“Pedí ser vacunado primero, junto al ministro de Salud Yuli Edelstein, para dar ejemplo y alentarlos a vacunarse”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al recibir el 19 de diciembre la vacuna Pfizer/BioNTech contra el coronavirus, dando así inicio a la campaña nacional de vacunación en su país. Una semana después, Netanyahu se imponía una meta ambiciosa: vacunar al 25% de los casi 9,3 millones de habitantes de Israel en un mes.
Y a pocos días de que se cumpla ese plazo, Netanyahu se encontraba cerca de cumplir su promesa. Según datos del sitio Our World in Data, hasta ayer Israel ya había administrado 2,16 millones de dosis, cifra que lo sitúa como el país con la mayor tasa de vacunación del mundo: 24,98% de su población.
El pasado 26 de diciembre, Netanyahu ya exponía la estrategia del gobierno para alcanzar la ambiciosa meta. “Le dije a los ejecutivos de los laboratorios que nos entreguen las vacunas, ya que nuestro objetivo es vacunar a 150.000 personas cada día a partir de la semana que viene, lo que representará un récord mundial”, aseguró el premier.
Unas 150.000 inyecciones diarias durante 30 días representan 4,5 millones de dosis suministradas, con las que se vacunaría a 2,25 millones de personas, ya que para inmunizarse se necesitan dos inyecciones en tres semanas de intervalo. Esto representaría un 25% de la población israelí, recordó el dirigente del Likud.
Israel, que suma más de 535 mil contagios y 3.910 muertos por el Covid-19, ha dado prioridad en la vacunación a los mayores de 60 años, los trabajadores del sistema de salud y las personas con cuadros clínicos de vulnerabilidad.
Según reflejaron datos preliminares publicados por el Ministerio de Salud de Israel el martes, la aplicación de la primera dosis de la vacuna de Pfizer disminuyó los contagios en un 50% tras 14 días. Sharon Alroy-Preis, directora del departamento de Salud Pública de esa cartera, dijo a Channel 12 News que los datos eran preliminares y se basaban en los resultados de las pruebas de coronavirus entre quienes recibieron la vacuna y quienes no.
El rol de las HMO
“La exitosa campaña de vacunación fue posible a través de tempranas negociaciones de compra con Pfizer y Moderna, la profunda implicación personal de nuestro primer ministro en el proceso de compra y principalmente por el hecho de que Israel tiene una ley de Seguro Nacional de Salud por la cual cada ciudadano tiene que pertenecer a uno de los cuatro Organizaciones de Mantenimiento de Salud (HMO)”, explica a La Tercera Jonathan Halevy, presidente del Centro Médico Shaare Zedek en Jerusalén.
“Esta situación hace que sea bastante fácil contactar a cada ciudadano e invitarlo a vacunarse en un centro comunitario. Las HMO tienen la capacidad logística para administrar una gran cantidad de vacunas diariamente y completar la inoculación de nueve millones de personas en cerca de cuatro meses”, agrega Halevy.
En tanto, para Anshel Pfeffer, periodista del diario Haaretz, entre las claves que explicarían las cifras de vacunación de Israel se cuentan el ser “un país pequeño, una buena logística, una fuerte competencia entre las cuatro mutuales de seguro y un primer ministro en plena carrera electoral”, según comentó en redes sociales.
Además, Israel adaptó las técnicas de distribución y logística de la vacuna. Dado que estas se repartían en cajas de unas 1.000 dosis cada una, lo que dificultó la precisión en el cálculo de envío y causó en algunos casos el desperdicio de las restantes, se subdividió de forma segura los despachos de las dosis de Pfizer, la cual debe almacenarse a -70 °C, indicó Edelstein. Esto significa que se pueden enviar lotes más pequeños de la vacuna a comunidades remotas.
Otros analistas remarcan también el importante papel que tuvo el gobierno previo al comienzo del proceso de inoculación. Este, destacan, consistió en la coordinación de una fuerte campaña de concienciación sobre la eficacia y seguridad de la vacuna, dirigida a la diversidad cultural y religiosa.
Con un juicio de corrupción en su contra y a menos de tres meses de unas elecciones generales en las que Netanyahu se juega su futuro político, muchos analistas insisten en que la veloz campaña de vacunación, es parte íntegra, precisamente, de su campaña electoral.
Según fuentes citadas por Reuters, el gobierno de Netanyahu estaba “pagando alrededor de US$ 30 por dosis, o alrededor del doble del precio en el extranjero”. “No dudará en pagar a las compañías farmacéuticas cualquier precio para asegurar los primeros envíos de la vacuna, ya que su mejor oportunidad de reelección es convertirse en el rostro de la cura de la pandemia”, escribió Pfeffer el pasado 6 de enero en Haaretz.