El juez federal estadounidense Vince Chhabria ordenó este la puesta en libertad del expresidente peruano Alejandro Toledo, que enfrenta un proceso de extradición, aunque suspendió de inmediato la medida por si el Gobierno decide recurrir la decisión.
El magistrado consideró que las "circunstancias especiales" que afectan a Toledo como su confinamiento en solitario así como la larga duración de su proceso de extradición, así como el reducido riesgo de fuga, ameritan su puesta en libertad bajo fianza.
Sin embargo, Chhabria suspendió su orden de libertad hasta el 22 de octubre para dar tiempo al Gobierno de Estados Unidos para que recurra a su decisión ante una instancia superior o para que proponga una alternativa a su confinamiento en solitario.
En caso de que el Gobierno tome alguna de estas dos iniciativas la suspensión de la orden de libertad se extendería una semana más, hasta el 29 de octubre. En caso contrario Toledo quedaría libre el mismo día 22.
Toledo está acusado en Perú de haber recibido hasta 35 millones de dólares de Odebrecht a cambio de favorecer los negocios de esta compañía brasileña cuando era presidente.
El exmandatario ha pasado los últimos dos años prófugo de la Justicia peruana en Estados Unidos, donde reside cerca de San Francisco, en la localidad de Menlo Park.
Desde que fue detenido hace tres meses, Toledo está encerrado en una celda de aislamiento a causa de su elevado perfil político, ya que los responsables de la prisión de Santa Rita (condado de Alameda, California) en la que se encuentra consideraron que es la única manera de garantizar su seguridad.
Toledo tan solo sale de su celda una hora cada dos días.
El magistrado Chhabria dijo en su argumentación que "el tribunal no cuestiona (ni puede hacerlo) la decisión de la prisión de Santa Rita de poner a Toledo en confinamiento solitario, pero en este contexto la dureza de la detención es uno entre muchos factores que justifican su liberación".
Con respecto al riesgo de fuga, Chhabria destacó que a Toledo se le ha retirado su pasaporte y que, de acuerdo al proceso de extradición establecido, dos de sus mejores amigos perderían sus casas en el norte de California si decide huir.
También dijo que el riesgo sería aún más reducido si queda en arresto domiciliario y si se le instala un dispositivo GPS.