La publicación de un video en Youtube por parte de un hombre que denunciaba que los servicios de urgencias de Malasia actuaban con lentitud, terminó con una condena a prisión. El hombre, de origen danés, expresó en el video que la lentitud de los servicios de urgencia de ese país fue la causa de la muerte, por varios disparos, de un palestino, miembro del movimiento islamista Hamas asesinado el 21 de abril en Kuala Lumpur. El protagonista del video fue condenado a una semana de arresto en Malasia por violar una ley de ese país contra las noticias falsas, convirtiéndose en la primera persona en ser castigada bajo esa legislación, aprobada en abril.
Aquel caso demuestra la implacable y radical estrategia que Malasia está implementando para combatir las fake news, con penas de hasta seis años de cárcel por crear, publicar o diseminar noticias "total o parcialmente falsas".
Pero el caso de este país no es aislado. Son varias las naciones que están desarrollando medidas para detectar y luchar contra las fake news que amenazan con desinformar a la población, especialmente en períodos electorales o de decisiones ciudadanas importantes. "Todos los países tienen problemas con la desinformación, pero se ve más en los países donde hay una mayor polarización", comenta a La Tercera Claire Wardle, directora ejecutiva de First Draft, una organización que busca luchar contra la desinformación online. Wardle agrega que la desinformación prospera cuando las personas se sienten emocionalmente comprometidas con los temas, "cuando están emocionalmente comprometidos, es menos probable que sean críticos", dice.
El aumento de noticias falsas, especialmente durante el período de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, encendió las alarmas acerca de los alcances de la desinformación online. De hecho, un estudio de la Universidad Estatal de Ohio demostró que las noticias falsas probablemente jugaron un papel importante en la caída del apoyo a Hillary Clinton el día de las elecciones. El estudio, publicado en abril, sugiere que alrededor del 4% de los partidarios del expresidente Barack Obama en 2012 fueron disuadidos de votar por Clinton en 2016 al creer en noticias falsas.
"Ley Facebook"
Siguiendo el ejemplo de Malasia y en la búsqueda de restar la amplia cantidad de noticias falsas que se difunden por internet, el Parlamento de Singapur votó en enero a favor de crear un comité centrado en encontrar la mejor manera de abordar el problema de las noticias falsas en línea.
En Europa, la lucha contra las fake news ha tenido un mayor alcance. El gobierno de Francia, por ejemplo, ya presentó a fines de marzo al Parlamento la propuesta sobre una ley que dará a las autoridades el poder de eliminar el contenido falso difundido a través de las redes sociales e incluso bloquear los sitios que lo publican. Además, se exigirá una mayor transparencia financiera para el contenido patrocinado en estas plataformas, hasta cinco meses antes de los períodos electorales.
Alemania ya tiene medidas aprobadas en junio de 2017, que obliga a las plataformas en línea a eliminar publicaciones "obviamente ilegales" en 24 horas o se arriesgan a multas de hasta $50 millones de euros. Es la llamada "ley Facebook".
Para la Red Internacional de Fact-Checking la señal que entregan estos países es positiva, pero lo ven con cautela porque "es muy fácil caer en un exceso de regulación y en la censura". Lo mismo opina la directora de la organización Lie Detectors, que es parte del Grupo de Alto Nivel sobre noticias falsas, que asesora a la Comisión Europea sobre cómo abordar la propagación de la desinformación. "Es un problema muy difícil de atacar porque cada vez que algún gobierno lo intenta combatir, se vuelven vulnerables de caer en la censura, entonces los gobiernos deben tener mucho cuidado cuando dicen qué es lo que se puede decir y qué no", explica a La Tercera Juliane von Reppert-Bismarck. En esa línea, la experta comenta que en los países nórdicos existen iniciativas que buscan educar a las próximas generaciones. Otro ejemplo de ello, sería la alianza que se crearía entre la Unión Europea y la OCDE, que según la directora de Lie Detectors, buscará que el ranking del sistema escolar tenga en cuenta qué tan bien dotados salen los niños del colegio para verificar una fuente y diferenciar la verdad de la ficción.
Brasil, Croacia, Indonesia y una decena de otros países también están preparando y proponiendo estrategias.