Luego del sorpresivo ataque que Hamas realizó el sábado 7 de octubre contra Israel, la atención se centró en Irán, al ser apuntado como un país que respalda al movimiento radical palestino. La amenaza de participar en el conflicto mediante grupos subsidiarios de la región aumenta la tensión en Medio Oriente.
El diario The Wall Street Journal fue el primero que dijo que funcionarios de seguridad iraníes ayudaron a planificar y dieron luz verde para el ataque en una reunión en Beirut, según altos miembros de Hamas e Hizbulá, otro grupo militante respaldado por Irán con sede en Líbano. Sin embargo, esa información fue negada por la República Islámica.
No obstante, el sábado pasado el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, en Qatar, donde discutieron el ataque “y acordaron continuar la cooperación” para lograr los objetivos del grupo, dijo Hamas en un comunicado.
Durante su reunión, Amir-Abdollahian elogió el ataque como una “victoria histórica” que había supuesto un revés para la ocupación israelí del territorio palestino.
Paralelamente a la diplomacia regional de Irán, funcionarios y medios de comunicación de línea dura en Teherán están advirtiendo a Israel de una importante escalada y “muertes masivas” entre sus tropas si Gaza es invadida, según consigna Amwaj, medio británico que cubre Irán, Irak y los países de la Península Arábiga.
Esto se produce cuando la República Islámica insinúa, además, que se pueden tomar medidas “preventivas” si se materializa una incursión terrestre israelí. En este contexto, se lanzó una campaña en línea en Irán pidiendo voluntarios para luchar contra Israel.
Tres días después del ataque de Hamas, el Líder Supremo iraní Alí Jamenei expuso la posición oficial de Irán de que no tuvieron ninguna participación en el ataque. Sin embargo, declaraciones de algunos altos funcionarios iraníes y líderes de los grupos de resistencia palestinos indican que uno de los objetivos del ataque era frustrar la iniciativa estadounidense-saudita-israelí de ampliar la normalización entre Arabia Saudita e Israel, e implementar la solución saudita a la cuestión palestina, y otorgar legitimidad a un programa nuclear saudita. Esto se debe a que esta iniciativa conjunta causaría un daño estratégico a Irán y al eje de resistencia que lidera, indicó el Instituto de Investigación de Medios de Medio Oriente (MEMRI).
“Esta justificación del ataque, tal como la presentan altos funcionarios iraníes y funcionarios de los grupos aliados iraníes fortalece la afirmación de que Irán tuvo algo que ver en el ataque del 7 de octubre contra Israel y que sus aliados están operando en su nombre para promover sus intereses y su objetivo de destruir a Israel”, añadió.
Así, en una entrevista con los medios estatales iraníes a su regreso de una gira regional por Irak, Líbano, Qatar y Siria, el ministro de Relaciones Exteriores iraní advirtió a Israel sobre una posible escalada importante en el futuro.
Amir-Abdollahian afirmó que “cualquier posibilidad es concebible” y que “una expansión de la guerra” resultante de una ofensiva terrestre israelí “cambiará el mapa geográfico del régimen ocupante”.
En llamadas separadas con los ministros de Asuntos Exteriores de Malasia, Pakistán y Túnez, Amir-Abdollahian advirtió además que “el tiempo para soluciones políticas se está acabando y la posible expansión de la guerra a otros frentes se acerca a la etapa inevitable”.
Por otro lado, el comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán advirtió sobre otra onda de choque si Israel no pone fin a las “atrocidades”. “Los choques del frente de resistencia contra los regímenes sionistas (Israel) continuarán hasta que este ‘tumor canceroso’ sea erradicado del mapa mundial”, afirmó Ali Fadavi, citado por Reuters.