Una corte italiana condenó el viernes a exfuncionarios de alto rango y a jefes de la mafia por mantener negociaciones secretas a comienzos de la década de 1990 tras una siniestra serie de asesinatos y atentados con bombas.
En un tribunal "bunker" de alta seguridad en las afueras de Palermo, el juez Alfredo Montalto dictaminó que las negociaciones habían dañado los intereses del Estado, esclareciendo uno de los capítulos más turbios de la historia reciente italiana.
Tras el veredicto, parte del público aplaudió y vivó a los fiscales que llevaron el caso a juicio hace cinco años, dos décadas después de que una serie de asesinatos y bombas de la mafia causaran la muerte de 23 personas, incluidos los destacados jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Los ataques mortales llevaron a políticos y funcionarios estatales a negociar con la sociedad secreta criminal siciliana "Cosa Nostra", entonces liderada por la sanguinaria familia Corleone.
"Lo que dice el fallo es que partes del estado actuaron como intermediarios para las solicitudes de la mafia", dijo el fiscal Antonino Di Matteo, quien vive con custodia armada y ha sido blanco de numerosas amenazas de muerte por parte de Cosa Nostra. "Algunas personas en el estado ayudaron a Cosa Nostra (...) Este es un fallo histórico", agregó Di Matteo.
Durante los tumultuosos años 1992 y 1993 en Italia, las investigaciones por corrupción "Bribesville" socavaron el liderazgo de la elite política local. El magnate de medios Silvio Berlusconi cubrió ese vacío ganando la elección nacional en 1994.
Marcello Dell'Utri, exsenador y socio cercano de Berlusconi, negoció un acuerdo con la mafia para detener los ataques, de acuerdo con la resolución del viernes. Berlusconi no estaba en juicio.
Dell'Utri fue condenado a 12 años de prisión por poner en riesgo al estado, al igual que un excoronel y dos generales retirados de la Carabinieri (la policía paramilitar). Dell'Utri ya está cumpliendo una sentencia de siete años por colusión con la mafia.
El exministro de Interior Nicola Mancino fue condenado por falso testimonio. Un asesino convicto de la familia Corleone, Leoluca Bagarella, fue condenado a 28 años de prisión y Antonio Cina, otro mafioso de alto rango en Cosa Nostra, recibió una pena de 12 años. Ambos ya están en la cárcel.
Los jefes de la familia Corleone en ese entonces, Salvatore "Toto" Riina y Bernardo "el tractor" Provenzano, están muertos. El hijo del miembro convicto de la mafia Corleone, Vito Ciancimino, fue sentenciado a ocho años por difamación. Los acusados pueden apelar el fallo de primera instancia dos veces y no están obligados a cumplir sus sentencias mientras tanto.
Según los fiscales, las conversaciones entre la mafia y el Estado italiano comenzaron después de que el juez Falcone, su esposa y tres guardaespaldas fueron asesinados por una bomba en 1992. La voluntad del estado de negociar después del asesinato de Falcone alentó nuevos atentados, dijeron los fiscales, incluido el que mató a Borsellino dos meses después, porque se había enterado de las negociaciones y se había opuesto a ellas.
Al año siguiente, Cosa Nostra intensificó la presión con ataques sin precedentes contra objetivos culturales y eclesiásticos, incluida la Galería de los Uffizi de Florencia. Diez personas fueron asesinadas en Milán y Florencia. Después de 1993, los ataques se detuvieron.