“Quiero volver a trabajar por los peruanos”, escribió Alberto Fujimori en una carta de puño y letra enviada al periódico peruano El Comercio el pasado 30 de junio, pese a contar con cinco sentencias que van desde casos de corrupción hasta homicidios y cargos tipificados como crímenes de lesa humanidad. La intención del exmandatario se veía venir, sobre todo tras su reciente afiliación al partido Fuerza Popular, fundado por su hija Keiko Fujimori.
También se advertía tras los dichos de Keiko, cuando ese domingo afirmó: “A mí me encantaría que sea (candidato presidencial), pero esa decisión no depende de mí, sino exclusivamente de mi padre. Será primero él quien manifieste una voluntad y serán las instancias partidarias las que ratifiquen una posición de esta naturaleza”.
La posible candidatura presidencial con miras a las elecciones de 2026, tampoco fue descartada por el vocero de la bancada en el Congreso, Miguel Torres. Y, además, su abogado Elio Rojas, señaló en el programa Nunca es Tarde de la emisora Radio Programas del Perú, que el exmandatario se mantiene informado sobre los aconteceres en el país y que, en una eventual candidatura, este tendrá el respaldo de su hija Keiko Fujimori.
Pese a todas las voces, hay incertidumbre sobre si el exgobernante podría postularse oficialmente al cargo. Primero, por los crímenes de lesa humanidad, autoritarismo, paramilitarismo, corrupción y aprobación y ejecución de una campaña de esterilización forzada a mujeres y a hombres, por los que fue acusado durante su mandato en la década entre 1990 y 2000. En 2009 fue condenado a 25 años de cárcel y la Corte Interamericana de Derechos Humanos se mostró en contra de su liberación en numerosas ocasiones, pero Fujimori volvió a la vida política después de haber sido liberado de prisión gracias a un indulto entregado en 2017 por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski.
“Hay versiones diferentes de abogados. La mayoría de casos, dicen que está impedido de postular, porque un indulto te corta tu estancia en la cárcel, pero no los efectos judiciales de la condena. Y él estaría impedido hasta que la condena acabe, todavía le faltarían como seis, siete años. Ahí hay un debate y ese tema debería ir al tribunal constitucional”, comenta a La Tercera Augusto Álvarez Rodrich, analista político, economista y columnista en el diario peruano La República.
“Nosotros tenemos una fórmula en donde, si bien Fujimori ha sido reestablecido de la pena, hay una segunda orden en su sentencia, que es el cumplimiento del dinero que se le exige para resarcir el daño. Entonces, el artículo 69 de nuestro Código Penal extingue ahí el cumplimiento de la pena, pero para que el reo tenga la rehabilitación completa, debe cumplir con una reparación civil por los daños causados”, explica a La Tercera Enzo Elguera, analista político, CEO de la encuestadora Imasolu y especialista en temas electorales.
Si Fujimori logra reunir los fondos y pagar esta reparación, podría “postular tranquilamente” a un cargo público, asegura. Pero también hay incertidumbre sobre si Fujimori puede postularse sin haber pagado la reparación civil, por lo que se requiere un pronunciamiento del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para aclarar la situación, lo que podría generar un gran debate jurídico y legal en el país, según el especialista en temas electorales.
El segundo elemento que añade dudas a la posibilidad de candidatearse es su frágil estado de salud, que ha sido informado por Keiko. De hecho, la carta que envió a El Comercio la redactó desde la UCI de una clínica limeña en la que se encuentra internado tras sufrir una caída que le generó una fractura en la cadera. Si bien su hija anunció que la operación a la cadera concluyó con éxito, aún se desconoce su estado actual y cómo será su recuperación.
“Es una persona bastante mayor, que tiene un cáncer en la lengua, que constantemente se interna en clínicas privadas, que ya no tiene la energía que tenía antes. Difícil que él se vaya a candidatear, pero dejó el mensaje de que está unido a su hija”, dice a La Tercera el abogado, exministro de Defensa y expresidente del Consejo de Ministros de Perú, Ántero Flores-Aráoz.
“Se le ve muy deteriorado. No se le ve en un buen estado de salud. Y no estaría capacitado para hacer una campaña. Pero tampoco para ejercer la presidencia con solvencia. Es alguien que está muy maltratado”, agrega Álvarez Rodrich.
En paralelo, el lunes pasado comenzó un juicio masivo en un tribunal de Lima que involucra a Keiko, la heredera política de la familia Fujimori, por el presunto lavado de millones de dólares durante sus campañas presidenciales fallidas de 2011 y 2016. El famoso caso, conocido como “Cócteles”, involucró a 46 personas y se centró específicamente en su campaña de 2011, que obtuvo aportes ilegales de empresas como Odebrecht y Credicorp, camuflados por los eventos sociales llamados “cócteles”, según sostiene la Fiscalía.
En marzo de 2021, la Fiscalía presentó cargos contra Keiko y su partido, Fuerza Popular, solicitando la disolución y liquidación del partido y de la empresa MVV Bienes Raíces SAC en caso de lograr una sentencia condenatoria. Acusada de liderar la organización criminal que blanqueó alrededor de 17 millones de dólares, Keiko ha negado cometer delito alguno, escribe The Japan Times.
“Mi creencia es que Alberto no va a ser candidato. Y que va a hacer candidata a su hija, con la bendición y la presencia cercana del padre. Que, además, debo hacerte notar que tanto Keiko Fujimori como su padre Alberto Fujimori, si bien son padre e hija, políticamente han sido muy rivales, porque el papá le maltrataba y le erosionaba su candidatura presidencial”, advierte Álvarez Rodrich.
En caso de que Alberto o ella misma inscriban oficialmente una candidatura presidencial, el proceso judicial de Keiko no tendría un impacto negativo significativo en las campañas, coinciden los analistas. “Ya hay una larguísima lista de acusaciones. Una más no creo que cambie mucho el escenario”, señala a La Tercera Luis Jochamowitz, periodista peruano y autor del libro Ciudadano Fujimori, la más completa biografía sobre el exmandatario.
“La verdad es muy agotador seguir de cerca todo este enredo. El juicio oral, por ejemplo, es una antología de por lo menos 10 años de titulares y escándalos y acusaciones. En realidad, es un juicio contra Keiko, sí, pero nominalmente es un juicio contra nuestro sistema legal e incluso contra nuestro sistema electoral porque hay fraudes electorales allí. En el fondo esos son los verdaderos acusados. Es impresionante cómo han demorado tanto, son años de retraso, al final ha caído una luz de acusaciones”, expresa el biógrafo de Alberto Fujimori.
“Este juicio oral ya tiene ocho años en investigación en el Ministerio Público y ya hizo dos campañas electorales con estos juicios. Entonces la gente ya sabe que es una candidata que tiene unos procesos judiciales abiertos y en marcha. Estos problemas judiciales ya los tiene hace tiempo, no es ninguna novedad. Una novedad sería que surgiera durante la campaña o una nueva denuncia”, añade el columnista del diario La República.
A juicio de Ántero Flores-Aráoz, el juicio que empezó este lunes en contra de Keiko “es un contrasentido, no tiene ninguna razón de ser. Porque por los fondos de campaña, las donaciones en exceso las recibió cuando esto no estaba sancionado penalmente. En consecuencia, como la ley no tiene efecto retroactivo, no se podría aplicar”.
El JNE informó que este viernes vencerá el plazo de inscripción para aquellos quienes quieran postular en las elecciones generales de 2026. “Todavía faltan dos años para la siguiente contienda política en el Perú, pero ya se distingue con nitidez el principal bache con el que se tropezará la ciudadanía: una oferta inconmensurable en opciones que no necesariamente garantiza representación y que fraccionará los votos aún más”, escribió el diario El País, citando el resultado de la encuesta más reciente del Instituto de Estudios Peruanos (IEP): si las elecciones se adelantaran, el 82,4% de peruanos no sabría por qué candidato o partido votar.
En una entrevista en abril pasado con el diario Perú21, Jochimowitz señaló: “Me temo que todo estaría puesto para alguien como Antauro. Eso sería de temer realmente”. Consultado por qué cree que el exmilitar, político y líder etnocacerista Antauro Humala podría vencer en las elecciones de 2026, el biógrafo de Fujimori explicó a La Tercera que “si todo está en ruinas y cenizas, el candidato más radical y nihilista parece mejor. Es el fin de los tiempos, todos están mal y llegando al final de algo. (...) Entre dos candidatos malos la gente se ve obligada a votar. Va a votar por algunos de ellos, el que sea”.