Este miércoles, la jueza federal Carolina Lebbos autorizó el traslado del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, desde la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba hasta un penal en Sao Paulo.
La medida fue solicitada Superintendencia Regional de la Policía Federal del estado de Paraná, quienes aseguraban que desde que exmandatario se encuentra detenido en la zona, los cuerpos de seguridad han debido realizar un despliegue permanente para evitar disturbios entre los seguidores de Lula -quienes se reúnen constantemente afuera del recinto- y los opositores.
Por ahora, no se ha entregado los detalles sobre dónde deberá continuar cumpliendo su condena ni cuándo se concretará el traslado.
El líde petista cumple una sentencia de ocho años y diez meses desde el 7 de abril de 2018 bajo los cargos de corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco del caso OAS.
La magistrada argumentó que "no hay razones" para que el exmandatario deba estar recluido "en un lugar distante del núcleo familiar y social" y subrayó que su traslado tiene "plena pertinencia".
En Curitiba, Lula se mantiene recluido en una celda de 15 metros cuadrados adaptada para él.
El abogado del expresidente, Cristiano Zanin, indicó a Folha do Sao Paulo, que ahora lo importante es que la "Corte Suprema Federal continúe el juicio de hábeas corpus para revertir este arresto injusto y la vergüenza ilegal que se impone al expresidente Lula".