Los nicaragüenses que se oponen al Gobierno de Daniel Ortega inician hoy tres días de protestas que esperan sean masivas para exigir su renuncia como presidente de Nicaragua, tras 86 días de una crisis que dejado al menos 351 personas según organizaciones humanitarias.
Los nicaragüenses están citados este jueves para realizar la marcha "Juntos somos un volcán", que recorrerá algunas de las principales calles de Managua, con el objetivo de mostrar rechazo a Ortega.
Los gremios de empresarios, productores agrícolas, exportadores, trabajadores, estudiantes, campesinos, intelectuales, desempleados, comerciantes, entre otros, anunciaron su presencia en la protesta, a pesar de las amenazas de grupos oficialistas, sobre nuevos ataques armados contra los manifestantes.
Quienes se oponen a Ortega esperan una réplica de la marcha de Managua en cada uno de los 152 municipios de Nicaragua, para demostrar al presidente que hay rechazo hacia su mandato en todo el país, según ha informado la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que representa a la población en un diálogo nacional con el Gobierno, para superar la crisis.
Mañana viernes será el segundo día de protesta continua con un paro nacional de actividades, el segundo tras el realizado el 14 de junio pasado, cuando las calles y espacios públicos permanecieron casi totalmente vacíos.
El paro nacional es visto por la población de Nicaragua como un arma afectiva contra los presidentes que identifican como "dictadores", ya que una protesta similar que duró más de un mes ayudó a la caída del dictador Anastasio Somoza Debayle, en 1979.
Los tres días de protestas masivas culminarán el sábado con una caravana de automóviles portando la bandera azul y blanco, de Nicaragua, por diferentes barrios de cada ciudad del país.
Las manifestaciones inician este jueves un día después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) haya denunciado ante el Consejo Permantente de la Organización de Estados Americanos (OEA) el aumento de la intensidad de la represión del Gobierno de Ortega contra los manifestantes.
Asimismo, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, llamó al Gobierno de Nicaragua a que deje las armas y realice elecciones generales.
Desde el 18 de abril pasado Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta de su historia en tiempos de paz, y la más cruda desde la década de los años 1980, también con Ortega siendo presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, iniciaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.