Oficialmente, no son muchos habitantes. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina, en 2010 residían 59 personas en Villa Mascardi, y esa es la información estatal oficial por el momento. Si bien con el censo de 2022 se espera que el número crezca, la pequeña localidad no cuenta con más de un centenar de personas.
Pero lo que la cifra no contabiliza es la cantidad de personas que desde hace años viven en una toma organizada, según medios transandinos, por la Lof Lafken Winkul Mapu.
Si bien el conflicto se puede rastrear hasta 2017, cuando dos predios de Parques Nacionales fueron “usurpados” y desencadenaron una crisis policial y política con el asesinato de Rafael Nahuel, la chispa volvió a encenderse durante las últimas dos semanas, producto de la toma de alrededor de 40 hectáreas, así como con la quema de una caseta de Gendarmería y la aparente participación de miembros de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM).
La amplificación del conflicto
A unos 45 kilómetros al sur de San Carlos de Bariloche, cerca del límite entre Chile y Argentina, se encuentra Villa Mascardi. La presencia de “usurpaciones” o tomas no es algo fuera de la cotidianidad del lugar desde hace unos años, pero la masificación de estas, así como la presencia de un alto contingente policial, sí es nuevo para el pequeño poblado.
Bien lo sabe Luis Dates, uno de los afectados por lo ocurrido en los últimos meses. Llegó a la zona hace más de 20 años, pero fue recién hace cinco en que pudo concretar su anhelo de vivir allí y logró comprar una casa a un matrimonio cercano a su esposa, detalló el medio Perfil. En ese momento, aún no se desencadenaba la serie de eventos que culminó con la quema de su hogar y la toma del terreno.
“Hay un avance territorial de delincuentes disfrazados de mapuches y estamos desamparados”, dijo el viernes pasado a una radio local. El avance de las tomas y los ataques, explicó Perfil, vendría desde agosto. “Mi casa fue incendiada en su totalidad el 31 de agosto y, a raíz de eso, el gobierno provincial escuchó nuestros reclamos y se dispuso que hubiese un puesto de Gendarmería”, explicó.
Esa caseta, puesta allí para resguardar el resto de las casas en la zona, fue el detonante en la escalada de la violencia. Fue el 25 de septiembre pasado cuando un grupo de número indeterminado incendió y lanzó piedras al puesto de seguridad, hecho condenado por la exministra de Seguridad de Mauricio Macri y actual presidenta del partido Propuesta Republicana (PRO), Patricia Bullrich.
En conversación con La Tercera, la política opositora aseguró que vecinos reconocieron al menos a cinco miembros de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) por sus acentos, información que aún no se comprueba desde el gobierno. También dijo que en el lugar habría estado un chileno exmiembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) buscado por Argentina debido a su participación en el asesinato del sargento ayudante José Eduardo Aigo, muerto de un tiro por la espalda en 2012.
En total serían cerca de 40 las hectáreas “usurpadas”, término que refiere, según la ley argentina, a un delito penal en el que “una o varias personas quite/n la posesión o la tenencia, total o parcial, a otra/s persona/s usando la violencia, amenazas, engaños y/o abusos de confianza. Esto puede suceder invadiendo la vivienda, quedándose en ella o expulsando a quienes la habitaban”.
Fue ese el contexto en que el gobierno de Alberto Fernández intercedió en la situación.
Un desalojo incompleto
La imagen no tenía nada que ver con el día a día de Villa Mascardi. Eran las cuatro de la madrugada y vehículos de guerra cruzaban la carretera que une al poblado con el resto de la provincia de Río Negro. Unos 250 efectivos de la Policía Federal, en conjunto con la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Gendarmería y la Prefectura Naval Argentina, entraron cerca de las 7.30 horas del martes a la comunidad en manos de la Lof Lafken Winkul Mapu. Era un “comando unificado”, como le llamaron las autoridades al grupo.
Horas antes de que arribara el destacamento, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, jugaba al misterio -según la prensa argentina- sobre los planes del gobierno frente a las usurpaciones. “Estamos haciendo algunos movimientos, pero hay que esperar. Vamos a trabajar en función de decisiones judiciales y lo que nosotros entendemos es que tenemos que regularizar esa situación, porque no es la correcta”, dijo al medio TN.
Utilizando armamento considerado por las policías como no letal, donde destacan gases, municiones de salva y perdigones de goma, los efectivos entraron a los predios tomados a través de terreno que pertenece a Parques Nacionales. La resistencia al desalojo se dio especialmente en forma de lanzamiento de piedras hacia el “comando unificado”.
En total, la acción dejó un saldo de al menos 12 detenidos, según Buenos Aires Times: siete mujeres y cinco menores de edad, donde estos últimos fueron puestos en libertad.
Fue el propio ministro Fernández el que dio por finalizado el operativo a través de su cuenta de Twitter. “En el día de la fecha (en referencia al martes) se procedió a dar por terminada la usurpación conocida como Villa Mascardi. Con orden judicial en mano, ingresó la Policía Federal Argentina, con el cometido de cumplir mandato judicial. El ingreso se hizo sin armas letales”, aseguró.
Anteponiéndose a posibles críticas de parte de sus aliados, el jefe de la cartera de Seguridad aseveró que “no ha habido ninguna clase de represión, ni siquiera un rasguño”, y agregó que “las siete mujeres detenidas se encuentran en perfecto estado de salud, en dependencias de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, incluyendo a la señora que cursa un embarazo avanzado”.
Entre las detenidas se encontraba la machi Betiana Colhuan, joven que, según el diario Clarín, aseguró que tuvo una visión de la “posesión ancestral” de esas tierras.
El día después
La acción del gobierno no iba a pasar desapercibida en el mundo mapuche argentino. Ante la noticia de los inminentes desalojos, la delegada del Lof Lafken Winkul Mapu, María Nahuel, aseguró que el territorio tomado “fue usurpado, el Estado nos robó nuestra mapu y por más que nos saquen vamos a volver, siempre vamos a volver a nuestro territorio, yo no les tengo miedo”, detalló el diario La Nación.
A las manifestaciones que iniciaron de forma pacífica, como la de la interrupción momentánea del tren turístico La Trochita por parte de comunidades mapuches de Chubut, se sumaron actos violentos en gran parte de la Patagonia y la zona cordillerana del país vecino.
Este miércoles por la mañana, un grupo intentó incendiar la capilla De la Asunción y la parroquia de Villa La Angostura, informó Clarín. Si bien el fuego no se propagó en los edificios, en ambos lugares dejaron mensajes alusivos al operativo en Villa Mascardi. Al mismo tiempo, la interrupción del tren turístico se prolongó hasta ayer, tomando tintes más violentos cuando iniciaron una barricada en las vías.
Cabe destacar la ausencia de hombres entre los detenidos durante el operativo del martes. Y es que, como detallaron medios transandinos, estos habrían escapado hacia las montañas para refugiarse.
Ante esto, Patricia Bullrich puso en manos del mandatario argentino una eventual retoma del lugar. “Presidente Fernández: ¿Hay algún arreglo oculto? No detuvo a ninguno de los líderes. Solo mujeres y niños. ¿Ahora retira las fuerzas de seguridad y vuelve a dejar a los vecinos indefensos? ¡Usted es directamente responsable de lo que pueda suceder!”, escribió en su cuenta de Twitter.
Remontándose unos años, el problema se puede rastrear hasta 2017, año en que fue asesinado Rafael Nahuel, integrante de la Lof Lafken Winkul Mapu. En dicho año, esta comunidad había usurpado dos predios de Parques Nacionales.
Fue en ese contexto en el que cinco integrantes de la Prefectura Naval Argentina ingresaron a custodiar el lugar. En la actualidad, el imputado principal, el prefecto Francisco Javier Pintos, cuenta con una causa abierta por la investigación de la muerte de Nahuel, el que habría sido asesinado por un tiro en la espalda.
Lo acontecido en Villa Mascardi aún no concluye del todo, considerando la ausencia de quienes son sindicados como los principales líderes de las tomas: Cristian Colhuan, padre de la machi Betiana Colhuan, y Fausto Jones Huala, hermano del lonco y prófugo de la justicia chilena Facundo Jones Huala. Mientras, se espera que continúen manifestaciones a raíz del desalojo incompleto de este martes.