En China, son muchos los jóvenes que sufren de aislamiento social o problemas para interactuar con sus pares, según un estudio realizado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (NLM). Así, un 8,1% de los jóvenes de ese país que fueron encuestados sufre de aislamiento social en sus hogares y problemas de interacción con sus pares. La mayoría de ellos sufren de lo que se conoce en Asia como el síndrome de Hikikomori, el cual afecta entre el 1% al 2% de los adolescentes y jóvenes adultos en países como Japón, Corea del Sur y la propia China.

Este síndrome es un fenómeno psicopatológico y sociológico, que provoca que muchos jóvenes se aíslen al punto de no querer salir de sus casas e incluso de sus piezas. Afecta a principalmente a los varones y se cree que uno de sus tantos detonantes es el alto nivel de competitividad y exigencia del sistema educativo en los países ya mencionados.

En el caso de China, las causas de aislamiento en los jóvenes son variadas, pero entre las que más resuenan se encuentran: las exigencias académicas, el vivir en zonas urbanas densamente pobladas y la adicción a internet. Esto puede provocar altos índices de ansiedad y un aumento en las autolesiones y conductas suicidas.

La IA como solución

Muchos jóvenes han recurrido a animales robóticos programados con inteligencia artificial para no sentirse solos. Uno de esos casos es el de Zhang Yachun, quien ahora se siente más acompañada gracias a BooBoo, un robot peludo que parece un conejillo de India creado por la empresa Hangzhou Genmoor Technology y que utiliza la inteligencia artificial (IA) para interactuar con los seres humanos.

Robots creados en un laboratorio chino, que tienen como objetivo entender y sentir emociones como los humanos. Foto: Reuters

“Tengo la impresión de tener a alguien con quien compartir los momentos felices”, explica la joven de 19 años a la agencia de noticias AFP en su departamento, donde vive con sus padres. Ella bautizó al suyo como Aluo y lo transporta en su bolso todos los días, agrega. Además, su compañero peludo tiene el mismo papel que un amigo humano, según sus propias palabras. “Te hace sentir como que eres alguien a quien se necesita”, asegura.

Estos robots cuestan 1.400 yuanes, unos 190 dólares estadounidenses.

Según Adam Duan, de la compañía que lo ha desarrollado, desde mayo, ya se han vendido unas 1.000 unidades de este robot, del tamaño de un balón de rugby, creado específicamente para las necesidades sociales de los niños.

Guo Zichen, de 33 años, cree que un animal doméstico robot permite contrarrestar el tiempo que él no dedica a sus hijos. Pero se muestra escéptico sobre la capacidad de estos robots a aportar la alegría de un perro de verdad.

“La principal diferencia es que los perros reales tienen un alma”

Guo Zichen, ciudadano chino de 33 años opina sobre los robots mascota

Alrededor del 70% de los compradores son familias con niños pequeños.

Según la consultora IMARC Group, el mercado de los “robots sociales”, como BooBoo, se podría multiplicar por siete de aquí a 2033, hasta un monto de 42.500 millones de dólares.

Y Asia ya domina en este sector, en el cual han invertido mucho dinero. Antes de BooBoo, se inventaron otros productos que cuentan con inteligencia artificial, como, por ejemplo, agentes conversacionales o avatares virtuales de personas fallecidas, todo esto para atender las necesidades emocionales de los consumidores.

Un hombre mira una demostración de un programa de reconocimiento facial por inteligencia artificial en China. Foto: Reuters

Expertos aseguran que este aumento en ventas en el mercado de la inteligencia artificial en China se da a causa de la política del hijo único que operó en el país por muchos años.

La mayoría de las personas que nacieron a principios de los 80 (cuando se implementó la política del hijo único) ahora tienen más de 40 años y debido a la competencia feroz que existe en el mercado laboral chino, no tienen mucho tiempo para dedicarle a sus hijos.

Según Wu Haiyan, profesora especializada en IA y psicología en la Universidad de Macao que fue consultada por RFI, estas circunstancias dejan “poco lugar para las interacciones personales, lo que lleva a la gente a buscar alternativas para responder a sus necesidades emocionales”.

Por eso los robots inteligentes como BooBoo se han vuelto una buena opción para acompañar a los jóvenes.