Parte importante de los argentinos no vio afectada su intención de voto para las próximas elecciones de 2023 tras una imagen que dio vuelta al mundo: la de una pistola a centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner. Esa es una de las conclusiones a las que llegó la encuesta Trespuntozero al consultar sobre el efecto del ataque contra la vicepresidenta en sus decisiones políticas, sondeo publicado por el diario trasandino Clarín.
Con una muestra nacional de 1.650 casos tomada el 2 y 3 de septiembre, es decir, a los días siguientes al ataque registrado el 1 de septiembre, uno de los datos relevantes fue la opinión que los encuestados tienen del hecho, así como los conceptos más asociados por detractores y seguidores del kirchnerismo.
Entre las personas que se identifican con el exmandatario Mauricio Macri o el auditor general de la Nación Miguel Ángel Pichetto, palabras como “mentira”, “teatro” y “circo” son las que más se repiten. En la otra vereda, quienes se sienten más cercanos a Cristina Kirchner o el Presidente Alberto Fernández, conceptos como “violencia”, “odio” y “locura” son la tónica, marcando una clara brecha entre ambas posturas.
Los datos duros
Datos que revelaron que incluso dentro de sectores oficialistas hay cierta duda sobre lo ocurrido. Frente a la pregunta “¿Cuál de las siguientes frases se acerca más a su opinión sobre el hecho?”, un 53,6% opina que fue “un hecho inventado usado por Cristina Kirchner para victimizarse”.
Mucho más abajo, con un 30,8% de las respuestas, está la opinión de que fue “un intento de asesinato” en contra de la actual vicepresidenta. Un dato importante rescatado por el sondeo fue la opinión dentro de quienes se consideran parte del gobierno. En ese lugar ideológico, un 24,4% cree que el intento de asesinato fue un “fraude” por parte de la expresidenta de Argentina.
En cuanto a la imagen que los consultados tienen sobre la figura de Cristina Kirchner y una incipiente proyección para las elecciones de 2023, las posturas parecen haberse reafirmado e incluso polarizado, más que haberse generado un cambio en la impresión previa al ataque.
“¿Luego del hecho, la imagen que usted tiene de Cristina Kirchner…?”, fue la consulta del sondeo. Ante esto, los sectores más moderados que respondieron que su opinión “sigue igual de bien” o que “sigue igual de mal” estuvo en el 19,7% y el 16,9% de tasa de respuesta, respectivamente. Sin embargo, en los extremos la situación es diferente, especialmente en la mala opinión de la vicepresidenta. Un 11,2% afirmó que su impresión sobre Kirchner “mejoró”, pero el 45,3% aseguró que “empeoró”.
Al entrar en el mundo kirchnerista, la situación tampoco es positiva para el oficialismo. De quienes dijeron haber votado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, un 62,4% aseguró sentir que su visión se mantuvo “igual de bien” o que esta “mejoró”. Por el otro lado, un 32,3% de los que llevaron al actual gobierno al poder, dijo tener una imagen “igual de mala” que antes del ataque o que esta “empeoró” con lo ocurrido.
Una foto del momento es uno de los conceptos asociados a este tipo de encuestas. En este caso, y a modo de contextualización, la muestra se obtuvo antes de que se diera con fotografías en el celular del presunto atacante, Fernando Sabag Montiel, y su pareja, Brenda Uliarte. En ellas se ve al joven posando junto a la pistola con la que la noche del ataque apuntó a centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner, que datarían de hace al menos un año atrás.
Para la Fiscalía, esta prueba sería clave para defender la tesis de que fue un ataque planificado con antelación. Supuesto al que se le sumaron videos en los que presuntamente se ve a la pareja en las inmediaciones del lugar donde la vicepresidenta habría sido atacada, informó Clarín. Prueba que aún está bajo pericias, pero que acrecentaría la tesis de la premeditación.
Este contexto es clave para entender otra de las preguntas realizadas por Trespuntozero, cuando consultaron: “¿En su opinión el agresor que intentó dispararle a Cristina es…?”. Al respecto, el 42,1% dijo creer que se trataba de “una persona desequilibrada mentalmente”. El segundo grupo mayoritario respondió no saber (30,3%) y el 27,6% afirmó que era “una persona incentivada por los discursos de odio de opositores y periodistas”.
Shila Vilker, quien dirigió el sondeo, afirmó al medio argentino que lo importante de este tipo de consultas es que da un termómetro del momento exacto en el que ocurre el hecho medido. “La toma del dato es ‘en caliente’”, dijo Vilker. “Por eso, su resultado puede leerse como un fenómeno de espontaneísmo mental. Veremos con el correr de los días si estas reacciones iniciales tienden a mantenerse o variar”.
“¿Qué actitud deberían tener los dirigentes opositores frente a este hecho?”, fue otra de las preguntas que buscó clarificar la encuesta, y la respuesta fue una de las pocas favorables para el gobierno. Un 30,5% dijo que deberían repudiar el hecho. Un poco más abajo, el 23,9% cree que los políticos opositores tendrían que “sumarse a una mesa de diálogo con el gobierno”. Ligeramente más abajo se ubican quienes opinan que sus dirigentes deben “denunciar que es un hecho inventado” (23,5%). El resto de la muestra consultada dijo que no debían hacer nada, o expresaron no saber.
Una explicación para los números
Con el fallido intento de homicidio, dos corrientes aparecieron según analistas argentinos: la conspiración para matar a Cristina Kirchner porque la “odian”, o la que dice que fue un montaje con el objetivo de recuperar su popularidad. Ambas, en mayor o menos medida, han tenido que enfrentar datos que las menoscaban, ya sea en esta encuesta o en evidencias que la Fiscalía ha presentado, señala la prensa local.
“El atentado es funcional a Cristina” dijo el portal El Debate citando a numerosos politólogos trasandinos. No le restaban gravedad al asunto, pero leían el hecho político como favorable a la vicepresidenta. Según los datos que Trespuntozero entregó, no sería el caso.
“No toda la sociedad procesó de la misma manera. El ataque a la vicepresidenta, conmoción de gran magnitud, lejos de suscitar repudio unánime en la ciudadanía, tendió a intensificar la grieta y las sospechas entre argentinos, en algunos casos más allá de la palabra de los dirigentes”, dijo a Clarín la analista Shila Vilker.
Elementos como la desaparición de los datos del teléfono incautado por las autoridades (que luego pudieron recuperar a través de la tarjeta SIM, más no del equipo), la ausencia de huellas en el arma o las reacciones de la custodia, explicó Vilker, alientan la “interpretación y las ideas de montaje, farsa, circo”.
Pero también han dado pie a fake news, la mayoría de ellas desmontadas rápidamente por la prensa y autoridades. Una supuesta denuncia a través de internet aseguraba que el canal “C5N cargó la nota sobre el intento de asesinato de Cristina Kirchner hace 5 horas, más de 3 horas antes que de verdad ocurriera. La nota fue cargada a las 18.00 horas y el atentado ocurrió a las 21:37″, reportó Chequeado. Sin embargo, especialistas y personal de Google explicaron al medio que la confusión se debió a un error en la especificación del huso horario, la cual estaba programada para Reino Unido.
No es la única. Desde que el hombre que gatilló frente a la cara de la vicepresidenta es “empleado de (Horacio Rodríguez) Larreta”, el jefe de gobierno porteño y aliado de Macri hasta que el atacante contaba con un Certificado Único de Discapacidad (CUD) entregado por la Junta Evaluadora del municipio de Quilmes eran algunas de las mentiras esparcidas por internet.
Al respecto, Shila Vilker aseguró que “es preocupante. Las teorías conspirativas que se propagan por las redes tienen más adhesión que la información oficial difundida por los canales tradicionales. La dirigencia está, en cierta forma, aislada”, concluyó.