Un juez de la corte suprema de Brasil denegó el viernes los pedidos del senador Flávio Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, de suspender las investigaciones sobre movimientos financieros atípicos de uno de sus exasesores y de tratar el caso bajo secreto de sumario.
El caso puso a la defensiva al jefe de Estado, elegido con promesas de librar un combate radical contra la corrupción.
Flávio Bolsonaro y su exchofer y exasesor Fabrício Queiroz se han limitado hasta ahora a dar explicaciones a la prensa. El senador esperaba evitar comparecer ante los organismos de investigación y que los debates no se ventilaran en tribunales de primera instancia.
Pero el juez Marco Aurélio Mello, del Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), alegó que el foro privilegiado está reservado a ministros y a diputados y senadores federales; y que en la época de los hechos señalados Flávio Bolsonaro era un diputado regional, de la Asamblea Legislativa del Estado de Rio de Janeiro (Alerj).
Flávio Bolsonaro, de 37 años, fue electo senador en octubre del año pasado y solo este viernes asumió formalmente su escaño, con el inicio de la nueva legislatura.
El Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF) detectó movimientos por 1,2 millones de reales en 2016 (344.500 dólares al cambio promedio de ese año) en una cuenta de Fabrício Queiroz, una suma aparentemente incompatible con sus ingresos.
El COAF también identificó 48 depósitos de 96.000 reales realizados entre junio y julio de 2017 (30.000 dólares al cambio de ese año) en una cuenta de Flávio Bolsonaro, que como legislador regional ganaba 27.000 reales mensuales.
Flávio Bolsonaro afirmó el 21 de enero que estos últimos movimientos corresponden a la compra y venta de un apartamento y presentó documentos que, según la prensa, no corresponden con las fechas de las operaciones.
Jair Bolsonaro declaró dos días después, en una entrevista con la agencia Bloomberg en Davos (Suiza), que si su hijo mayor "cometió un error y eso se comprueba (...), pagará el precio de esa acción".
Pero pocas horas después dijo a RecordTV que considera a su hijo blanco de "acusaciones infundadas" y de "arbitrariedades" con las que se pretendía alcanzarlo a él.
El fisco brasileño examinará por su lado un cheque de 24.000 reales depositado en 2016 por Queiroz en la cuenta de Michelle Bolsonaro, la actual primera dama. Bolsonaro explicó en diciembre que ese cheque correspondía al reembolso de un préstamo no declarado.
La prensa brasileña también apuntó sospechas sobre la vinculación de funcionarios del despacho de Flávio Bolsonaro en la Alerj con una figura de las milicias parapoliciales de Rio.