En Suiza, cada vez más voces están pidiendo replantearse las políticas contra las drogas, desde que en los últimos tres años se viera un incremento importante de la adicción al crack en Ginebra. Más que el enfoque prohibicionista, se estaría buscando profundizar un paso al “control de daños”, considerando el problema como uno de salud, más que de seguridad.
La Comisión Federal por la Adicción y Prevención de Enfermedades No Comunicables ha estado estudiando el tema, y distintas propuestas, incluso la distribución estatal de cocaína, han sido puestas en la mesa. “Las personas que consumen crack muchas veces al día caen en un círculo vicioso de búsqueda y consumo”, explicó a la SRF Christian Schneider, el vicepresidente de la Comisión.
En tanto, desde el Parlamento de Berna se propuso una ley para vender cocaína de manera controlada. La idea sería ir más allá de la mera represión, y pasar a políticas para tratar a los adictos.
Ginebra ha sido una de las primeras ciudades que sufren una crisis con el crack, y ahora ciudades como Lausanne, Basilea y Zurich están viéndose afectadas. Algunas urbes ya han reaccionado y han creado servicios sanitarios adicionales o todavía tienen previsto hacerlo. La Oficina Federal de Salud Pública también ha convocado mesas redondas con cantones y ciudades.
Según Schneider, Suiza entera se irá afectada durante largo tiempo por esta situación. Por eso mismo, su institución está buscando realizar investigaciones controladas para que los adictos no tengan problemas aún mayores a causa de su adicción.
“Al menos estamos sugiriendo cómo se podría administrar cocaína a los consumidores de crack gravemente adictos, para que puedan romper el círculo vicioso y recuperarse”, comentó Schneider. Entre las opciones, se está pensando en equipos que puedan visitar a los adictos y brindarles atención médica o psicoterapéutica.
La idea aún no pone de acuerdo a toda la comunidad médica. Marc Vogel, especialista en medicina de adicciones de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Basilea, forma parte de un grupo de trabajo que ha recopilado para el gobierno federal estrategias de tratamiento para la adicción al crack y a la cocaína. Al respecto, señaló a Swiss Info: “La pregunta principal es si podemos lograr la saturación para que la gente esté satisfecha. Es al menos muy cuestionable si esto funcionará con la distribución de cocaína”.
En ese sentido, recuerda que la cocaína es mucho más dañina que los opioides, ya que tiene un fuerte efecto sobre el corazón y los vasos sanguíneos, además de poder provocar psicosis. “Surgen muchas preguntas. Los grandes éxitos conseguidos con los sustitutos de la adicción a los opioides no se pueden trasladar a la cocaína”, reconoció.
En tanto, los legisladores de Berna están impulsando una prueba piloto de “venta controlada” de cocaína para uso recreativo, en lo que aseguran sería un enfoque “radical” en la lucha contra las drogas. Se trata de un proyecto del Partido Alternativa de Izquierda al Parlamento de esa ciudad, donde se registran uno de los niveles más altos de consumo de cocaína en el país y en Europa.
“La guerra contra las drogas fracasó y tenemos que buscar nuevas ideas”, explicó la legisladora Eva Chen, una de los impulsoras de la propuesta. Y agregó que “el control y la legalización pueden ser mejores que la mera represión”.
Sin embargo, aclaró que “todavía estamos lejos de una legalización”, pero que eso no debería impedir buscar “nuevos enfoques”. “Por eso pedimos un ensayo piloto supervisado científicamente”, con controles de calidad y campañas de información, explicó la legisladora.
Suiza no sería el primer país con proyectos como estos. En Ohio, Estados Unidos, se despenalizó la posesión de pequeñas dosis de cocaína y heroína, y se legalizó el acceso a hongos. Asimismo, España, Italia y Portugal, no imponen penas de prisión por posesión de drogas como la cocaína. En ese contexto, Suiza está examinando su postura luego de que expertos criticaran las prohibición total por ineficaz.