Este martes uno de los juicios más custodiados que se realizan en Nueva York. Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera enfrenta a la justicia de Estados Unidos por narcotráfico entre otros delitos que lo podrían llevar a cumplir cadena perpetua en una cárcel estadounidense.
Esta jornada en el tribunal federal de Brooklyn la defensa del acusado de ingresar 155 toneladas de droga al país deberá cruzar argumento con la fiscalía que ya entregó 300 mil documentos, 140 mil conversaciones interceptadas y cientos de grabaciones.
Los 12 jurados titulares y seis suplentes fueron seleccionados la semana pasada, tras tensos interrogatorios en los cuales al menos cinco personas fueron descartadas porque temían por su vida y una sufrió un ataque de pánico que la dejó en el hospital.
Para preservar su seguridad, los jurados serán escoltados por alguaciles armados cada día a la corte y sus nombres son mantenidos en el anonimato. Con perros entrenados y aparatos para detectar gas y explosivos, decenas de policías refuerzan la vigilancia en el tribunal de Brooklyn.
"Este es un caso emblemático para el gobierno, no solo por los supuestos crímenes del acusado sino porque es un caso para dar el ejemplo en la guerra de Estados Unidos contra el narcotráfico internacional", dijo a la AFP René Sotorrio, un abogado de Miami que defiende a los hermanos Rivera Maradiaga, ex líderes del cártel hondureños Los Cachiros que podrían atestiguar contra el Chapo.
Sotorrio dijo que en más de 40 años de experiencia en casos federales nunca vio medidas tan extremas de seguridad.
Nada de abrazos
Por considerar que puede escapar u ordenar ataques contra testigos que colaboran con el gobierno, el juez federal Brian Cogan rechazó el pedido del Chapo para saludar y dar "quizás un abrazo" de unos segundos a su joven esposa Emma Coronel este martes, al comenzar el proceso.
Los abogados del Chapo, que se escapó dos veces de prisiones mexicanas, en 2001 y 2015, habían solicitado al juez que permitiese este "gesto humanitario" entre los cónyuges, a quien el gobierno prohíbe hablar por teléfono o verse personalmente desde su extradición a Nueva York hace casi dos años.
Durante el proceso, que durará más de cuatro meses, el jurado deberá decidir si el Chapo, de 61 años, considerado el mayor narcotraficante del mundo tras la muerte del colombiano Pablo
Escobar, es culpable o no de 11 delitos de tráfico y distribución de droga, posesión de armas y lavado de dinero.
Su condena puede acarrearle la cadena perpetua.
La fiscalía, que prepara el caso desde hace años, asegura que el imperio criminal del Chapo, con tentáculos en las Américas, Asia y Europa, facturó unos 14.000 millones de dólares. Las autoridades nunca pudieron incautar un peso.
El Chapo se declara inocente, pero el gobierno ha presentado montañas de evidencia: más de 300.000 páginas de documentos y al menos 117.000 grabaciones de audio, más centenares de fotos y videos.