“Mi madre solía decirme: ‘Kamala, puedes ser la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de no ser la última’”,contó la exfiscal estadounidense Kamala Harris a CNN en enero de 2019.

Estas palabras no dejaron indiferente a la pequeña Kamala, que creció para convertirse en la primera mujer negra y primera estadounidense de origen indio jamaiquino en llegar a la vicepresidencia de Estados Unidos, el segundo cargo más importante del país. Antes de eso, fue la primera mujer negra en ser elegida fiscal general de California y la segunda en llegar al Senado, en 2017. Algunos incluso la consideran la “versión femenina” de Barack Obama, pero aquello es una mera caricatura.

En medio de las protestas por el racismo y la brutalidad policial tras la muerte del afroamericano George Floyd, la senadora demócrata encontró un poderoso impulso, que la ayudó a convertirse en la compañera de fórmula de Joe Biden.

Harris, de 56 años, se enfrentó previamente al exvicepresidente de Barack Obama en la carrera por la nominación demócrata, y desde el comienzo fue una de las favoritas gracias a su sólida formación y experiencia.

Joe Biden y Kamala Harris se saludan en el segundo debate presidencial demócrata, en julio de 2020, en Detroit, Michigan. Foto: Reuters

Harris ha marchado en las calles y ha patrocinado una nueva reforma policial en el Congreso, además de ser una fuerte defensora del cambio social y dura crítica de Donald Trump. Por ejemplo, Harris se lanzó contra el mandatario republicano tras el cierre parcial del gobierno causado por la disputa en el Congreso sobre el financiamiento para la construcción del muro en la frontera con México. “Trump está manteniendo al pueblo estadounidense como rehén por un proyecto de vanidad al que le dice muro”, dijo en esa oportunidad, calificándolo de “completamente irresponsable”.

Harris creció en Oakland y Berkeley, California, y conocía el Movimiento de los Derechos Civiles desde pequeña. La lucha contra la injusticia es una pasión que heredó de sus padres. Su madre, Shymala Gopalan, hija de un diplomático de Chennai, se graduó de la Universidad de Delhi a los 19 años y, para evitar un matrimonio arreglado, se trasladó a Berkeley para estudiar Nutrición y Endocrinología. Allí conoció a Donald Harris, proveniente de Jamaica, que cursaba un doctorado en Economía.

Joe Biden y Kamala Harris celebran luego de que el demócrata aceptara la nominación presidencial en la última noche de la Convención Nacional de su partido. Foto: Reuters

El movimiento estudiantil por los derechos civiles le dio a los dos jóvenes inmigrantes una causa común. “Ambos se identificaron como personas de color y personas oprimidas por un mundo dominado por hombres blancos”, dijo a The Atlantic Meena Harris, sobrina de Kamala.

De su madre aprendió a moverse por las causas que le importan. “Ella nos decía: ‘No se sienten a quejarse de las cosas, hagan algo’. Entonces hice algo. Dediqué mi vida a hacer realidad las palabras grabadas en la Corte Suprema de Estados Unidos: Igualdad de justicia ante la ley”, dijo Harris en su primer discurso como compañera de fórmula de Biden.

Kamala Harris saluda durante un evento de campaña, el 23 de octubre, en Atlanta. Foto: AP

Tras obtener su licenciatura de la Universidad de Howard -considerada “el Harvard de los afroamericanos”- y una licenciatura en Leyes de la Universidad de California, la senadora se convirtió en fiscal de distrito de la ciudad de San Francisco. Entre sus logros en el cargo destaca el programa que inició para brindar a las personas condenadas por delitos relacionados con drogas la posibilidad de obtener un diploma de escuela secundaria y poder encontrar empleo.

Harris también se enorgullece de haber enfrentado desde su cargo de fiscal a grandes bancos de Wall Street durante la crisis financiera de 2008, para evitar que las familias endeudadas perdieran su vivienda a causa de las hipotecas de esa época. Además, se define como una defensora de las familias de clase media y ha denunciado la brutalidad policial y la muerte de hombres afroamericanos desarmados a manos de las fuerzas de seguridad. “Quería acceder al interior del sistema y no tener que pedir permiso para transformar cosas”, dijo Harris sobre su cargo de fiscal en una entrevista en medio de las protestas tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de agentes de la policía de Minneapolis, en mayo pasado.

Kamala Harris saluda junto a su marido, Doug Emhoff, al final del debate contra el vicepresidente, Mike Pence, el 7 de octubre, en Utah. Foto: Reuters

En el plano personal, Harris es una mujer muy unida a sus hijastros, quienes la llaman “Momala”, una mezcla entre madre y Kamala. “He tenido muchos títulos durante mi carrera, y ciertamente el de vicepresidenta sería genial, pero Momala siempre será el más importante”, dijo la política demócrata en su presentación como candidata en Delaware.

Harris está casada desde 2014 con el abogado Douglas Emhoff, a quien conoció un año antes en una cita a ciegas y con quien comparte tres residencias: una casa en Los Angeles, un departamento en San Francisco y otro en Washington.