más generoso, crear un sistema de preescolar gratuito e impulsar la ayuda a la atención infantil. Ofrece más de 500.000 millones de dólares en exenciones fiscales y gastos dirigidos a frenar las emisiones de carbono, que los expertos consideran la mayor inversión federal en la historia en el combate al cambio climático.
Otras disposiciones limitarían el incremento de precios de medicamentos por receta, crearían prestaciones para que personas inscritas en el sistema Medicare obtengan auxiliares de audición, e impulsaría la asistencia a los ancianos, la vivienda y la capacitación laboral. Prácticamente todo ello se pagaría con mayores impuestos a los más ricos y a las grandes corporaciones.
France Presse destacó que el legislador por el estado predominantemente republicano de Virginia Occidental, se convirtió en las últimas semanas en el principal obstáculo para el avance de este programa de reformas sociales y ecológicas. Asimismo, la agencia recordó que Manchin ha amasado una fortuna con los combustibles fósiles. Virginia Occidental es el segundo estado productor de carbón después de Wyoming, según datos del gobierno, y genera el 90% de su electricidad a partir de combustible. Expertos citados por el diario The New York Times dijeron que, sin las disposiciones climáticas del proyecto de ley, el calentamiento global empeoraría.
“Mis colegas demócratas en Washington están decididos a remodelar drásticamente nuestra sociedad de una manera que dejará a nuestro país aún más vulnerable a las amenazas que enfrentamos”, dijo Manchin en un comunicado publicado en Twitter. “No puedo correr ese riesgo con una deuda asombrosa de más de US$ 29 billones e impuestos inflacionarios que son reales y dañinos para todo trabajador estadounidense”.
La inflación interanual alcanzó un 6,8% en noviembre, la más alta que registra Estados Unidos desde junio de 1982, y según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el plan de Biden aumentará el déficit en US$ 367.000 millones en 10 años. Pero la Casa Blanca considera que la estimación no tiene en cuenta los posibles ahorros relacionados con los impuestos. En efecto, el mandatario dijo que el plan “reducirá el déficit en más de US$ 100.000 millones en 10 años” y que “disminuirá costos, creará empleos y reconstruirá la economía”.
En una respuesta inusualmente áspera para un senador cuyo voto es crucial, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, calificó las declaraciones de Manchin de “un cambio súbito e inexplicable en su posición” y de “una violación a sus compromisos” hechos a Biden y a los legisladores demócratas. Destacó que Manchin, cuyo estado es uno de los más pobres del país, “tendrá que explicar” por qué muchas familias tendrán que lidiar con mayores costos de salud y atención infantil que la medida pretende abordar.
Psaki señaló en un comunicado que Manchin le entregó “en persona” una propuesta por escrito a Biden el martes pasado, la cual era “del mismo tamaño y alcance” que un marco de trabajo para la iniciativa que los demócratas respaldaron en octubre, y que él acordó que continuaría con las negociaciones. “Seguiremos presionándolo para ver si cambiará de posición una vez más, para que honre sus compromisos previos y cumpla su palabra”, declaró la portavoz de la Casa Blanca.
El ala progresista del Partido Demócrata, según France Presse, está molesta por la atención que la Casa Blanca ha prodigado al moderado Manchin para convencerlo de que respalde el proyecto de ley. Tras una primera votación en la Cámara de Representantes, en noviembre, donde los demócratas superaron las disputas internas entre los centristas, preocupados por el efecto sobre la deuda, y la izquierda, que quería ir más allá en el gasto, la votación en el Senado se pospuso en los últimos días. Dado que el Senado está dividido (50 legisladores demócratas y 50 republicanos), cualquiera de los demócratas tiene de hecho lo que se asemeja a un veto sobre cualquier proyecto de ley si los republicanos cierran filas.
Así, el apoyo de Manchin es crucial en una cámara donde los demócratas tienen un margen de control estrecho y los republicanos están unidos en su oposición al proyecto de ley. Incluso si el senador respaldara el proyecto de ley, la Casa Blanca tendría que ganarse el apoyo de Kyrsten Sinema, una demócrata moderada que no se ha comprometido a respaldarlo, advierte Reuters.
Si el proyecto de ley se viene abajo, ello seguramente agravará las agrias divisiones ideológicas en el Partido Demócrata entre los progresistas y los moderados, destacó The Associated Press. Consultado por la cadena CNN sobre las declaraciones de Manchin, el senador Bernie Sanders, figura del ala izquierda del Partido Demócrata, acusó a su colega de Virginia Occidental de carecer de “agallas”.
Asimismo, pidió de todos modos una votación en el Senado “lo antes posible”. “Espero que llevemos un proyecto de ley sólido al Senado tan pronto como podamos y dejemos que Manchin explique a la gente de Virginia Occidental por qué no tiene las agallas para enfrentarse a poderosos intereses de las compañías farmacéuticas para reducir los precios de los medicamentos, por qué no está listo para extender la cobertura social”, dijo.
“Hemos estado tratando con Manchin durante meses”, señaló Sanders. “Si no tiene el coraje de hacer lo correcto por las familias de Virginia Occidental y Estados Unidos, que vote No ante el mundo entero”. En tanto, el senador republicano Ben Sasse dijo en un comunicado que “el megaproyecto de ley de gastos del Presidente Biden está muerto y Joe Manchin puso el clavo en el ataúd”.
Si bien Biden dijo la semana pasada que Manchin había reiterado “su apoyo al financiamiento” del plan, admitió que probablemente no se podrá aprobar el proyecto de ley tan rápido como esperaba tras las recientes y duras conversaciones que mantuvo con el senador, frustrando las esperanzas de una votación definitiva antes de fin de año. Sin embargo, mantuvo una nota de optimismo: “Creo que salvaremos nuestras diferencias y avanzaremos en el plan, incluso frente a la feroz oposición republicana”.
En ese sentido, el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuck Schumer, se comprometió ayer a votar el plan “Reconstruir mejor” de Biden a principios de 2022, pese a la oposición de Manchin.
“El Senado, de hecho, considerará la ley ‘Reconstruir mejor’ muy a principios del nuevo año para que cada miembro de este órgano tenga la oportunidad de dar a conocer su posición en el pleno del Senado, no sólo en la televisión”, escribió Schumer en una carta a sus colegas. “Vamos a votar sobre una versión revisada de la ley ‘Reconstruir mejor’, aprobada por la Cámara, y seguiremos votando sobre ella hasta que consigamos algo”, agregó.
Muchos demócratas han dicho que el plan es esencial para las posibilidades del partido en las elecciones intermedias del próximo año. Una votación obligaría a Manchin a dejar constancia pública de su objeción al proyecto de ley antes de las elecciones, en las que los demócratas buscan mantener el control del Senado y de la Cámara de Representantes.
La polémica por el apoyo a la ley “Reconstruir mejor” llega en un mal momento para Biden. El mandatario concluye su primer año en la Casa Blanca en mínimos del 41% de aprobación, según la última encuesta de NPR/PBS NewsHour/Marist. El 55% de los estadounidenses suspenden al actual inquilino de la Casa Blanca.
La lectura de esta encuesta para el equipo de Biden, señala Europa Press, es aún más preocupante debido a que su aprobación entre los votantes que se consideran independientes es de solo el 29%, muy lejos del 54% de apoyo entre los independientes que catapultó al demócrata a la Casa Blanca en las elecciones de 2020.
“Hay mucha incertidumbre: inflación, pandemia, y el lento avance de la agenda legislativa de Biden en el Congreso”, explicó el director del Instituto Marista de Opinión Pública de la Universidad Marista de Nueva York, Lee Miringoff. La inflación parece afectar más a los estadounidenses que la subida de las bolsas o la baja tasa de desempleo. “Le perjudica la falta de liderazgo, el cansancio por la pandemia y la preocupación por la inflación”, añadió Miringoff.