Se preveía una Cumbre de las Américas con significativos encuentros entre los cerca de 20 jefes de Estado que asistirán este viernes y sábado a Lima, Perú. Sin embargo, la mayoría de estas reuniones las iba a protagonizar el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que anunció hoy que se restará de la cita regional ya que le dará prioridad a los acontecimientos que ocurren en Siria.
Para Trump, la cumbre en Lima sería su primer viaje oficial por la región. Además de Perú, su agenda también incluía una escala en Bogotá. "El Presidente permanecerá en EE.UU. para supervisar la respuesta estadounidense a Siria y vigilar los acontecimientos globales", explicó en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. En su reemplazo irá el Vicepresidente Mike Pence.
Los analistas coinciden en que esto es una clara señal de "indiferencia" y de que Latinoamérica no es una prioridad para la Casa Blanca.
"Hasta ahora, Estados Unidos ha sido en gran medida indiferente a la región, excepto cuando la ha utilizado para demostrar el compromiso de Trump con su agenda doméstica en temas como inmigración y comercio. México se ha llevado la peor parte, pero Cuba y Centroamérica también han sido blanco", comenta a La Tercera el presidente emérito de Diálogo Interamericano, Peter Hakim. En esa línea, el experto sostiene que la región "es una prioridad de segundo orden, en el mejor de los casos".
El investigador sobre América Latina de Brookings Institution, Theodore Piccone, además de coincidir con Hakim, asegura que la decisión de Trump también "muestra que tiene poca capacidad para gestionar una política exterior coherente a nivel presidencial".
Según Hakim, el mandatario de EE.UU. podría haber hecho un mayor esfuerzo para demostrar que la región es importante para él, sin embargo, no lo hizo. "Trump podría haber lanzado una declaración que prometía un viaje muy pronto a la región. Pence tendrá la tarea de justificar la ausencia de Trump y defender o revestir con azúcar las políticas agresivas y ampliamente rechazadas de EE.UU.", sostiene.
Los otros líderes
Tras la ausencia de Trump, la cita limeña se quedó sin su principal protagonista, que se suma a la eventual ausencia de Nicolás Maduro. Así, la Cumbre de las Américas no tendrá a sus dos figuras más polémicas.
Perú, durante la gestión de Pedro Pablo Kuczynski, le retiró la invitación al Presidente venezolano, tras lo cual éste insistió en que iría "llueva, truene o relampaguee". Sin embargo, horas después del anuncio de Trump, el propio Maduro comunicó que no asistirá a la cumbre, porque consideró que "es una pérdida de tiempo".
A pesar de que los analistas consideran que ningún otro jefe de Estado podrá resaltar de la manera en que lo hubiese hecho Trump en temas como la crisis en Venezuela, inmigración y comercio, sí habrá otros líderes a los que valdría la pena ponerles atención.
La analista del Wilson Center, Cynthia Arnson, sostiene a La Tercera que la mayoría de los liderazgos de la región son débiles puesto a que son varios los Presidentes salientes, y que por eso Argentina o Chile podrían tomar los liderazgos.
El recién asumido Presidente de Perú, Martín Vizcarra, también podría tener un rol importante, ya que encuentra una oportunidad clave para posicionar su liderazgo al mando de Perú. "Como anfitrión, tendrá mucho tiempo en televisión para poder asumir el papel de un hombre de Estado internacional y un líder regional. La Cumbre debe proyectar a Vizcarra con la imagen de un líder serio, comprometido y prominente", comenta Peter Hakim.
La cumbre sería también la despedida de Raúl Castro, aunque La Habana aún no ha confirmado su participación. Un posible encuentro con Trump era un evento altamente atractivo.
Para Theodore Piccone, la cumbre podría ser una oportunidad para que los jefes de los gobiernos "con mejor desempeño de la región, como Chile, Uruguay, Costa Rica y Colombia, lideren temas como la lucha contra la corrupción y la construcción de sociedades más inclusivas".