Las alarmas se encendieron el domingo, cuando, en medio de la guerra entre Hamas e Israel, el grupo fundamentalista islámico publicó un video sin fecha ni ubicación localizable en el que se ve a tres rehenes, Noa Argamani, de 26 años, Yossi Sharabi, de 53, e Itai Svirsky, de 38, hablando en un fondo blanco e instando al primer ministro Benjamin Netanyahu a poner fin al asalto a Gaza, posiblemente bajo coacción. El mensaje, de unos 30 segundos, fue publicado exactos 100 días después de que empezara la guerra, y terminaba con un simple, pero estremecedor texto: “Mañana les informaremos de su destino”.
La promesa se cumplió durante el lunes, pero no de la forma en que los familiares de dos de las víctimas hubieran querido. El brazo armado del grupo palestino Hamas liberó un nuevo video en el que aparentemente se ven dos cadáveres que corresponderían a los hombres del registro previo. Ya es solo Argamani quien queda, y asegura que sus dos compañeros de cautiverio murieron “a causa de nuestros propios ataques aéreos (israelíes)”. El documento audiovisual, del que tampoco se sabe la fecha de grabación ni la locación de la grabación, termina mostrando los supuestos cuerpos de Yossi Sharabi e Itai Svirsky.
Capturados el 7 de octubre, dejan familias que por meses batallaron para su pronta liberación, en un intento infructuoso que termina de la peor manera posible. En Israel niegan toda responsabilidad en la muerte de los rehenes y redoblan la retórica de que, si bien la recuperación de sus compatriotas es una “tarea suprema”, dijo Netanyahu, seguirán luchando por una “victoria total”.
A la fecha, se han liberado 110 rehenes como parte de las breves treguas e intercambio entre ambas partes, mientras que unos 240 palestinos retenidos –varios con procesos judiciales que ni siquiera habían iniciado tras meses detenidos– fueron liberados. Se estima que aún quedan cerca de 130 israelíes en Gaza, a lo que se suman 25 rehenes muertos, donde tres fallecieron producto de un error de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en fuego aliado.
Una pena familiar
Yossi Sharabi no fue el único miembro de su familia en ser capturado la dramática jornada de sábado en que Hamas, de la mano de las Brigadas Al Qassam, invadieron desde la Franja de Gaza el territorio israelí el 7 de octubre. Aquel día, los distintos kibutz que pueblan la frontera suroeste del país sufrieron, junto al festival de música Nova que se celebraba, la peor parte del inesperado e intempestivo asalto.
Junto a Yossi Sharabi, también fue tomado como rehén su hermano Eli Sharabi, de 51 años, desde sus casas en el kibutz Be’eri. La historia familiar tomó relevancia luego de que una sobrina, Shira Matalon, señalara a The New York Post que era posible que el menor de los hermanos posiblemente no supiera que su esposa, Lianne, y sus hijas –Noiya, de 16 años, y Yahel, de 13– fueron “brutalmente asesinadas” en el ataque inicial.
“No creo que Eli sepa que ha perdido a su familia, ahora somos la familia más cercana que tiene”, se lamentó Shira, de 17 años. “Creo en Eli... creo que puede arreglárselas para hacer frente a todo esto y le debemos que le traigamos a casa, para que pueda estar con el resto de su familia, los que quedan”, añadió. Ahora, Eli Sharabi supuestamente también perdió a su hermano Yossi.
Yossi Sharabi y su esposa Nira se conocieron a los 20 años, cuando el primero se fue a trabajar al kibutz junto a Eli. Desde esa fecha, ambas familias echaron raíces en Be’eri, lugar que hicieron su hogar por los últimos 18 años, consignó The Times of Israel. Nira, enfermera de profesión, dirigió durante años la clínica de Be’eri, y recientemente se fue a trabajar a una clínica comunitaria, pues necesitaba un descanso del trabajo ininterrumpido al que estaba expuesta.
Junto a los dos hermanos, también fue capturado Ofir Angel, la pareja de Yuval Sharabi, hija de Yossi. El joven se encontraba de visita en casa de su novia cuando ocurrió el ataque, pues vivía en otro kibutz. “Cuando los terroristas llegaron a nuestra casa, mi padre sujetó la puerta de la sala de seguridad... Oí reír a los terroristas. Nos dijeron que fuéramos al jardín. Le ataron y se lo llevaron”, dijo semanas atrás al diario Haaretz la hija del rehén ahora muerto.
La hija de Yossi conoció a Ofir Angel en una conferencia para adolescentes de distintos kibutz de todo Israel, hace un poco menos de un año. “Hay un gran, gran amor entre ellos”, dijo a The Times of Israel Yael Engel Lichi, tía de Ofir. El joven de 18 años fue uno de los rehenes liberados el 29 de noviembre pasado.
“Mi padre lo es todo para mí. Cada minuto es precioso”, retomó Yuval Sharabi. En la familia, muchos tenían la esperanza de traerlos de regreso con vida, como señaló Sharon Sharabi. “Mi trabajo es traer a mis hermanos a casa”, señaló al mismo medio.
Una visita terrible
Itai Svirsky, de 38 años, era conocido como el “tío”. Soltero, residente de Tel Aviv, una de las grandes metrópolis de Israel, era señalado por sus sobrinos y los hijos de sus amigos como un tío de excelencia. Al igual que los Sharabi, creció en el kibutz Be’eri y era conocido como un hombre tranquilo, modesto y dedicado. Es, también, el segundo rehén aparentemente muerto en el video liberado por las Brigadas Al Qassam.
El fin de semana festivo en que Medio Oriente estalló, Svirsky se encontraba de visita en casa de sus padres, Orit Svirsky y Rafi Svirsky, en el kibutz Be’eri. Orit y Rafi estaban separados, pero vivían uno al lado del otro, y cuando se inició la invasión, Itai se refugió con su madre en una habitación de seguridad, detalló el medio The Times of Israel. Como en muchos otros casos, no fue suficiente.
La última comunicación entre la familia y la madre e hijo se dio a las 10 de la mañana del sábado 7 de octubre. Los cuerpos de ambos padres de Itai, Orit y Rafi, fueron encontrados más tarde, cuando las fuerzas de seguridad llegaron al kibutz.
De origen alemán, el hombre de 38 años, presuntamente asesinado, fue descrito por su prima como una persona “de paz, de amor, de gente. Le encanta hablar de la vida durante horas. Puede seguir y seguir. Es un hombre realmente tranquilo y modesto”, dijo Ofir Weinberg a The Media Line. También reveló que su primo trabajaba como coach emocional, centrándose en mejorar la vida de las personas.
El rostro del terror
Cuando se inició la invasión de Hamas a tierras israelíes y los primeros videos de asesinatos, secuestros y escapes empezaron a esparcirse por la red, uno de ellos impactó especialmente por su crudeza. En él, se veía a una mujer junto a su pareja siendo empujados por milicianos armados, para luego subirla a una motocicleta. “¡No me maten!”, se le escuchaba gritar mientras era separada de su novio, Avinatan Or, quien también fue secuestrado.
Se trataba de Noa Argamani, la, hasta ahora, única sobreviviente del trío de rehenes que los islamistas mostraron en su tanda de videos. En el segundo registro, cuando se da a conocer de la supuesta muerte de sus otros dos compañeros de cautiverio, es ella la encargada de pasar el mensaje que Hamas quiere dar a conocer, en lo que medios israelíes aseguran es una declaración bajo amenaza.
“Me encontraba en un edificio”, parte el video Argamani. “Fue bombardeado por un ataque aéreo de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), un caza F-16. Se dispararon tres cohetes. Dos de los cohetes explotaron y el otro no. Estábamos en el edificio con soldados de Al Qassam y tres rehenes: Yo, Noa Argamani, Itai Svirsky y Yossi Sharabi”, continúa.
“Cuando el edificio en el que estábamos fue alcanzado, todos quedamos sepultados bajo los escombros. Los soldados de Al Qassam salvaron mi vida y la de Itai, por desgracia, no pudimos salvar la de Yossi”, se escucha con un eco editado por Hamas cuando la joven dice que salvaron a su compañero.
“Después de muchos días... dos noches, Itai y yo fuimos trasladados a otro lugar. Mientras nos trasladaban, Itai fue alcanzado por un ataque aéreo de las FDI. No sobrevivió”, prosiguió. “Itai Svirsky y Yossi Sharabi murieron por culpa de nuestros propios ataques aéreos. Detengan esta locura y llévennos a casa con nuestras familias. Mientras estemos vivos, tráigannos a casa”.
La respuesta oficial de Israel llegó de la mano del portavoz militar israelí, Daniel Hagari, quien aseguró que “Itai no fue abatido por nuestras fuerzas. Eso es una mentira de Hamas. El edificio en el que estaban retenidos no era un objetivo y no fue atacado por nuestras fuerzas”, añadiendo que “no atacamos un lugar si sabemos que puede haber rehenes dentro”, consignó Al Jazeera.
El lunes, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, planteó que Hamas estaba intentando ejercer “presión psicológica” sobre las familias de los rehenes, en lo que se puede interpretar como un intento por volcarlas en contra del gobierno de Netanyahu, apuntado por sus críticos como un responsable clave de la inesperada invasión de octubre pasado.
“Hamas ha recibido un duro golpe (militar)”, añadió. “Lo que le queda es tocar un nervio sensible en la sociedad israelí mediante actos de abuso psicológico contra los familiares”, dijo, descartando un alto al fuego.
Gideon Levy, columnista del diario Haaretz que se ha mostrado crítico del manejo político de Benjamin Netanyahu, dijo a Al Jazeera que los videos eran “bastante impactantes”. Y agregó: “Entiendo la guerra ideológica, pero debería haber algunas fronteras”, dijo. “Poner ayer (un video) de ellos vivos y hoy (un video que muestra) lo contrario... debería haber unas fronteras que ni siquiera Hamas debería cruzar. Nada bueno saldrá de ello”.