El viernes pasado, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, fracasó definitivamente en su esfuerzo por ser nombrado presidente del Gobierno de España. Ahora, el rey Felipe VI empezó los contactos con los partidos políticos presentes en el Congreso, para probablemente designar este martes a Pedro Sánchez (PSOE) “candidato” a la presidencia. El líder socialista tiene hasta el 27 de noviembre como fecha límite para conseguir los apoyos necesarios que le permitan obtener la confianza del Congreso y ser investido de nuevo como jefe del Ejecutivo. En este proceso, los partidos separatistas catalanes juegan un papel crucial.
Con sus votos, tanto Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) como Junts per Catalunya tienen “la llave” que permitiría a Sánchez reeditar su gobierno de coalición, esta vez, de la mano con Sumar. Pero precisamente, mientras Alberto Núñez Feijóo certificaba su fracaso en el Congreso, ambos partidos catalanes reafirmaban su intención de exigirle al líder del PSOE la amnistía a los presos políticos del “procés” de 2017, y la apertura de un proceso que lleve a un referéndum independentista.
Las consultas del rey a los partidos políticos, más que nada una ceremonia que abre dos meses de negociaciones, concluyen este martes. Se prevé que Felipe VI encargue esta vez a Sánchez conseguir una mayoría parlamentaria que le permita la investidura. La amenaza, de fracasar en noviembre, es la repetición de las elecciones generales.
Las condiciones para que ERC y Junts, el partido de Carles Puigdemont, cedan sus votos y permitan la investidura a Sánchez son dos: por un lado, la amnistía a los presos del proceso independentista ilegal de 2017, y por otro, la apertura de un mecanismo que permita un referéndum independentista legal antes de terminar la legislatura.
Ahora bien, las encuestas indican que los votantes españoles, y también socialistas, no se muestran de acuerdo con estos términos: una encuesta de Sigma Dos para el diario El Mundo arrojó que el 61,7% de los españoles prefiere una repetición electoral antes de que Pedro Sánchez ceda a las exigencias de Puigdemont.
Esto, entre el total de los electores: solo entre los que votaron PSOE, el 46% prefiere también la repetición electoral. Esta posición también fue sostenida recientemente por el expresidente socialista Felipe González, que enfatizó en la inviabilidad de las exigencias separatistas: “El PSOE es la única fuerza política que sigue con sus siglas y que formó parte de la redacción de la Constitución. Uno puede defender las ideas que quiera, pero lo que no puede es saltarse la legalidad. La amnistía no es constitucional. No cabe, como no cabe la autodeterminación”.
Solo el 22% de los encuestados prefiere ceder frente al independentismo antes de repetir los comicios, mientras que esa opción crece un poco al interior de los votantes del PSOE, en un 34,5%. El único partido cuyos votantes prefieren ceder al independentismo antes que repetir las elecciones es Sumar, donde el 48,6% de sus votantes se inclina por esa opción.
En esa misma dirección, indica la encuesta, el 53% de los consultados se opone a cualquier tipo de amnistía a los implicados en el “procés” catalán. En tanto, el 23,6% podría aceptarla si se logra que encaje con la Constitución. Ese último número crece considerablemente entre los socialistas: un 46% no pondría objeciones en caso de que la amnistía pudiera cobijarse en la Carta Magna.
Ahora bien, la negociación con los separatistas abre otros temores: una encuesta de NC Report para el diario La Razón muestra que el 70% tiene miedo a que, después de legalizar la amnistía, se produzca otro proceso independentista como el de 2017, cuando Cataluña unilateralmente se intentó separar de España. Incluso en Sumar, uno de los partidos más involucrados en las negociaciones con ERC y Junts, el miedo a una reedición del 2017 llega a un 72,7%.
Este fin de semana, distintos portavoces de los partidos en negociación han mostrado sus cartas: el secretario del Partido Socialista Catalán, rama local del PSOE, Salvador Illa, señaló respecto a un referéndum de autodeterminación: “Sería más que traspasar una línea roja, sería un inmenso error, no reconocer la pluralidad de la sociedad catalana y ahondar en la división”.
Desde Esquerra Republicana de Catalunya, en tanto, empezaron a bajar el tono de sus exigencias. Marta Rovira, secretaria general del partido, aseguró que en miras a ganar los votos de sus diputados en el Congreso, el PSOE debe comprometerse a una “mesa de negociación con garantías para hablar sobre cómo se vota en Cataluña”. Esa condición, sin embargo, estuvo ya y se cumplió después de las negociaciones entre el ERC y el PSOE en 2019.
El columnista Carlos Cue, del diario El País, indica que los límites del PSOE se han visto claros en este último período de negociación: “Amnistía sí, referéndum no”. “El PSOE y Sumar están dispuestos a ser muy generosos con una amnistía completa que cierre el capítulo judicial del ‘procés’, y asumir el costo político que eso supone, con manifestaciones de la derecha y críticas incluso en referentes del PSOE histórico como Felipe González. Pero no tienen ningún margen para explorar ninguna fórmula de referéndum. Por ahí no hay agua, ese camino solo conduce a elecciones, señalan en el gobierno”, considera el periodista.
Ahora bien, considerando la situación excepcional en la que están ERC y Junts, la repetición de elecciones en caso de que Sánchez no pueda formar gobierno podría perjudicarles. Respecto a esa situación, Cue señala: “Es casi imposible mejorarla en unas nuevas elecciones, y muy fácil empeorarla: porque haya suma de la derecha, lo que los volvería irrelevantes, o porque mejore algo el bloque progresista, lo que los haría menos imprescindibles. No solo perderían la posibilidad de una amnistía, también su situación de eje de la balanza nacional”.