La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, lleva su campaña presidencial al estado de Pensilvania el domingo antes de dirigirse a Chicago, donde el Partido Demócrata debe nominarla esta semana para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre.
Los sondeos de opinión han mostrado a Harris aportando energía fresca a la campaña y recortando distancias con el expresidente Trump tanto a nivel nacional como en muchos de los ocho estados altamente competitivos, entre ellos Pensilvania, que jugarán un papel decisivo a la hora de elegir al sucesor del presidente demócrata Joe Biden.
“He estado en todas las convenciones desde que pude votar, y puedo decir que no he sentido este tipo de energía y electricidad en ninguna convención que no fuera la de Barack Obama”, dijo el gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, en el programa State of the Union de CNN el domingo.
Obama fue elegido en 2008 como el primer presidente negro de Estados Unidos. Harris, que es negra y tiene ascendencia asiática, sería la primera mujer presidenta si gana en noviembre.
Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, tienen previsto realizar una gira en autobús que comenzará en Pittsburgh y hará varias paradas durante el día por los condados de Allegheny y Beaver, zonas que su campaña considera fundamentales para ganar Pensilvania.
El viaje se produce al día siguiente de un discurso de Trump en el noreste de Pensilvania en el que se burló de Harris como una “radical” y una “lunática”, diciendo que creía que sería más fácil derrotarla que a Biden, de 81 años, que abandonó la carrera por la reelección el mes pasado presionado por su propio partido tras un desastroso debate contra Trump.
Pensilvania fue uno de los tres estados del cinturón industrial, junto con Wisconsin y Michigan, que ayudaron a impulsar la sorprendente victoria del republicano Trump en las elecciones de 2016.
Biden, que creció en Scranton, Pensilvania, logró que los tres estados volvieran a votar por los demócratas en 2020, y Harris aspira a mantenerlos.
Tras sus apariciones en Pensilvania, Harris se desplazará a Chicago para asistir el lunes al arranque de la Convención Nacional Demócrata.
Fuentes dijeron el sábado que es probable que se una a Biden en el escenario de la convención el lunes cuando le pase la antorcha como candidata del partido a la presidencia.
La campaña de Trump tratará de contraprogramar la convención con una serie de actos en estados disputados esta semana. El lunes visitará una fábrica en York, Pensilvania, donde su campaña dice que se centrará en la economía, y el martes una oficina del alguacil del condado de Howell, Michigan para hablar de seguridad y delincuencia.
Trump y su compañero de fórmula, el senador J.D. Vance, viajarán el miércoles a Asheboro, Carolina del Norte, para hablar de seguridad nacional, y el viernes Trump se unirá a Turning Point Action, un grupo fundado por el activista conservador Charlie Kirk, para un mitin en Glendale, Arizona, destinado en parte a destacar los esfuerzos para aumentar la participación electoral.
Los partidarios de Trump dijeron que esperan que vuelva a centrar su campaña en la política y no en los repetidos ataques personales contra Harris en los que se ha apoyado mucho en las semanas transcurridas desde que surgió como candidata demócrata.
“El presidente Trump puede ganar estas elecciones. Sus políticas son buenas para Estados Unidos y si tienes un debate sobre políticas, él gana. Donald Trump el provocador, el showman, puede que no gane estas elecciones”, dijo el senador republicano estadounidense Lindsey Graham en el programa “Meet the Press” de la NBC el domingo.