José Antonio Meade, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) va tercero en las encuestas, pero espera revertir el tablero de cara a las elecciones del 1 de julio. La apuesta es en grande, ya que Meade aspira a suceder a Enrique Peña Nieto para que el PRI permanezca en el poder. De lo contrario, el retorno del priísmo a México será breve, después de haber regresado a la presidencia de la mano de EPN en 2012, tras su reinado de 71 años (1929-2000).
De ascendencia irlandesa, Meade fue canciller y ministro de Hacienda de Peña Nieto, dos de los cargos más importantes en el gobierno mexicano. Pero también ocupó la cartera de Energía durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012). A fines del año pasado, rompió con la ortodoxia del PRI al convertirse en el primer candidato a la presidencia de México que no milita en la formación. En esta entrevista vía cuestionario con La Tercera, desmenuza sus propuestas y perspectivas de cara a los próximos comicios.
Usted va tercero en las encuestas, ¿cree que esto se deba al desgaste del actual gobierno de Peña Nieto y del PRI?
Vemos una tendencia positiva en la evolución de las encuestas que muestra que entre más gente me conoce, más personas me dan su confianza y su voto. La campaña todavía no empieza. Recordemos que quien punteaba en marzo en el 2000 perdió, quien punteaba en el 2006 perdió, y quien punteaba en el 2012 ganó, pero perdió 20 puntos. Un buen primer trimestre muchas veces presagia un mal segundo trimestre. Yo prefiero que me vaya bien en el segundo. Apenas comienza la campaña y estamos seguros que vamos a ganar la elección, en equipo y con entusiasmo, generando esperanza y poniendo mi experiencia, mis ideas y la capacidad de debatirlas para que no haya ninguna duda que la mejor alternativa de futuro, la alternativa que implica mayor estabilidad, mayor certidumbre y propuestas más serias para enfrentar los retos de México es la nuestra.
Uno de los temas que más preocupa a los mexicanos es la corrupción. ¿Cómo evalúa la gestión del Presidente Peña Nieto en este sentido? ¿Qué medidas tomará en este aspecto?
Por educación y por convicción, estoy contra toda forma de corrupción, en particular si ésta viene de quien debe servir a la sociedad. Mi trabajo explica lo que soy y lo que tengo, puedo acreditar de qué vivo y cómo lo he obtenido, y en ello nunca ha habido ninguna simulación. Para acabar con la impunidad, necesitamos construir instituciones. Esa es la vía responsable y viable en el largo plazo. Ni el perdón ni las ocurrencias para el aplauso fácil son la solución. Lo que México necesita es un Presidente que reconozca que el Ministerio Público está por arriba de él, que se sujete al arbitrio del Ministerio Público para que él mismo pueda ser llamado a cuentas. Yo propongo cortar el cordón umbilical entre el Ejecutivo y los agentes del Ministerio Público, dotarlos de total autonomía y empoderarlos para que, si como Presidente violo la ley, existan la certeza y las garantías de que me van a poder meter a la cárcel. También necesitamos un nuevo marco legal como el que presentamos hace unas semanas que permita recuperar lo robado y regresarlo a la sociedad, así como hacer obligatorio que los altos funcionarios certifiquen la evolución de su patrimonio para garantizar consistencia entre declaraciones fiscales, patrimoniales, el registro público de la propiedad y que su ingreso sea congruente con lo que gastan y cómo viven.
El Presidente Peña Nieto dijo en una entrevista que el combate a la violencia era un tema pendiente de su gestión. ¿Qué medidas a su juicio deberían tomarse en este tema?
Para combatir con éxito al crimen organizado se le debe pegar en donde más le duele, es decir, en las armas y en su financiamiento. La ciudadanía quiere que le quitemos el dinero a las organizaciones delincuenciales y que los criminales estén en la cárcel. No se puede entender cómo alguien quiera perdonar y dejar impunes a personas que han matado, violado y destrozado familias. Al crimen no se le escucha, se le enfrenta. La solución para ofrecer tranquilidad a las familias mexicanas es metiendo a los criminales a la cárcel, no sacándolos a las calles. Mi propuesta se sostiene en cinco puntos: Pegarle a la delincuencia donde le duele, las armas y el dinero. Capacitar a nuestras fuerzas policiacas y pagarles mejor. Dar igual castigo al que cometa el mismo delito. Los delincuentes no respetan fronteras entre Estados, la ley tampoco debe hacerlo por lo que para los delitos que más lastiman a la sociedad tenemos que definirlos igual, investigarlos igual y generar un espacio de mucha mejor eficacia en la persecución del delito. Tener una buena política de prevención y de inclusión. Elaborar un sistema integral de información que permita identificar y asegurar que los delincuentes enfrenten una debida sentencia.
El candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, va liderando los sondeos, captando los votos de los jóvenes y el descontento con el PAN y el PRI. ¿Cómo cree que puede superarlo de aquí hasta las elecciones? ¿Cuál será la estrategia?
Estoy cierto que le voy a ganar a López Obrador porque hay una diferencia fundamental. En su caso hay hambre de poder y en mi caso hay ánimo de servir y de construir. Vamos a ganar con una estrategia de contraste porque son dos modelos y dos visiones de país muy diferentes. Nuestra visión de país busca construir unidad, paz, tranquilidad, debate y contraste de ideas. Esa visión difiere de manera dramática con quien quiere dividir, denostar y convocar a la violencia. Tengan toda la seguridad de que juntos vamos a ganar, porque tenemos una coalición fuerte, y unida; vamos a ganar porque tenemos las mejores propuestas y porque nos mueve el amor a México, vamos a ganar porque México merece ir adelante.
Usted ha dicho que el estilo de vida del candidato Anaya no va acorde con sus ingresos. ¿Considera que tienen sustento las acusaciones de supuesto lavado de dinero? ¿Por qué?
Es verdaderamente grave que en el proceso electoral se dé cabida a un candidato a la Presidencia de la República bajo sospecha de formar parte de una red de tráfico de influencias y lavado de dinero. Por el bien del proceso electoral y del país, la Procuraduría General de la República debe investigar, sin filias ni fobias, de manera inmediata y completa, las debidas responsabilidades en este grave caso. Yo he sido ya cinco veces secretario de Estado, mi patrimonio es público y por 20 años he entregado declaraciones patrimoniales. No tengo plantas industriales, no tengo fundaciones que hacen negocios inmobiliarios, no tengo 62 viajes al extranjero para hacer visitas de ninguna índole. Cada quien tiene que hacerse cargo de sus decisiones. Cuando la gente hace negocios desde el gobierno tiene que estar dispuesto a rendir cuentas sobre esos negocios. Nadie puede dejar de explicar de qué ha vivido; ningún candidato puede usar la contienda para lavar sus culpas y su dinero. No hay cortina de humo que valga. El que la hace, debe pagarla.