La junta militar que gobierna Myanmar ha destituido al embajador del país ante la ONU, Kyaw Moe Tun, tras su condena al golpe de Estado del pasado 1 de febrero y su defensa de la líder depuesta, Aung San Suu Kyi.
El embajador participó en una reunión informal en Nueva York el viernes y pidió a la comunidad internacional “adoptar las acciones más contundentes posibles” para forzar la vuelta del poder civil y detener los “actos violentos y brutales” de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes. Así, instó a no reconocer el gobierno militar y sí las elecciones del pasado mes de noviembre, en las que se impuso la Liga Nacional para la Democracia de Suu Kyi.
“No ha seguido las órdenes e instrucciones estatales, ha perpetrado traición, demostrado lealtad” al partido de Suu Kyi y “ha utilizado mal sus poderes como embajador de Myanmar”, ha denunciado el Ministerio de Asuntos Exteriores birmano en un comunicado.
El golpe de Estado ha sido respondido con movilizaciones multitudinarias a favor de la restitución de la democracia pese a las restricciones de las autoridades militares, condenadas mayoritariamente por la comunidad internacional. Este mismo sábado ha habido protestas en Rangún, Mandalay y Monywa, con detenciones y algunos disparos.
Los ministros de Exteriores de la Asociación de Países del Sureste Asiático (ASEAN) podrían reunirse la semana próxima para tratar la situación en Myanmar, según ha informado la agencia de noticias oficial japonesa, Kyodo. Según esta fuente, la mayoría de los diez países que integran la ASEAN han mostrado interés en participar. También estaría invitada la propia Myanmar.
La líder democrática birmana, Suu Kyi, está detenida acusada de importar irregularmente equipos de comunicación tipo walkie-talkie y de incumplir las restricciones impuestas por el coronavirus.