Tal como ocurrió en su momento con su padre, Keiko Fujimori terminó en la cárcel. Tras siete días de audiencia, que mantuvieron en vilo a Perú, un juez ordenó hoy 36 meses de prisión preventiva para la hija de Alberto Fujimori, en el mayor revés judicial para la actual líder de la oposición peruana.
"Con relación a Keiko Fujimori, este despacho considera que sí existe sospecha grave que esta persona sería líder de una organización criminal creada de facto al interior de Fuerza Popular para lavar activos provenientes de la empresa Odebrecht", señaló el juez Richard Concepción Carhuancho. A pedido de la fiscalía, Fujimori fue sentenciada a 36 meses de prisión preventiva, por lo que anoche se esperaba su ingreso inmediato a uno de los cuatro penales para mujeres en Lima a la espera del juicio.
El juez aceptó el pedido de prisión preventiva del fiscal José Domingo Pérez bajo la tesis que Fujimori era la cabecilla de una presunta organización criminal infiltrada al interior de su partido, que lavó US$ 1 millón entregados en 2011 por la empresa brasileña Odebrecht y que esta figura penal garantizaría la posibilidad de averiguar la verdad. En 2011 se llevaron a cabo elecciones presidenciales que Keiko perdió frente a Ollanta Humala, que este año pasó nueve meses en la cárcel también por el caso de la constructora brasileña.
"Seguramente Keiko no pasará los tres años en la cárcel. Ollanta Humala apeló y estuvo nueve meses en prisión preventiva. Sin embargo, la apelación puede durar algunos meses", señaló a La Tercera el politólogo peruano Arturo Maldonado.
La fiscalía presentó declaraciones de colaboradores y de los empresarios brasileños Marcelo Odebrecht, Jorge Barata, Luiz Mameri y testigos protegidos. Además se mostraron como evidencia documentos, actas fiscales, chats y otros.
El fallo indicó que los representantes de Fuerza Popular, Jaime Yoshiyama y Augusto Bedoya, solicitaron los activos ilícitos y en conjunto recibieron el monto en cuestión de la 'Caja 2' de Odebrecht.
El fallo sostuvo que los primeros US$ 500 mil fueron directamente a la campaña de 2010 como "ingresos por actividades proselitistas" -una "Gran Rifa" y una cena para transferir el dinero a personas cercanas- y los otros US$ 500 mil llegaron en 2011 con "aportaciones individuales".
Así, el dinero de la empresa brasileña ingresó a través de los colaboradores de Keiko. Los ingresos llegaron al congresista Rolando Reátegui en la región de San Martin y en Lima a través del empresario Jorge Yoshiyama Sasaki, sobrino de Jaime Yoshiyama.
La fiscalía sostuvo que hay altas probabilidades de fuga y ocultamiento de hechos, lo que también justificó el envío a prisión.
La defensa de Keiko Fujimori confirmó que apelaría de inmediato al fallo de prisión preventiva a la espera del juicio. "En América Latina estamos acostumbrados a que a veces convertimos en víctimas a los que han cometido fechorías. Por ejemplo, el caso de Lula. Si él hubiera estado libre, lo más seguro es que ganaba la elección. Ella (Keiko) va a victimizarse como madre, con dos hijas pequeñas, pero el partido sin duda va a sufrir un vacío importante", señaló a La Tercera el analista político Luis Nunes.
El futuro de FP
El fallo de prisión preventiva es un duro golpe para Fuerza Popular, partido que tiene la mayoría en el Congreso, pero que enfrenta fuertes divisiones.
"El gran reto es hacer control de daños en su partido y en el Poder Legislativo. El dique está cediendo y hay posibilidades de que haya una escisión. No es una debacle total. Hay un núcleo muy duro, fiel a Keiko Fujimori y también a Alberto Fujimori, pero no deja de ser importante qué hará Kenji", concluyó Maldonado.