Un nuevo gesto de alta diplomacia protagonizaron hoy Estados Unidos y Corea del Norte, en la antesala del encuentro que sostendrán Kim Jong Un y Donald Trump en las próximas semanas.
La liberación de los tres últimos estadounidenses encarcelados en Corea del Norte, dos de ellos bajo la Presidencia de Trump, supone la eliminación de otro obstáculo para la esperada cita entre ambos líderes, tras casi 70 años de confrontación. Un comunicado de la Casa Blanca indicó que Trump calificó el hecho como "un gesto positivo de buena voluntad".
"Estoy satisfecho de informar que el secretario de Estado, Mike Pompeo, está en el aire y de regreso de Corea del Norte con los tres maravillosos señores que todo el mundo desea ver. Parecen estar en buenas condiciones", anunció Trump en su cuenta de Twitter.
La liberación de los prisioneros habría sido una condición de Washington para las conversaciones planificadas entre ambos gobernantes, según informó The New York Times. El gesto -calificado como un acto de real interés de Norcorea para progresar en las relaciones con Estados Unidos-, se dio en la segunda y corta visita de 13 horas de Mike Pompeo a la capital norcoreana, Pyongyang.
Durante la visita, el secretario de Estado se reunió con varios altos funcionarios, incluido Kim Jong Un, en un encuentro que duró 90 minutos, y en el que se concluyó la hora y el lugar para la cumbre de los líderes, en donde Trump pretende convencer a Kim de lograr la completa desnuclearización de la península. La cita tendrá lugar los últimos días de mayo o a comienzos de junio.
A finales de abril, Trump había asegurado que las opciones de lugares se habían reducido a dos: Singapur y a la frontera de las Coreas. Sin embargo, el Presidente republicano descartó la zona desmilitarizada de la frontera (DMZ), donde Kim y el Presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, tuvieron una histórica reunión hace dos semanas.
"No va a ser allí, no", dijo. Así, la opción más segura sería Singapur, pero esta alternativa no había sido confirmada. Lo que sí señaló Trump fue que en tres días entregará los detalles.
Corea del Sur celebró el anuncio de la excarcelación de los ciudadanos estadounidenses y calificó el gesto como algo "muy positivo para una exitosa cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos", según dijo Yoon Young-chan, vocero del Presidente Moon Jae-in.
Los tres exprisioneros son originarios de Corea del Sur, pero cuentan con la ciudadanía estadounidense. Fueron arrestados en los últimos dos años tras ser acusados de espionaje. Uno de ellos, y el que más tiempo llevaba entre las rejas, es Kim Dong-chul, un empresario hotelero de 62 años, quien fue detenido en abril de 2016 por supuestamente colaborar para el servicio de inteligencia surcoreano. Los otros dos son Kim Sand-duk, de 50 años, y Kim Hak-song, que rondaría los 60 años. Ambos profesores fueron arrestados en 2017.
El último estadounidense puesto en libertad por Corea del Norte fue Otto F. Warmbier, quien murió en junio de 2017 después de ser liberado tras 17 meses en cautiverio. Sus padres señalaron en ese entonces que Warmbier había sido torturado y posteriormente se descubrió que sufrió un gran daño cerebral.
Trump indicó que acudiría junto a su Vicepresidente, Mike Pence, a la base aérea de Andrews a las afueras de Washington, durante la madrugada para recibir a los tres estadounidenses recién liberados.