La deuda con los muertos por coronavirus
Los países más afectados ya suman más de 2 mil muertes en sus territorios, lo que supone un problema a la hora de enterrar los cadáveres o incinerarlos. China, Irán e Italia han tenido que buscar formas para adecuarse a esta nueva realidad.
Un italiano de un pueblo en las afueras de Bérgamo tuvo que despedir con un día de diferencia a su padre y a su madre, ambos de más de 80 años, cuando una ambulancia los fue a buscar a su casa. Murieron a los dos días, pero sus cuerpos quedaron retenidos en la morgue del hospital en espera para la cremación. La cantidad de cuerpos que esperan la cremación ha colapsado el sistema y ha generado que muchos cementerios y funerarias se vean completamente sobrepasados de trabajo.
El coronavirus ha matado a más de 10 mil personas a nivel global, en poco más de dos meses. La situación indica que la cifra de fallecidos seguirá aumentando, lo que se traduce en un enorme desafío para los países más afectados por la crisis del Covid-19, como China, Italia e Irán.
En la región de Lombardía, al norte de Italia y la primera en verse afectada tras el explosivo aumento de casos en el país, los cuerpos se comenzaron a amontonar en las morgues. El país sumaba 3.405 fallecidos.
El alcalde de la ciudad de Bérgamo, Giorgio Gori, cerró el cementerio local esta semana por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, garantizó que el mortuorio aún aceptaría ataúdes. Pero muchos de estos habían sido enviados a la Iglesia de Todos los Santos en Bérgamo, donde decenas de ataúdes de madera formaban una fila, a la espera de las cremaciones.
Las calles desiertas de la ciudad en cuarentena difieren con la situación en las iglesias y cementerios, que viven un "colapso" por las víctimas fatales que se acumulan en ataúdes.
“Desafortunadamente, no sabemos dónde colocarlos”, dijo a The New York Times Marco Bergamelli, uno de los sacerdotes de la iglesia. Bergamelli explicó que con cientos de personas muriendo cada día, y con cada cuerpo tomando más de una hora para incinerarse, hay una acumulación de trabajo tremenda. A esto se suma el hecho de que, por la cuarentena, no se permiten ceremonias funerarias.
En Reino Unido, por ejemplo, los dueños de las funerarias están considerando transmitir los entierros por Facebook para las familias de las víctimas. Por ello, se espera que el gobierno británico presente pronto una legislación para ayudar a las funerarias a manejar las miles de muertes que se esperan.
Lo mismo ha ocurrido en China, donde se originó el virus, con 3.249 muertos.
Tras la declaración de cuarentena en Wuhan y en las otras ciudades de Hubei, se emitieron circulares que indicaban que cualquier persona sospechosa de haber muerto por coronavirus debía ser desinfectada y su cuerpo empacado en bolsas especiales. “No se permiten funerales o comidas colectivas”, indicó la orden del 29 de enero.
Algunos testimonios que recogen los medio chinos indican que los trabajadores de los crematorios trabajan hacinados, obligados a obedecer las órdenes de quemar los cuerpos dentro de los 90 minutos desde la llegada del cadáver.
Pese a que la cremación en China ha sido obligatoria durante varios años, con el fin de reducir el espacio dedicado a los cementerios en un contexto de urbanización y tierra cultivable limitada, lo que genera molestia y angustia es la velocidad del procedimiento para estos casos, la falta de información y la prohibición de realizar ceremonias.
El corresponsal de DW Hotspot Asia, William Yang, denunció a fines de enero que China estaría ocultando la cantidad de muertes causadas por el virus. En su denuncia cita al medio Initium Media, el cual entrevistó a personas que trabajaban en centros de cremación locales, y que confirmaron que muchos cadáveres fueron enviados directamente desde los hospitales a estos centros, sin identificar adecuadamente a estos pacientes.
Fosas en Irán
A principios de marzo, imágenes satelitales reveladas por el diario The Washington Post mostraron que el cementerio central de la ciudad iraní de Qom, el área del país más afectada por el brote de coronavirus, estaría construyendo fosas para almacenar la alta cantidad de cadáveres que ha dejado la crisis sanitaria. Ya son 1.433 los fallecidos en Irán.
Las imágenes mostraron dos zanjas desde el 1 de marzo, con más excavaciones después de eso. Las obras habrían comenzado el 21 de febrero, dos días después de que se anunciaran los primeros casos en el país.
La recientes muertes se han alejado de la tradición islámica que dicta que los cuerpos deben ser enterrados rápidamente después de la muerte. Además, los cadáveres se suelen lavar con agua y jabón antes del entierro; sin embargo, dos trabajadores médicos en Qom señalaron a CNN que las precauciones relacionadas con el brote impiden al personal seguir las pautas islámicas tradicionales para el entierro.
Un video mostró decenas de cuerpos envueltos en bolsas negras en una morgue, a la espera de ser enterrados. Un experto anónimo indicó al Post que la construcción de fosas comunes era indicativo de una clara desviación de las prácticas de entierro que se suelen hacer en el país. Las imágenes también mostraron lo que parecía ser una gran pila blanca de cal, que se usa para controlar la descomposición y el olor en las fosas comunes.
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