La justicia peruana decidió enviar de nuevo a prisión preventiva a Keiko Fujimori, 48 horas después de que su partido recibiera un voto castigo en las urnas que selló el fin de su hegemonía en el Congreso.
Acogiendo parcialmente la solicitud del fiscal José Domingo Pérez, el juez Víctor Zúñiga Urday dispuso la prisión preventiva para Fujimori por 15 meses.
Keiko Fujimori ya estuvo 13 meses presa en el marco del escándalo de pagos ilegales a políticos de la constructora brasileña Odebrecht, que salpica también a cuatro expresidentes peruanos, uno de los cuales, Alan García, se suicidó.
La primogénita del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) recuperó su libertad el 29 de noviembre, pero la fiscalía presentó nuevos cargos y pidió que vuelva a prisión.
La fiscalía asegura que recibió aportes ilegales de Odebrecht y de otras fuentes para financiar sus campañas electorales de 2011 y 2016, en las que acarició la presidencia de Perú.
A la acusación inicial de lavado de activos, la fiscalía sumó las de obstrucción a la justicia, asociación ilícita, falsedad genérica, fraude procesal y organización criminal.
"Keiko Fujimori formó una organización criminal dentro del partido Fuerza Popular para obtener activos ilícitos", según el fiscal José Domingo Pérez.
Keiko ha negado las imputaciones y afirmó que se trata de un proceso "lleno de abusos y arbitrariedades" y aseguró, además, que no pretende huir de Perú.
"Hoy voy a seguir la decisión del juez Víctor Zúñiga junto a mi familia desde la casa de mi mamá, para poder cumplir con lo que corresponda. Tengo mucha fe en que la justicia prevalecerá", escribió en Twitter.
https://twitter.com/KeikoFujimori/status/1222168992757895168
Madre de dos niñas de 10 y 12 años, Keiko está casada con el estadounidense Mark Vito Villanella, quien estuvo 13 días acampando afuera de la cárcel donde ella estaba para presionar por su liberación.
La fiscalía obtuvo hace poco en Brasil el testimonio de un exejecutivo de Odebrecht que confirmó un aporte ilegal de un millón de dólares a la campaña de Keiko en 2011, según la prensa.
Este se suma a otros millonarios aportes encubiertos confesados por otros responsables de Odebrecht y por un prominente banquero peruano.
Considerada como la persona más poderosa de Perú entre 2016 y 2018, Keiko fue enviada a la cárcel el 31 de octubre de 2018 acusada de interferir en las investigaciones de la fiscalía. Debía estar presa hasta abril de 2020, pero fue liberada por el Tribunal Constitucional.
El cierre del Congreso fue un duro golpe para Keiko y su partido, que venían perdiendo apoyo de la ciudadanía por su resistencia a la cruzada contra la corrupción lanzada por el Presidente Martín Vizcarra, según sondeos.
Al salir de prisión, Keiko anunció una pausa en política para pasar tiempo con su familia, por lo que no participó en la campaña parlamentaria. Los comicios confirmaron la pérdida de popularidad que exhibían los sondeos desde 2018 y el partido de Keiko cosechó el 7% de votos y 12 escaños, lejos del 36,3% votos y 73 escaños de 2016.