La discusión sobre el aborto regresa en EE.UU. por Trump y el giro de la Suprema
Desde que llegó a la Casa Blanca, el Presidente ha buscado formas de reducir las opciones para que se practiquen abortos.
El 18 de enero pasado, miles de manifestantes se reunieron en la Explanada Nacional en Washington para pedir que se prohíba el aborto en el país. La Marcha por la Vida tuvo el respaldo del Presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence, quienes destacaron las medidas que ha tomado el gobierno en esa línea, como asegurarse de que las donaciones extranjeras no se realicen a organizaciones que promueven el aborto, así como también nominar a jueces conservadores en las cortes federales.
Es más, en el discurso del Estado de la Unión, del 5 de febrero pasado, Trump pidió al Congreso que prohibiera los abortos tardíos de niños "que puedan sentir dolor en el vientre de la mujer". En una columna, el diario The Washington Post señala que el Presidente ha ido detrás de quienes proveen acceso al procedimiento, mediante peticiones de presupuesto, regulaciones y citaciones judiciales.
Es que desde que asumió la Casa Blanca, Trump ha buscado la forma de reducir las opciones para que se practiquen abortos en el país, algo que se convertirá en un tema de campaña para las elecciones de 2020. Esto provocó gran preocupación entre las organizaciones que respaldan el aborto, las que, incluso, advierten que se podría revertir la ley que lo permite a nivel nacional. "En cualquier momento puede que el Tribunal Supremo decida revocar la histórica sentencia del caso Roe vs. Wade (que legalizó efectivamente el aborto en EE.UU. en 1973). La elección del juez Brett Kavanaugh nos llevó a ese escenario", explicó al diario El País Leana Wen, presidenta de la organización Planned Parenthood.
Si bien la Corte Suprema no tiene planeado resolver sobre ningún caso relacionado con el aborto antes del receso por el verano (boreal), hay dos casos en los que pronto podría decidir si los admite a discusión. Uno de ellos se llama Box versus Planned Parenthood de Indiana y Kentucky. El caso tiene que ver con restricciones sobre el aborto. La primera apunta a que las clínicas abortivas desechen los restos de los fetos de la misma forma que los restos humanos, es decir, mediante el entierro o la cremación. La segunda restricción prohíbe los abortos motivados exclusivamente por raza, sexo o discapacidad del feto y requiere que los doctores informen de esta reglamentación. La corte decidirá el martes si admite o no el caso o si retrasará esa decisión.
Servicios Médicos June vs. Gee es el otro caso, que involucra una restricción de Louisiana. Obliga a los proveedores de servicios de aborto a obtener privilegios quirúrgicos en un hospital a menos de 48 km de sus clínicas.
Para Andrew Hamm, analista del blog Scotus, que se especializa en el Tribunal Supremo, "hay siempre nuevos intentos, especialmente en los estados más republicanos, por aprobar proyectos que restringen el aborto. La confirmación del juez Brett Kavanaugh para reemplazar Anthony Kennedy le dio un nuevo impulso a la causa para derogar Roe versus Wade". "Si en ciertas ocasiones Kennedy votó para derogarlas, Kavanaugh es visto como alguien que más probablemente entregue un voto confiable para mantener tales restricciones", explicó a La Tercera.
"El juez John Roberts es más cambiante en su voto respecto de los casos de aborto. Él se unió a los jueces liberales al bloquear que el caso de Louisiana comenzara a regir. Sin embargo, eso no significa que Roberts finalmente vote para derogar la ley de Louisiana después de que sea revisada completamente por la Corte Suprema", advirtió.
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