Con la misión de dar seguimiento a Chile después de su participación en la cumbre UE-Celac celebrada en Bruselas en julio pasado, al jefe de la oficina de Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), el español José Ignacio Torreblanca, las repercusiones del ataque de Hamas a Israel lo sorprendieron en Santiago.

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid, Torreblanca es un activo colaborador en medios españoles. Tras desempeñarse como director editorial del diario El País, donde también escribió una columna semanal en la Sección Internacional y un blog, actualmente tiene espacios en el diario El Mundo, RTVE y RNE (Radio Nacional de España).

En medio de su agenda en Chile, Torreblanca conversó con La Tercera sobre el impacto del letal ataque de Hamas, la repuesta militar de Israel y los efectos del conflicto en Medio Oriente en la geopolítica global.

A su juicio, ¿cuál es la apuesta de Hamas al perpetrar este ataque contra Israel? ¿Por qué ahora?

El porqué ahora parece relativamente claro. Desde los Acuerdos de Abraham, la causa palestina ha ido siendo marginada progresivamente. Como se ha visto, no es una agenda solo de Trump, sino que la administración Biden ha seguido por ese camino de la política exterior estadounidense de apoyar a Israel y, a su vez, intentar reconciliarlo con otros vecinos. El acuerdo con Arabia Saudita parece que estaba bastante maduro, que además incluía una semi-garantía de seguridad con respecto a Irán, y era muy dudoso que ese acuerdo fuera a requerir contrapartidas fuertes por parte de Israel respecto a la causa palestina. Entonces es muy trágico ver que todos los grandes acuerdos en la región, entre Israel y otros Estados se hacen a costa de los palestinos.

Pero dicho eso, ojalá se pudiera pensar que hay una estrategia de Hamas en el hecho de utilizar esta ofensiva militar para llevar a una negociación donde la causa palestina avance. Yo creo que lo que se ha demostrado estos días es que ahora mismo hay una radical incompatibilidad entre Hamas y la causa palestina. Es decir, el daño de estos asesinatos indiscriminados es la expresión de un fanatismo religioso que hace ejemplificar lo que es Hamas, como Irán, o sea, muerte a Israel.

José Ignacio Torreblanca, durante la entrevista con La Tercera. Foto: Mario Téllez

Es decir, la disfuncionalidad de esa supuesta representación que hace Hamas de la causa palestina va a llevar mucho más sufrimiento, desde luego, a los gazatíes, y lo estamos viendo, que van a pagar un precio muy elevado por esta operación. Y va a dañar la imagen de la causa palestina, que seguirá siendo justa y ajustada a derecho, y gozará de mucha simpatía y de mucha empatía como causa, pero si los que se reclaman interlocutores de esa causa son Hamas y sus aliados, esa causa no va a avanzar en ningún milímetro, porque nadie va a invertir capital político en desgastarse para darle nada a Hamas que suene a un premio. Al revés, yo creo que Hamas lo que ha querido hacer es reventar completamente ese acuerdo, jugar, como hemos visto, con la emocionalidad de la causa en todo el mundo musulmán.

¿Y cuánta responsabilidad tiene el gobierno israelí al no haber enfrentado de manera más categórica la amenaza de Hamas?

Hay debate sobre los errores de la política israelí, que son muchos, y que se han puesto encima de la mesa. Es decir, se ha visto que la apuesta de Netanyahu por ignorar a los palestinos, con el muro más la Cúpula de Hierro, había dado a Israel una sensación de seguridad, por la cual pensaban que podían vivir en un régimen, en una economía vibrante, en una democracia que sigue siendo vibrante, con todos los problemas, y que podías gozar de ese estatus privilegiado de aliado estratégico de Estados Unidos, de paz y seguridad, y al otro lado de tu frontera, tener prácticamente una prisión a cielo abierto de un millón y medio de personas.

Y el error de la desconexión ha quedado manifiesto, porque no han podido confinar el problema, sino que han generado un incentivo para que Hamas dedique todos sus días a ninguna otra cuestión que no sea intentar romper ese cerco y hacer el máximo daño real, con la ayuda de Irán o no, ya veremos, y con un Hamas reforzado aún más, radicalizado aún más.

Desgraciadamente, todos los errores que ha cometido Netanyahu nadie los va a poner en la mesa ahora mismo. Porque la guerra llama a la guerra y no, desde luego, a abrir un proceso de reflexión sobre qué es lo que hemos hecho mal.

Soldados israelíes se reúnen junto a un tanque cerca de la frontera de Israel con la Franja de Gaza, en el sur de Israel, el 15 de octubre de 2023. Foto: Reuters

¿Y cuál es su evaluación del rol que está jugando en este momento el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas? ¿Cómo queda?

A la Unión Europea le ha costado mucho tiempo construir esa relación con Fatah, Abbas y compañía, y no puedes ahora decir que todos los palestinos son iguales, porque no lo son. Es evidente, por muy mal y por muy humillados que se sientan por las políticas de no apoyo y por los dobles raseros. Como va a ser muy evidente que Hamas no tiene ningún proyecto de paz y seguridad ni de convivencia. ¿Quién quiere una solución de dos Estados con Hamas? Es que Hamas tampoco la quiere. Entonces, al revés, es el momento de elevar y poner en valor la cooperación con los palestinos que quieren trabajar contigo y reconocerles todas esas deudas que tenemos con ellos, porque Estados Unidos no ha permitido pasar al cobro ni revitalizar el proceso.

Quizá ahora, en algún momento, se pueda empezar a hablar otra vez de una solución de dos Estados, porque está claro que el aislamiento puro y duro de Hamas, más el ignorar sistemáticamente las demandas de los palestinos en Cisjordania, es un callejón sin salida.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, habla durante una conferencia en la sede de la Liga Árabe en El Cairo, Egipto, el 12 de febrero de 2023. Foto: AP

Varios de los líderes de los principales países de la UE han apoyado el derecho de Israel a defenderse. ¿Este alineamiento es un nuevo factor dentro del bloque?

Esa división está siempre ahí, lo que pasa es que la ingeniería verbal de los consejos europeos y de las declaraciones hace siempre que busques la manera de no mostrar que tienes una división muy profunda sobre el asunto y que a la diplomacia europea le cuesta mucho mantener a todos en el mismo barco. Pero, por eso decía que al final eso es lo que consigue Hamas, que por mucho que en Alemania se simpatice con la causa, cuando las cosas se ponen feas, Alemania no puede ser acusada de antisemita, nunca, porque eso es la kriptonita de la política exterior, un líder alemán no puede ser acusado de antisemita por razones obvias, como no lo pueden ser en otros países y Estados de la Unión.

Hamas nos pone a todos en una posición donde hay que cerrar filas con Israel, pedir contención a Israel sin mucha esperanza de que la vaya a aplicar, y creo que con muy poca disposición, si no existe esa contención en la respuesta, a subir o a escalar verbalmente, porque lo hemos visto ya en el pasado.

En los últimos días hubo un diálogo entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su par ruso, Vladimir Putin, para intentar algún tipo de mediación en Medio Oriente. ¿Cómo ayuda a Putin el hecho de que se hable de este nuevo conflicto, en momentos en que se enfrenta a Ucrania?

Es difícil, pero yo creo que hay una cosa en la que le ayuda, que es, de nuevo, como estamos viendo aquí y en otros sitios, en alimentar otra vez la narrativa de los dobles raseros. Porque Rusia necesita enmarcar su agresión a Ucrania en un mundo donde las normas no se cumplen.

Por otra parte, yo no sé hasta qué punto este conflicto también, en términos estrictos, deteriorará la relación de Rusia con Israel, que ya es débil. Con Turquía es muy frágil, ellos están siempre haciendo equilibrios estratégicos en un alambre muy fino, lo vimos a costa de Siria, se derribaron aviones rusos, luego se reconciliaron. Es decir, yo creo que en el fondo a Rusia el conflicto en sí no le viene bien en la región. Irán es un aliado importante de Rusia, pero tampoco es necesario ponerlo tanto en el foco, porque Rusia lo que necesita de Irán es que le suministre armamento, pero no que esté en el foco ahora otra coalición contra Irán.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, se despiden después de sus conversaciones en Sochi, Rusia, el 4 de septiembre de 2023. Foto: Reuters

En el último tiempo, muchos habían quedado sorprendidos por el rol de mediador iniciado por China en Medio Oriente, sobre todo después de lograr el acercamiento de Arabia Saudita e Irán. ¿Cómo cree que queda ahora Beijing?

Para China este tipo de conflictos son perturbadores, como le pasa con Ucrania, porque la obligan a hacer cosas que no quiere hacer, que no quiere significarse, que van en contra de sus objetivos, que son más silenciosos, que es construir fundamentalmente un orden multilateral alternativo, o vaciar el existente, capturándolo.

Pero eso requiere un trabajo diplomático fino, como el que hacen los chinos, no un trabajo grueso como el que hace Putin, o hace Hamas, o hace Irán, y por lo tanto, para ellos es un incordio el que erupcionen todos estos conflictos, obliguen a los países a elegir, porque ellos saben que ahí al final no son necesariamente tan poderosos.

Putin le prometió a Xi Jinping que esto (Ucrania) lo iba a resolver en tres días y ahí, como hemos visto, a China esto no le hace ninguna gracia. Sabe que no puede armar a Rusia porque eso desencadenaría sanciones, lo cual también le generaría incomodidad y, mientras tanto, la estrategia ganadora en China, como hemos visto, es ampliemos BRICS, hagamos todos aquellos foros y todas aquellas dinámicas que debiliten al G7 y compañía, OCDE, todo esto, y que genere dinámicas alternativas donde nosotros podamos prosperar, pero sin generar un enfrentamiento tan puramente bipolar.