Karen Longaric asumió como ministra de Relaciones Exteriores de Bolivia el 13 de noviembre, tras el estallido social que provocaron las elecciones de octubre y luego la renuncia de Evo Morales. Abogada, docente y columnista, Longaric se opuso en su momento a la idea del anterior gobierno de demandar a Chile ante La Haya. Días atrás, en una muestra del perfil que ha intentado cultivar, expresó su deseo de fortalecer las relaciones con los países vecinos, incluido Chile. Esto provocó una dura respuesta del renunciado Presidente boliviano, quien a través de Twitter la acusó de querer "entregar a la oligarquía chilena nuestras empresas ya nacionalizadas". En esta entrevista telefónica con La Tercera habla del complejo momento que vive su país.
¿Cómo observó las protestas que se desencadenaron por las acusaciones de fraude electoral?
Como bien sabe, ya la comunidad internacional ante el fraude electoral, la población boliviana, especialmente integrada por la juventud boliviana, desarrolló una serie de marchas pacíficas para presionar a las autoridades del pasado gobierno de don Evo Morales para presionarlo a retirarse de las elecciones, pidiendo nuevas elecciones. La verdad es que esta marcha logró su objetivo: ejerció un peso moral muy fuerte sobre el anterior gobierno, por lo quxxxxe Evo Morales se vio obligado a renunciar y dar paso a nuevas elecciones. El gobierno de transición se ha trazado dos objetivos: primero, pacificar al país y segundo, concretar las elecciones, que probablemente se realicen en febrero y que serán las más limpias y transparentes en la historia democrática de Bolivia.
¿Cómo recibe los dichos de Evo, que acusó un golpe de Estado?
En realidad esa acusación no tiene ningún asidero, ni legal ni político por la siguiente razón: hubo una sucesión constitucional, que fue inclusive avalada por el propio Tribunal Supremo Constitucional, que reconoció que ante el vacío de poder, ante la renuncia del Presidente, del Vicepresidente, de la entonces presidenta del Senado, ese vacío que fue llenado inmediatamente por la entonces vicepresidenta (del Senado), Jeanine Áñez, quien con el derecho que le correspondía se hizo cargo del gobierno.
¿Cómo será recordada por la historia la figura de Evo Morales?
Lamentablemente, el recuerdo de un mayúsculo fraude electoral quedará en el imaginario del pueblo boliviano. Lo recordarán como un gobernante que no respetó la Constitución y que vulneró el derecho al voto del pueblo boliviano. Lamentablemente, esta es una forma no muy agradable de pasar a la historia.
Apenas asumió el gobierno interino, las RR.EE. de Bolivia dieron un giro, principalmente porque usted dijo que había que estrechar las relaciones con Chile. ¿Cuál es su plan respecto de los vínculos con Chile?
Nosotros somos pueblos vecinos, que tenemos una intensa agenda derivada de las relaciones fronterizas, de las relaciones comerciales y de las relaciones de toda índole que históricamente nos vinculan. Ahora mismo hemos estado conversando en esta reunión (en Brasil) con el canciller de Chile. Hemos conversado sobre distintos temas, sobre temas que preocupan a la región, que suponen desafíos globales comunes. Esto ha sido una charla muy cordial y esperamos que la relación entre ambos países se conduzca en un marco de respecto, cordialidad y este ha sido uno de los temas más urgentes de la agenda bilateral.
Usted en algún momento tuvo reticencias respecto de la demanda de Bolivia contra Chile en La Haya...
Sí, efectivamente, porque siempre he creído y estoy convencida que este tema y otros pueden resolverse a través de una negociación de carácter político y diplomático, más que por la vía judicial. En ese sentido se necesita la voluntad de ambos países, para entablar conversaciones que nos aproximen en esos temas.
¿Por ahora quedarán en pausa los lineamientos de Bolivia por una salida al mar?
Eso va a venir en cualquier momento, va a venir por la voluntad política expresada por ambos países. No quisiera abordar aún ese tema.
¿Cómo ve los recientes giros ideológicos en la región?
Yo no quisiera calificar como de líneas ideológicas de izquierda o de derecha lo que guía actualmente a los gobiernos. Creo que aquí prima el interés particular sobre el bienestar de nuestros pueblos más allá con que se pueda identificar con una línea de izquierda o de derecha.
¿Pero con cuál bloque se siente más alineada Bolivia ahora?
Creo que personalmente siempre he considerado que el ALBA no es un proceso de integración, sino más bien ha sido un foro político que no ha traído ningún beneficio a los pueblos. En ese sentido, Bolivia vio por conveniente separarse del ALBA.
¿Con qué bloque se sentirían más cercanos?
Yo creo que tenemos que profundizar nuestra relación en el Mercosur. Y era absolutamente necesario reencauzar las relaciones con Estados Unidos.