La planeada boda del príncipe Harry con su prometida Meghan Markle quedó envuelta en la confusión el martes, después de que el padre de la actriz estadounidense dijo a una página web de celebridades que no iba a asistir.
Harry, de 33 años, el nieto de la reina Isabel y el sexto en la línea de sucesión al trono, y Markle, de 36, se casarán el sábado en la Capilla de St. George en el Castillo de Windsor.
Thomas, el padre de Markle, de 73 años, tenía previsto llevar al altar a su hija frente a 600 invitados, entre ellos toda la realeza británica y un grupo de celebridades.
Sin embargo, TMZ reportó el lunes que Thomas había decidido no asistir a la rutilante boda en el castillo, hogar de los monarcas británicos por más de 1.000 años.
El padre dijo al medio que no quería avergonzar a su hija o a la familia real después de reportes de que se tomó fotografías para un paparazzi por dinero. También dijo que había sufrido un ataque al corazón hace una semana.
"Este es un momento profundamente personal para la señorita Markle en los días previos a su boda", dijo en un comunicado el Palacio de Kensington, la oficina de Enrique. "Ella y el príncipe Enrique vuelven a pedir comprensión y respeto para el señor Markle en esta difícil situación".
Una portavoz del príncipe declinó comentar directamente sobre el reporte de TMZ o decir si el padre de Markle asistirá a la boda.
Samantha Markle, la media hermana de la actriz, dijo al programa de televisión Good Morning Britain, que esperaba que él pudiera asistir pero que dependía de su salud. "Realmente estuvo teniendo dolores cardíacos y sufrió un ataque al corazón. Fue una cantidad increíble de estrés", relató.
En tanto, durante esta jornada el padre de Meghan Markle busca la autorización de los médicos que lo atienden de una afección cardíaca para llevar a su hija al altar en su boda con el príncipe Enrique, informó TMZ.
Thomas Markle indicó que fue hospitalizado nuevamente por un fuerte dolor en el pecho después de sufrir un infarto la semana pasada. Sus médicos, dijo, le aseguraron que su corazón estaba "seriamente dañado".
Pero señaló que si los doctores lo autorizan arriesgaría su salud volando a Inglaterra para acompañar a su hija en el castillo de Windsor el sábado.
El futuro suegro del príncipe Enrique ha presionado a los doctores para que le den el alta el miércoles, pero hasta ahora no tiene garantías de que así será.
"Odio la idea de perderme uno de los momentos más grandes de la historia y llevar a mi hija al altar", expresó.
Markle señaló además que perdió una llamada telefónica de su hija el lunes y que luego recibió un texto en el que le decía que lo amaba y que estaba preocupada por su salud.