La ayuda internacional de emergencia empezó a llegar este martes a una India sumida en una inédita oleada de contagios y muertes por Covid-19, un día después de que Brasil, duramente golpeado también, rechazara importar la vacuna rusa Sputnik V.
Epicentro de la pandemia de coronavirus desde hace días y con una variante local todavía mal identificada, el segundo país más poblado del planeta, solo por detrás de China, registra diariamente un elevado número de contagios y decesos.
El lunes, India registró un récord mundial de 352.991 infecciones y un récord nacional de 2.812 muertes en 24 horas. Este martes, el país comunicó un menor número de muertes en 24 horas, 2.771, aunque todavía en niveles altos.
La situación en India es “más que desgarradora”, declaró el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que suministró equipamiento esencial al país de 1.300 millones de habitantes.
El personal sanitario y los familiares de enfermos buscan desesperadamente oxígeno, ventiladores, camas, camillas. En Delhi, la aglomeración más golpeada, algunos recorren incluso los hospitales en ‘rickshaw’ con sus allegados moribundos.
El primer avión con ayuda médica para India, con 100 ventiladores y 95 concentradores de oxígeno británicos, llegó este martes a Delhi. Londres debe enviar a su antigua colonia hasta 495 concentradores y 140 ventiladores en total.
Estados Unidos prometió enviar compuestos para la producción de vacunas, equipos de protección, pruebas de diagnóstico rápido y ventiladores.
La Unión Europea (UE) se comprometió a facilitar “asistencia” a India. Alemania, Francia y Australia anunciaron por su parte el envío de ayuda de emergencia.
Conexiones aéreas suspendidas
El gobierno del nacionalista hindú Narendra Modi es blanco de críticas desde hace días por su gestión de la crisis. A petición suya, Twitter suprimió decenas de tuits criticándolo.
La variante india del Covid-19 genera todavía interrogantes. La OMS señaló que aún no sabe si la elevada mortalidad se debe a una mayor gravedad de la variante, a la presión sobre el sistema sanitario por el aumento de casos o a ambos.
Esta variante, detectada por el momento en Bélgica, Suiza, Grecia e Italia, aparece cuando varios países de Europa empiezan a suavizar las restricciones o estudian hacerlo en las próximas semanas.
Para evitar su propagación, Australia decidió este martes suspender hasta el 15 de mayo los vuelos procedentes de India, en la línea de decisiones similares de Canadá, Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido o Nueva Zelanda.
Bélgica anunció el cierre de sus fronteras a los viajeros procedentes de India, pero también de Brasil y de Sudáfrica, países donde se registraron otras variantes del virus que ha matado a más de 3,1 millones de personas en el mundo desde diciembre de 2019.
Decisión “política” en Brasil
Tras superar el sábado los mil millones de dosis administradas, las campañas de vacunación siguen su avance en el mundo, provocando disputas entre países y laboratorios sobre las entregas o incluso entre países.
Los fabricantes de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V denunciaron el martes la decisión de las autoridades brasileñas, según ellos “política”, de no autorizar la importación del fármaco.
“Los retrasos de Anvisa [la agencia reguladora sanitaria de Brasil] en la aprobación de Sputnik V son lamentablemente de orden político”, se lee en la cuenta en Twitter de la vacuna rusa.
El regulador de Brasil, el segundo país con más muertos del mundo (391.936), negó la víspera un pedido de varios estados para importar la vacuna rusa por considerar que le faltan datos técnicos para verificar su seguridad y eficacia.
“Jamás permitiremos que millones de brasileños sean expuestos a productos sin la debida comprobación de calidad, seguridad y eficacia”, afirmó Antonio Barra Torres, presidente de Anvisa.
La dirección del regulador siguió la recomendación de sus expertos que constataron “incertidumbres” sobre la vacuna, que ni la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ni la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos (FDA) aprobaron todavía.
En un intento de agilizar sus planes de vacunación, una decena estados del norte y noreste de Brasil firmaron contratos con el Fondo Soberano Ruso, que financió el desarrollo de la Sputnik V, para adquirir más de 30 millones de dosis. El gobierno federal encargó 10 millones.
Estados Unidos, en tanto, proporcionará a otros países 60 millones de dosis de AstraZeneca, según anunció el lunes la Casa Blanca, que ha sido criticada por negarse a exportar la vacuna, que aún no ha sido aprobada en el país.