La clave para saber lo qué ocurrió en las dos horas en que el Presidente de Estados Unidos Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin estuvieron reunidos el lunes en Helsinki, está en manos de la única estadounidense presente -además de Trump- en el encuentro bilateral más importante del último tiempo.
Marina Gross es la intérprete de la Casa Blanca que acompañó al Presidente de EE.UU. en la reunión privada. Los demócratas han encontrado en Gross la única puerta de entrada para conocer los supuestos "acuerdos verbales" que habrían alcanzado Trump y Putin, según el embajador ruso en EE.UU., Anatoli Antónov.
La desconfianza del establishment hacia Trump aumentó después de que el mandatario dijera en la conferencia conjunta con Putin que no veía ninguna razón para creer que Rusia tuvo injerencia en las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016, declaraciones de las que luego se retractó.
Por esto legisladores demócratas solicitaron esta semana que la intérprete declare ante un comité del Congreso para que cuente exactamente lo que escuchó en la reunión, o que en alternativa a aquello, entregue la libreta blanca en la que tomó notas durante el encuentro, según se observó en las fotografías de la cita.
"El público estadounidense merece saber si Trump hizo alguna concesión, reveló secretos de seguridad nacional o intentó sacar provecho de la presidencia", señaló el congresista demócrata de Nueva Jersey, Bill Pascrell, en una carta publicada el martes por el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara. Esta misiva fue respaldada por la senadora Jeanne Shaheen, Joe Kennedy III y otros demócratas.
Sin embargo, los republicanos que tienen mayoría en el Congreso votaron el jueves contra la solicitud en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes . "Si empezamos a exigir las notas de los traductores, creo que estamos sentando un precedente que simplemente no es adecuado, a no ser que se haya cometido un crimen", señaló Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones
Exteriores del Senado
A pesar que Corker añadió que no planea exigir a Gross que entregue sus notas no descartó un cambio en el futuro y señaló que los senadores buscarán mayor información sobre el encuentro "por los canales normales", en la audiencia programada para el próximo miércoles con el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Mientras que la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, señaló que no ha recibido ninguna solicitud formal para que Gross declare.
Marina Gross, que trabaja para la Oficina de Servicios Lingüísticos del Departamento de Estado ha mantenido su privacidad y se conocen pocos antecedentes sobre su vida. Según The New York Times, vive en un departamento en Arlington, Virginia. En 2008 acompañó a la primera dama Laura Bush en su visita a Sochi y en 2017 viajó con el entonces secretario de Estado Rex Tillerson a Moscú para una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
No hay precedentes en EE.UU. sobre una citación a algún intérprete para que brinde información sobre una reunión privada entre mandatarios, señaló Harry Obst, exintérprete de la Casa blanca, citado por el diario USA Today.
Los intérpretes, al igual que médicos, abogados y sacerdotes, tienen un código de ética que les prohibe dar información sobre lo que tradujeron o escucharon. Según consigna EFE, las notas de Gross podrían no estar completas, debido a que su labor era traducir la conversación entre los mandatarios y no dejar un registro completo del encuentro.