Este miércoles Keiko y Kenji Fujimori, hijos y herederos políticos del expresidente peruano Alberto Fujimori, visitaron por separado a su padre en la clínica donde fue internado por una descompensación sufrida al conocer que la Justicia peruana anuló el indulto del que gozaba a la condena de 25 años de prisión.
Los dos hermanos escenificaron una vez más la división abierta que mantienen precisamente desde que el exmandatario recibió el indulto la pasada Nochebuena. Un logro que ambos buscaban pero que dividió al partido fujimorista Fuerza Popular, con mayoría en el Congreso.
Kenji Fujimori acompañó a su padre en la ambulancia que lo trasladó a una clínica de Lima antes de que las autoridades puedan cumplir con la orden de captura dictada por el juzgado para devolverlo a prisión.
Horas más tarde, llegó al centro médico su hija Keiko acompañada por sus otros dos hermanos, Hiro y Sachi, pero para entonces Kenji ya se había retirado, según contó la misma líder de Fuerza Popular a un grupo de periodistas.
No obstante, tanto Keiko como Kenji coincidieron en recurrir por la vía judicial el fallo para restituir el indulto al considerar que un juez no puede anular una decisión del presidente de la República.
El origen de la divisón fujimorista
La unidad parlamentaria de Fuerza Popular quedó rota cuando un grupo de congresistas fujimoristas liderado por Kenji Fujimori que se lanzó a crear su propio partido político, Cambio 21, a semejanza de Cambio 90, la formación con la que su padre ganó sus primeras elecciones.
La fragmentación comenzó a plasmarse cuando el grupo de Kenji se abstuvo de votar a favor de la destitución del expresidente Pedro Pablo Kuczynski en diciembre como hizo el resto del grupo parlamentario de Fuerza Popular, lo que permitió al exgobernante mantener en el cargo.
Tres días más tarde, Kuczynski indultó a Fujimori, por lo que la decisión quedó bajo serias sospechas de ser un acuerdo político para obtener la libertad del expresidente a cambio de salvar el cargo al mandatario, fomentado fundamentalmente por Kenji, quien en reiteradas ocasiones le había reclamado la libertad de su padre.
Kenji, el congresista más votado en las dos últimas elecciones, se encuentra actualmente suspendido en un proceso promovido por Fuerza Popular por supuestamente negociar una compra de votos a favor de Kuczynski en un segundo intento del Congreso de destituirlo en marzo.
En el marco de esa disputa, Kenji advirtió en mayo que si su padre regresaba eventualmente a la cárcel será culpa del partido que dirige su hermana.
"Si mi padre regresa a la cárcel jamás se lo perdonaré a Fuerza Popular. Aquí no hay canje de votos, no ha habido votos por obras, lo que ocurre aquí es una pugna del poder dentro de Fuerza Popular, ese es el origen de esta turbulencia política", aseveró Kenji.
El hijo menor de Fujimori también acusó anteriormente a Fuerza Popular de archivar un proyecto de ley que concedía arresto domiciliarios para los presos mayores de 75 años, lo que hubiese permitido excarcelar a su padre.
Las diferencias entre ambos hermanos se iniciaron en la campaña de las elecciones presidenciales de 2016 cuando Kenji dijo que él se presentaría en los siguientes comicios si su hermana no triunfaba, y en el día de la votación no acudió a votar por ella.
El polémico indulto a Fujimori eximió al expresidente de cumplir una condena de 25 años como autor mediato (con dominio del hecho) de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), a cargo del grupo militar encubierto Colina, y por los secuestros en 1992 de un empresario y un periodista, todos ellos considerados crímenes de lesa humanidad.
Al expresidente peruano, de 80 años, que gobernó Perú entre 1990 y 2000, le quedan por cumplir en prisión más de 14 años de pena, por lo que la terminaría de purgar 2032 con 94 años.