Pese a la gravedad del asunto, The New York Times reveló este lunes que Johan Floderus, un ciudadano sueco de 33 años, lleva más de 500 días encarcelado en Irán, hecho que ha sido ocultado por las autoridades suecas y de la Unión Europea (UE) por más de un año.
Floderus, quien ha ocupado varios cargos dentro del bloque europeo, forma parte del cuerpo diplomático de la UE, según aseguró el medio neoyorquino, y su detención forma parte de una política iraní calificada como “diplomacia de los rehenes” por el mismo periódico.
No fue el primer viaje del ciudadano sueco a la república islámica que hoy lo mantiene prisionero bajo el cargo de espionaje. Personas familiarizadas con la historia de Floderus dijeron a The New York Times que había visitado previamente Irán, sin problemas, pero bajo el alero de la Unión Europea, cuando trabajaba en el programa de desarrollo del organismo. Esta vez, lo hizo en un viaje turístico privado junto a otros amigos suecos.
Fue en ese contexto en que las autoridades iraníes lo detuvieron el 17 de abril de 2022, en el momento en que planeaba abordar su vuelo de salida de Teherán. De este modo, se unió a la larga lista de personas – muchos de ellos iraníes con doble nacionalidad o extranjeros acusados de falsos delitos, dice el periódico estadounidense – que serían utilizados como moneda de cambio con Occidente, en su búsqueda por palear las presiones económicas de los bloqueos internacionales o intercambiar iraníes detenidos en Europa o Estados Unidos.
Ejemplo de aquello es el acuerdo alcanzado en agosto entre esta última potencia e Irán, donde Washington accedió a liberar 6.000 millones de dólares asociados a ingresos por petróleo, además de ciudadanos iraníes detenidos. En retorno, el país norteamericano vio el retorno de cinco compatriotas retenidos en el país del sur de Asia.
El caso de Floderus, sin embargo, llama la atención por la cantidad de tiempo que lleva retenido, el alto perfil diplomático del afectado y el silencio de las autoridades europeas al respecto. Desde 2019, el sueco trabajó como asesor de la comisaria europea de Migración, Ylva Johansson, para en 2021 unirse al Servicio Europeo de Acción Exterior, el bloque diplomático de la UE, consignó The New York Times.
En un comunicado iraní, publicado en julio del año pasado, las autoridades citan el anterior viaje de Floderus como argumento para calificarlo de “espía”. Seis personas cercanas al afectado dijeron bajo condición de anonimato al periódico neoyorquino que descartaban cualquier implicación en actos de espionaje.
Las relaciones entre Irán y Suecia se han deteriorado por la ejecución este año del ciudadano sueco-iraní Habib Chaab y el encarcelamiento en Suecia del criminal de guerra iraní convicto Hamid Nouri .
En declaraciones posteriores a la exclusiva del diario neoyorquino, la Comisión Europea se negó a confirmar si el ciudadano sueco pertenecía a la UE, consignó EuroNews. “Estamos al corriente y hemos seguido muy de cerca el caso de un ciudadano sueco detenido en Irán”, dijo este lunes Peter Stano, portavoz de la Comisión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
“Estos casos subrayan exactamente la muy preocupante tendencia de los iraníes a utilizar a ciudadanos de la UE o con doble nacionalidad iraní como peones por motivos políticos”, dijo, en línea con lo planteado por el NYT.
En respuesta a los cuestionamientos por el secretismo alrededor del caso, Stano aseguró que “no hacemos comentarios sobre casos individuales por una muy buena razón. Y todas nuestras acciones en tales casos se guían por tener en mente el interés y la seguridad de la persona afectada”.
Desde el ministerio de Asuntos Exteriores sueco reconocieron bajo reserva al medio The National que había un hombre de unos 30 años “privado arbitrariamente de su libertad” en Irán.
