Van desde pequeños y aparentemente inofensivos videos de la plataforma TikTok, hasta teorías conspirativas que aparecen como la primera opción del menú cuando se pone la palabra “elección” en el botón de búsqueda de Facebook. La desinformación, el fenómeno que se ha repetido alrededor de todo el globo en las votaciones de los últimos años, también aparece como un factor durante los comicios de medio mandato de este martes en Estados Unidos.
La elección se transformó en una prueba de fuego para los demócratas, donde muchos candidatos que preveían una carrera sin muchas complicaciones, ahora observan cómo las predicciones acortan la distancia con sus rivales republicanos en más de 20 escaños de la Cámara de Representantes, poniendo en riesgo incluso el control de ambas cámaras del Congreso.
El foco en las redes sociales
Instagram, Facebook, YouTube y TikTok. Cuatro de las más importantes redes sociales en la esfera occidental, que durante gran parte del año se consideran como meras aplicaciones de entretención y ocio, en el período cercano a elecciones presidenciales se convierten en un foco de preocupación para académicos y algunos políticos.
El ciclón de material falso ha deambulado en los últimos años por tópicos como migración, delincuencia, salud, geopolítica e incluso en tiroteos escolares. Este año, sin embargo, el foco está puesto en el voto y todo lo que lo rodea. Teorías conspirativas apuntan a un supuesto fraude en el sufragio por correo, además de reportes que hablan de mensajes anónimos amenazando a electores para que se queden en sus hogares son parte del escenario actual.
Si bien las teorías conspirativas forman parte del ecosistema estadounidense desde hace décadas, el paso desde ser grupos menores y marginales hasta encontrarse en el centro de la discusión política ocurrió hace unos pocos años.
Pasando por el Presidente Biden cantando Baby Shark, la popular canción infantil que explotó en YouTube gracias a un deepfake (herramienta que permite usar el rostro de un personaje e “insertarlo” en un video editado), hasta casos más serios de desinformación, como cuando un video intentaba hacer creer mediante el mismo instrumento que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, estaba borracha hablando.
En 2019, inspirado en este último caso, una ley de California hizo ilegal crear o compartir deepfakes engañosos sobre políticos durante los 60 días previos a una elección. Sin embargo, la medida no ha podido frenar la actual ola de desinformaciones que preocupa a funcionarios electorales, quienes han denunciado casos de acoso en el último mes.
“La desinformación va a ser central en estas elecciones de mitad de mandato y central en las elecciones de 2024″, dijo a The Associated Press Bhaskar Chakravorti, el decano de negocios globales en la Escuela Fletcher de la Universidad de Tufts, especializado en el cambio tecnológico y la sociedad. “La única narrativa galvanizadora es que las elecciones de 2020 fueron robadas”, explicó.
Muchos analistas y académicos coinciden en esta mirada, pues se tradujo en la primera vez en la historia estadounidense donde teorías conspirativas de un supuesto fraude electoral masivo tenían repercusiones políticas, legales y sociales a gran escala. Tras la invasión al Capitolio, el 6 de enero de 2021, se concretó una retórica que, hasta ese momento, se mantenía encerrada en podcasts y páginas de internet. Cerca de 60 casos judiciales rechazados después, además del portazo del propio fiscal general del expresidente Donald Trump, el argumento de las elecciones intervenidas reflotó nuevamente.
Dentro de las acusaciones que hasta ahora esgrimen ciertos sectores radicales, destacan una preocupación -hasta la fecha infundada- sobre la seguridad de los votos por correo, donde algunos republicanos anunciaron que retendrán su sufragio hasta el día de las elecciones, según The Associated Press, y de paso atrasando aún más el proceso de recuento; el supuesto voto de no ciudadanos, o personas no aptas para hacer valer ese derecho; personas muertas que aparecen en el registro; urnas que habrían sido movidas y máquinas de votación defectuosas, alegan.
En los últimos meses, Biden ha intentado separar a los que considera miembros del Partido Republicano, y lo que él llama como republicanos MAGA. La sigla hace referencia a la frase Make America Great Again (Haz a Estados Unidos grande otra vez), eslogan utilizado originalmente por el expresidente norteamericano Ronald Reagan (Let’s Make America Great Again), pero que fue renovado por Donald Trump durante su campaña presidencial en 2016.
Según Biden, este sector sería uno de los culpables de lo que denominó el miércoles como un “camino hacia el caos en Estados Unidos”. “No tiene precedentes. Es ilegal. Y es antiamericano”, dijo el mandatario en Union Station, en Washington, a pocas cuadras del lugar en el que en enero de 2021 una turba entró en el Capitolio para intentar impedir la derrota del expresidente Trump.
“Esto ya no es un problema nuevo”, dijo Jon Lloyd, asesor principal de la organización sin fines de lucro Global Witness al ser consultado por The Associated Press sobre el problema de la desinformación en estas elecciones de medio mandato. La institución publicó un informe hace dos semanas, en el que detallaba cómo TikTok no eliminó muchos anuncios que contenían información errónea sobre los comicios. Para Lloyd, estas aplicaciones “siguen sin hacer lo suficiente para detener las amenazas a la democracia”.
¿Quiere esto decir que cualquier sistema electoral es infalible y que es imposible encontrar errores humanos? No. Problemas en esa escala son factibles en un escenario donde millones de votos son registrados, pero la desinformación se cuelga de estos miedos y los profundiza, llevándolos a una escala donde algunas personas lo asocian con posibles fraudes masivos, explicó a la agencia de noticias la investigadora del comportamiento de la Universidad de Duke, Shaye-Ann McDonald.
Según la académica, quien se especializa en estudiar las formas de mejorar la resistencia a la desinformación, los casos más graves se dan cuando ocurre algo que desencadena la ira o el miedo de una persona, lo que motiva a los lectores o espectadores (en el caso de los videos) a reenviar dicho contenido sin darse el tiempo de considerar fríamente la afirmación que subyace a lo que recién vio. “Cuando se lee algo que provoca una fuerte emoción, debería ser una señal de advertencia”, explicó.
Las aplicaciones aseguran que se han preparado ante estos hechos. Meta, propietaria de Instagram y Facebook, afirmó en un comunicado que se han “visto cientos de elecciones en nuestras plataformas en los últimos años y hemos aplicado las lecciones de cada una de ellas para reforzar nuestros preparativos”.
Sin embargo, la evidencia demuestra que el volumen de noticias falsas sobrepasa por mucho esos controles. Al escribir “fraude electoral” en Facebook, la primera sugerencia que aparece es un artículo en el que afirman que trabajadores de un museo infantil de Pennsylvania está convenciendo a niños de que las elecciones son fraudulentas.
La segunda lleva a un sitio llamado MAGA Underground, donde aseguran que los demócratas están planificando una conspiración en las elecciones de medio mandato. “Deberías seguir enfadado como un demonio por el fraude que ocurrió en 2020″, alienta la nota.
“Uno pensaría que ya habrían aprendido”, dijo a The Associated Press Heidi Beirich, fundadora del Proyecto Global contra el Odio y el Extremismo. “Esta no es su primera elección. Esto debería haberse abordado antes de que Trump perdiera en 2020. El daño es bastante profundo en este punto”, reclamó.
Otra medida impulsada por Meta fue la implementación de una ventana emergente que aparecerá cada vez que alguien busque las palabras “fraude electoral” en su plataforma, con acceso directo a sitios web confiables.
TikTok creó un centro electoral a principios de 2022 para ayudar a los votantes a registrarse y saber quién está en su papeleta, así como la adición de una etiqueta cuando contenido que previamente se haya calificado como engañoso aparezca en su pantalla. Medidas que se aplicaron considerando que la aplicación de origen chino se ha convertido en una de las principales fuentes de información para millones de jóvenes votantes.
“TikTok es un lugar para el contenido auténtico y entretenido, por lo que prohibimos y eliminamos la desinformación perjudicial, incluidos los medios sintéticos o manipulados, que están diseñados para engañar a nuestra comunidad”, dijo Ben Rathe, un portavoz de la aplicación a The New York Times.
Elecciones cruciales
Lo que está en juego durante estas elecciones de medio mandato es nada más y nada menos que el posible control tanto de la Cámara de Representantes como el control de ambas cámaras del Congreso de EE.UU. Y candidatos oficialistas que parecían tener una amplia ventaja frente a sus rivales republicanos podrían no ganar la carrera hasta que se contabilicen los últimos sufragios.
Su importancia quedó reflejada en un raro hecho ocurrido durante el fin de semana en Pennsylvania, cuando tanto Biden, el expresidente Barack Obama y Trump coincidieron en un mensaje entregado a los ciudadanos de este estado clave: vayan a votar, dijeron los tres.
La retórica demócrata se ha basado en un enfrentamiento centrado en temas como el derecho al aborto y la amenaza de la democracia por parte de los republicanos, resaltando la figura de “ellos” versus “nosotros”.
Sin embargo, las encuestas muestras que gran parte de las preocupaciones de los ciudadanos norteamericanos se encuentran en tópicos como la inflación y la seguridad. Un sondeo realizado por Reuters/Ipsos entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre demostró que el 69% de los encuestados cree que el país va por un mal camino, frente al 18% que considera que van por el correcto.
Dicha diferencia entre los discursos quedó patentada en las palabras del actual mandatario y sus dos predecesores en Pennsylvania. La victoria de Trump en dicho estado fue crucial para su llegada a la Casa Blanca en 2016, y los tres lo saben. Biden y Obama apuntaron a enmarcar estas elecciones como una batalla por la democracia, mientras que Trump aseguró que la seguridad de Estados Unidos estaba en juego.
“Aquí en Filadelfia (la ciudad más grande de Pennsylvania), un lugar que define el alma de Estados Unidos, hoy enfrentamos un punto de inflexión”, dijo Biden, agregando que un voto por los demócratas sería un voto por la salud de la mujer, el control de armas y la atención médica.
Y Obama advirtió: “La verdad, los hechos, la lógica, la razón y la decencia básica están en la boleta electoral. La democracia misma está en la boleta electoral, hay mucho en juego”.
Trump, desde la otra vereda, afirmó que “si quieres seguridad para tu familia, tienes que expulsar a todos los demócratas de sus cargos”. “Solo hay una opción: si apoyas el declive y la caída de Estados Unidos, debes votar por los demócratas radicales. Si quieres detener la destrucción de nuestro país, debes votar por los republicanos en una ola roja gigante”, insistió.
Incluso cuando se habla de temáticas relevantes para la agenda demócrata, el partido debería vincularlo con las preocupaciones que los votantes demuestran, cree la estratega demócrata en Chicago, Tracy Sefl.
“Han permitido que las ‘cuestiones económicas’ se definan de forma demasiado limitada, repitiendo las preocupaciones sobre los precios de la gasolina y los combustibles, sin centrarse también en las cuestiones económicas a nivel familiar, como el cuidado de los niños y los costos de la educación”, dijo al analizar el desempeño demócrata.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, incógnitas como la posible reestructuración del Congreso de Estados Unidos y el factor de la desinformación y las teorías conspirativas se esclarecerán. Votación que no solo servirá para medir la temperatura política del país en la mitad del mandato de Joe Biden, sino que podría dar pistas de si la infame invasión al Capitolio fue una coyuntura del momento o un síntoma de cambio en la democracia del país norteamericano.