La batalla de Kursk y el gran botín de Ucrania, un mes después

Militares de Ucrania
La batalla de Kursk, el gran botín de Ucrania, un mes después.

Solo un grupo muy reducido de personas sabía de los planes que el Presidente ucraniano, Volodimyr Zelenskiy, y su alto comandante militar, discutieron en privado. Ambos pretendían llevar a cabo una incursión a la región rusa de Kursk y por eso la planificación se mantuvo en el más estricto secreto: ni siquiera los soldados que fueron trasladados hasta la localidad fronteriza de Sumy pensaban que cruzarían hacia Rusia.

El secreto rindió sus frutos, porque Moscú fue tomada por sorpresa el 6 de agosto pasado, cuando cientos de tropas rusas desorientadas se rindieron. Para Zelensky se trató de un triunfo estratégico, pero también como eventual moneda de cambio para el intercambio de prisioneros de guerra.

Un mes después, las fuerzas ucranianas han señalado que mantienen el control de más de 1.000 kilómetros cuadrados de tierra en Kursk -una cifra que no ha sido confirmada de manera independiente- lo que comprende 100 asentamientos, en su mayoría pequeñas aldeas, pero que incluyen la ciudad de Sudzha, donde vivían 5.000 personas antes del asalto.

La carretera que va de Sumy a la frontera seguía repleta de vehículos militares y los soldados se han desplazado en territorio ruso en todo tipo de vehículos, desde motos hasta tanques. Esto ha logrado levantar la moral y asestar un humillante golpe al Presidente Vladimir Putin.

Ucrania infografía
La ofensiva de Ucrania en territorio ruso.

En el pueblo ruso de Sudzha, en la región de Kursk, según contaron soldados ucranianos al diario The Guardian, “las calles se encuentran casi desiertas y en el aire se percibe un olor pútrido, resultado de la pudrición de los productos bajo el sol de finales de verano. Mucha gente huyó hacia el interior de Rusia al comienzo de la ofensiva, pero los que se quedaron están ahora aislados, sin salida, sin electricidad ni cobertura móvil. Los soldados ucranianos que patrullan las calles son su única fuente de información”.

En los últimos días, el avance de Ucrania parece haberse estancado, pero Rusia tampoco ha logrado recuperar territorio. Kiev dice que no tiene interés en intentar anexionarse territorio ruso, pero por ahora pretende conservar el control de lo que ha tomado.

Sin embargo, pese a lo anterior, las fuerzas del Kremlin intentaban avanzar en el este de Ucrania. El Ejército ruso ha obtenido ganancias territoriales en dirección a la ciudad de Pokrovsk, en la provincia de Donetsk, un centro crucial de suministro y refuerzo para las tropas de primera línea de Ucrania.

Ucrania rodea a las tropas rusas en Kursk y se atrinchera para un largo combate.
Ucrania rodea a las tropas rusas en Kursk y se atrinchera para un largo combate.

Las tropas de Moscú estarían ahora muy cerca de esa ciudad estratégica, informó el lunes la inteligencia militar británica (que estima que se encontrarían a 10 kilómetros), mientras que Zelensky admitió que la situación sobre el terreno era “difícil”.

“Los objetivos rusos no han cambiado”, dijo el mandatario al señalar que el asalto a Pokrovsk comenzó mucho antes de la ofensiva ucraniana sobre Kursk. Para algunos expertos, sus palabras equivalieron a una admisión de que Kiev no había logrado modificar los objetivos de Moscú.

En ese sentido, Putin no perdió tiempo en insistir que la “provocación” de Ucrania ha fracasado, y alardeó de que sus fuerzas estaban avanzando en el Donbas a un ritmo más rápido “en mucho tiempo”.

“Putin se centra en el colapso del Estado ucraniano, que según él automáticamente hará irrelevante cualquier control territorial”, escribió Tatiana Stanovaya, investigadora principal del Centro Carnegie Rusia Eurasia.

Al mismo tiempo, los analistas coinciden en que Ucrania necesitaba una victoria, y también el comandante en jefe del Ejército, Oleksandr Syrsky, que asumió el cargo en febrero, en reemplazo de Valery Zaluzhny.

Un movimiento inesperado

“La ofensiva de Kursk tiene una racionalidad política, no militar. Su propósito es ser una moneda de cambio. Ahora bien, cabe preguntarse de por qué se concibió así, ya que no parece haber indicios de que Putin estuviera en algún momento seriamente dispuesto a negociar. Pero no sabemos mucho sobre los esfuerzos negociadores realizados entre cuerdas. Si los ucranianos tienen la sensación de que Estados Unidos trataría de llevar a Ucrania a un alto el fuego adverso, la operación de Kursk tiene mucho sentido para aumentar la influencia diplomática de Kiev”, explicó a La Tercera, Gustav Gressel, analista del centro de estudios European Council for Foreign Relations.

En conversación con este diario, Margarita Zavadskaya, investigadora rusa del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales (FIIA), señaló que “la incursión de Kursk fue claramente un movimiento inesperado destinado a apoyar al Ejército ucraniano y demostrar su capacidad de ser creativo y eficiente”.

Kursk.
Río en la región rusa de Kursk.

“También puso al descubierto las grietas del sistema de defensa ruso, demostrando que, sin directrices claras desde arriba, el Ejército y la guardia fronteriza son incapaces de realizar ni siquiera las tareas básicas. Las autoridades regionales y locales no consiguieron organizar una evacuación ordenada ni comunicarse eficazmente con la población local. Por no mencionar que las tropas rusas cometieron costosos errores al transportar personas, material militar y vehículos a la línea del frente. El grado de éxito estratégico de esta incursión sigue siendo una incógnita, ya que los rusos han avanzado en Donbass y siguen teniendo ventaja en términos de efectivos”, añadió.

En un artículo publicado en la revista Foreign Policy, el cientista político y académico de la Universidad de Harvard, Stephen Walt, señaló que “la ofensiva ya ha reportado a Kiev algunos beneficios evidentes. Ha dado a la moral ucraniana un impulso muy necesario y ha ayudado a contrarrestar las preocupaciones de que Kiev estaba atrapada en una guerra de desgaste contra un adversario mayor al que no podía derrotar ni sobrevivir. Ha vuelto a poner la guerra en primera plana y ha fortalecido las voces que pedían un mayor apoyo occidental”.

“Ha puesto de manifiesto graves fallas en la inteligencia y la preparación rusas y puede haber puesto en una situación embarazosa a Putin, aunque no hay señales de que la incursión haya reducido su determinación o frenado los avances rusos en el Donbass”, añadió.

Para Gressel, las tropas rusas desplegadas en Kursk no tenían experiencia previa en combate. “Su comunicación fue bloqueada por creativas tácticas de guerra electrónica ucranianas, y sus drones fueron rápidamente retirados del cielo mediante drones interceptores, ataques a la estación de control (que estuvo estacionaria durante meses) y defensa aérea. Eso dejó a los rusos completamente ciegos sobre dónde estaban los ucranianos y hacia dónde se dirigían. La confusión resultante no ayudó a los rusos a organizar una defensa”.

Kursk.
Un soldado ucraniano en medio de la ofensiva de su país contra Rusia.

“Las experimentadas tropas rusas redistribuidas desde el Donbass lo hicieron mucho mejor. Pero conocen el juego. Es por eso que trato de indicar a los ejércitos europeos que sigan de cerca la situación en Ucrania, de lo contrario podrían sorprenderse al encontrarse con un Ejército ya experimentado en esto”, añadió.

“Efecto Kursk”

La ofensiva en Kursk está teniendo lugar en momentos que ambos bandos han perdido muchas tropas y equipos, pero Ucrania ha cedido mucho más territorio. Según informes publicados y citados por distintos medios, Ucrania ha obligado a unos 200.000 rusos a evacuar esa región.

De todos modos, Rusia controla actualmente aproximadamente el 20% de Ucrania y, según se informa, la guerra ha obligado a casi el 35% de la población ucraniana a huir de sus hogares. Incluso si Kiev pudiera conservar el territorio que se ha apoderado recientemente no sería una moneda de cambio tan útil.

La ofensiva de Kursk ha obligado a Rusia a redistribuir las tropas de la línea del frente, ya que antes de la ofensiva de Kursk, “los rusos avanzaban en siete frentes en el Donbass”, dijo a France 24, Huseyn Aliyev, experto en guerra en Ucrania de la Universidad de Glasgow. “Y ahora sólo se trata de Pokrovsk, mientras que algunas tropas de otros lugares están siendo reubicadas en Kursk”.

Estas maniobras sugieren que efectivamente se ha producido un “efecto Kursk” en el Donbass, dijo el portal France 24. El problema para Ucrania es que ese efecto no se está sintiendo donde más importa y un avance ruso en Pokrovsk “podría forzar una retirada ucraniana más amplia en la región de Donetsk”, advirtió a ese medio, Will Kingston-Cox, un experto en Rusia del Equipo Internacional para el Estudio de la Seguridad (ITSS) de Verona, tal es la importancia estratégica de la ciudad.

Pokrovsk, un centro de transporte con una población de 50.000 habitantes antes de la guerra, es “un importante centro de suministro, con varias carreteras y líneas ferroviarias que convergen allí”, dijo al portal Veronika Poniscjakova, experta en seguridad internacional de la U. de Portsmouth.

Soldados ucranianos
Tropas ucranianas en el poblado de Lukyanivka, en las afueras de Kiev. Foto: Reuters.

Si la ciudad cae, “los rusos tendrán el camino abierto hacia Kramatorsk y Sloviansk”, añadió Aliyev. “Rusia está muy interesada en continuar los ataques hacia Pokrovsk y no quitarle recursos de Pokrovsk a Kursk”, dijo a ABC News, Nico Lange, investigador principal del Centro de Análisis de Políticas Europeas con sede en Washington.

“Uno de los objetivos de la operación en la región de Kursk era hacer retroceder a las tropas rusas a su territorio. Ahora ya puedo comunicarlo. Porque redesplegaron allí a unos 60.000 (militares). Retiraron las tropas de aquellos lugares donde nos amenazaban con dificultades porque no teníamos los paquetes de armas prometidos”, dijo Zelensky días atrás. Según el mandatario, en el sector de Pokrovsk ahora la proporción de proyectiles parece ser de 1 a 3.

Para el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, Ucrania estaba en todo su derecho de lanzar su ofensiva sorpresa en la región fronteriza rusa de Kursk como un acto de autodefensa.

La ofensiva también sorprendió a los aliados de Kiev: Stoltenberg reconoció que Ucrania “no había previsto su planificación” con la OTAN y que la alianza militar occidental “no había desempeñado ningún papel”.

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