Kevin McCarthy es destituido como presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU. en una votación histórica

La Cámara de Representantes destituyó a Kevin McCarthy como presidente, después de que un pequeño grupo de disidentes republicanos actuara para derrocar al líder republicano y los demócratas no acudieran en su rescate, en una votación dramática el martes sin precedentes en la historia de Estados Unidos.

El republicano de California fue destronado después de nueve meses de lucha con un ala conservadora de extrema derecha del partido, pocos días después de que diseñara una legislación para evitar el cierre del gobierno federal. Los acontecimientos sumergen a la Cámara en un territorio incierto, ya que ningún presidente ha sido destituido de su cargo, y efectivamente ponen al Partido Republicano a merced de una docena de disidentes.

No estaba claro quién sería el próximo nominado a speaker por los republicanos -ya sea McCarthy o alguien más- y se configura una posible repetición de la batalla de speakers que duró varios días en enero. McCarthy quedó vulnerable por la escasa mayoría del Partido Republicano (sólo 221-212) y una norma impulsada por los conservadores según la cual cualquier miembro podía intentar destituirlo de su cargo.

El representante Matt Gaetz (republicano por Florida) había amenazado con hacer precisamente eso durante meses. Esta semana encabezó la iniciativa para destituir a McCarthy y sometió a votación su moción para dejar vacante la presidencia (para destituir al speaker) el martes por la tarde. Los aliados de McCarthy inmediatamente propusieron posponer o anular la medida. Pero la votación fracasó, con la oposición de 11 republicanos y todos los demócratas.

Luego, la Cámara siguió adelante con la medida Gaetz, pasando lista alfabéticamente y cada miembro gritando un voto. La medida fue aprobada por 216 a 210, dejando vacante el cargo del presidente y organizando pronto otra votación para elegir al próximo líder.

“Por la presente se declara vacante el cargo de presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos”, dijo el representante Steve Womack (republicano por Arkansas).

De cara a la votación sobre la moción de vacancia, una serie de republicanos tomaron la palabra para criticar a Gaetz y sus aliados.

“Están dispuestos a hundir este organismo en el caos y este país en la incertidumbre por razones que sólo ellos realmente entienden”, dijo el representante Tom Cole (republicano por Oklahoma).

Gaetz aseguró que era al revés. “El caos es el presidente McCarthy. Caos es alguien a quien no podemos confiarle sus palabras”, señaló.

McCarthy trató de proyectar confianza antes de las votaciones, al tiempo que dijo que se mantenía por principio, después de darle la espalda a los conservadores que se resistían a aprobar un proyecto de ley de gasto a corto plazo el fin de semana pasado.

“Al final del día, mantener abierto el gobierno y pagar a nuestras tropas fue la decisión correcta. Mantengo esa decisión”, afirmó McCarthy. “Si tengo que perder mi trabajo por esto, que así sea”.

Los líderes demócratas recomendaron que sus colegas votaran en contra de salvar a McCarthy, diciendo que él no había hecho nada para tratar de ganarse su apoyo. En enero, se necesitaron 15 votaciones a lo largo de cuatro días para elegir a McCarthy como presidente, mientras McCarthy trabajaba para ganarse a los que se resistían.

“Deben encontrar una manera de poner fin a la Guerra Civil Republicana en la Cámara de Representantes”, dijo el martes temprano el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries (demócrata por Nueva York).

Gaetz presentó el lunes una moción que obligó a votar para expulsar a McCarthy de su cargo. Gaetz acusa a McCarthy de haber incumplido su palabra a los conservadores sobre los proyectos de ley de gastos y cómo dirigiría la Cámara, mientras que McCarthy y sus aliados dicen que el esfuerzo es una vendetta personal de Gaetz que podría dañar al partido.

Los aliados de McCarthy argumentaron que destituir al presidente hundiría a la cámara en el caos y limitaría la capacidad del Partido Republicano para avanzar en los objetivos conservadores.

“Esta es una terrible distracción de la agenda conservadora. Quiere terminar con esto de una vez para que podamos volver a trabajar”, dijo el martes el representante Dusty Johnson (republicano por Dakota del Sur).

Los republicanos centristas suplicaron a sus amigos demócratas que se pusieran del lado de McCarthy, y el representante Brian Fitzpatrick (republicano por Pennsylvania) advirtió que su derrocamiento desencadenaría un cierre del gobierno a mediados de noviembre y pondría en riesgo la ayuda a Ucrania, con efectos en cadena para Taiwán. Muchos republicanos también están profundamente frustrados con Gaetz, a quien creen que está motivado por el deseo de reclamar protagonismo más que por la política.

Los demócratas consideran que el problema es enteramente causado por el propio Partido Republicano. Incluso los centristas que antes eran vistos como una vía para que McCarthy permaneciera en el poder dijeron que no había ofrecido concesiones.

“Cuestión fundamental: McCarthy no ha pedido nada”, dijo la representante Abigail Spanberger (demócrata por Virginia). “Ya sabes, la primera regla de la política: si quieres un voto, lo pides”.

Pero no estaba claro cuál era el objetivo final de los demócratas: si era derrocar permanentemente a McCarthy o cambiar las reglas de la Cámara o lograr compromisos para aprobar proyectos de ley o compartir el poder en los comités.

El representante Henry Cuellar (demócrata por Texas) dijo que “tenemos opciones, pero mantendremos nuestra pólvora seca”. Cuando se le preguntó qué se lograría con esa táctica, señaló que “tal vez McCarthy hable con el señor Hakeem”.

En declaraciones a los periodistas, Gaetz pareció deleitarse con la creación de una situación que podría obligar a McCarthy a buscar o al menos aceptar la ayuda demócrata, al tiempo que rechazó la idea de que él mismo llegaría a un acuerdo que traspasara las líneas partidistas.

“Si se llega a un acuerdo con los demócratas, el único acuerdo es llegar a uno con McCarthy”, dijo. “Si los demócratas quieren apropiarse de Kevin McCarthy, pueden tenerlo”.