Este domingo, un representante de la Casa Real británica reveló que Sarah Ferguson, de 64 años y duquesa de York, fue diagnosticada con cáncer de piel semanas después de haber anunciado que superó su batalla contra el cáncer de mama. Tras su cirugía reconstructiva por esta última dolencia, a la exesposa del príncipe Andrés le identificaron un melanoma maligno, a partir de la detección de lunares “sospechosos”.

Las pruebas a la duquesa de York, que se realizaron sólo días después de Navidad, revelaron la naturaleza de los lunares. Ferguson fue descrita como de “buen humor” después de la “angustiosa” noticia, que llegó pocos días después de Navidad. Así, invitó a sus seguidores a “ser diligentes” y revisar sus lunares tras su diagnóstico, en un comunicado publicado en su cuenta de Instagram. También elogió a su dermatólogo por detectar el melanoma maligno, una forma agresiva de cáncer de piel.

“La duquesa quiere agradecer a todo el equipo médico que la ha apoyado, en particular a su dermatólogo, cuya vigilancia garantizó que la enfermedad fuera detectada. Ella cree que su experiencia subraya la importancia de comprobar el tamaño, la forma, el color y la textura y la aparición de nuevos lunares que pueden ser un signo de melanoma”, dijo un vocero de la duquesa en un comunicado enviado a distintos medios de comunicación.

La escritora de libros infantiles ha pasado las últimas semanas en Austria recuperándose en la clínica de lujo Mayr, tras pasar Navidad con la Familia Real en Sandringham. Se espera que el cáncer se haya detectado lo suficientemente temprano como para que no tenga más problemas, pero se someterá a más pruebas para determinar si se ha extendido. La hija mayor de la duquesa, la princesa Beatriz, es patrocinadora de la fundación British Skin, que ayuda a los pacientes con cáncer de piel.

Los príncipes de Gales y sus hijos asisten al servicio del día de Navidad en la iglesia de Santa María Magdalena, en la finca de Sandringham, en Inglaterra, el 25 de diciembre de 2023. Foto: Reuters

El diagnóstico de la exesposa del príncipe Andrés -duque de York- es un nuevo problema para la Familia Real, que se ha visto agitada con complicaciones de salud de sus miembros. El 17 de enero se informó que Kate Middleton, de 42 años, había sido operada debido a una problema abdominal. En esa misma jornada, también se hizo público un comunicado en el que se confirmaba que el rey Carlos III iba a someterse a una cirugía para tratar un tumor benigno de próstata.

En un comunicado emanado por el Palacio de Buckingham, se señaló que la esposa del Príncipe Guillermo deseaba disculparse por posponer sus futuros compromisos. “Está ansiosa de reagendar la mayor cantidad posible, lo más pronto posible”, dijo el palacio. También se informó este mismo mes el diagnóstico del Rey Carlos III, de 75 años, a quien le detectaron agrandamiento de la próstata y se someterá a un “procedimiento correctivo”, según informó también el palacio.

La princesa de Gales, Kate Middleton, después de la ceremonia de coronación del Rey Carlos de Gran Bretaña, en Londres, el 6 de mayo de 2023. Foto: Reuters

Adicionalmente, el cáncer de mama de Ferguson se suma a las acusaciones en su contra hechas a principios de mes, tras conocerse que ella y su exesposo se encontraban en la lista de celebridades -publicada a partir de los documentos judiciales- que asistió a las propiedades del fallecido magnate acusado de tráfico de menores, Jeffrey Epstein. Específicamente, visitaron su mansión en Florida “al menos una vez”, según Juan “John” Alessi, quien trabajó en la casa de Epstein en Palm Beach durante la década de 1990 y testificó en 2009 que había visto a Ferguson visitar la casa junto al duque de York, aunque sólo “por un corto tiempo”.

En su testimonio, Alessi dijo que tanto la duquesa como el duque de York eran “amigos” de Epstein y también habían visitado juntos su casa en Florida. Cuando se le preguntó si alguna vez recibieron masajes durante su estancia allí, Alessi afirmó: “El príncipe Andrés sí. Creo que Sarah estuvo allí sólo una vez y por poco tiempo”.

La boda del Príncipe Andrés y Sarah Ferguson el 23 de julio de 1986, en la Abadía de Westminster, en Londres. Foto: Archivo

“No creo que haya dormido allí. No lo recuerdo. Creo que estaba de visita en Wellington y vino a la casa y la conocimos. Pero el príncipe Andrés, sí. El príncipe Andrés pasó semanas con nosotros”, relató Alessi, quien fue el cuidador de la mansión de Epstein en West Palm Beach. Su testimonio se hizo público por primera vez hace años, pero su referencia a Ferguson pasó inadvertida hasta la publicación del torrente de documentos judiciales abiertos en el contexto de la investigación al magnate acusado por delitos sexuales.

La duquesa no ha sido acusada de ningún delito, mientras que Andrés ha negado cualquier mala conducta en relación con Epstein. Los archivos contienen más de 100 menciones al príncipe con acusaciones de agresión sexual que él niega enérgicamente. El diario británico The Independent le pidió comentarios a Ferguson a través de su organización benéfica Sarah’s Trust, aunque no aclara si efectivamente hubo una respuesta.

Jeffrey Epstein aparece en una fotografía tomada para el registro de agresores sexuales de la División de Servicios de Justicia Penal del Estado de Nueva York, el 28 de marzo de 2017. Foto: Reuters

Ferguson, que se divorció de Andrés en 1996 pero se ha mantenido cercana desde entonces, ha sido criticada durante mucho tiempo por su asociación con Epstein, quien le dio una vez 15.000 libras esterlinas para ayudarla a pagar sus deudas, en una transacción que más tarde calificó de “error gigantesco”, según consigna este último medio.

En mayo pasado, el Daily Mail informó que además Ferguson había visitado a Epstein en la ciudad de Nueva York en febrero de 2010, mientras él todavía estaba bajo arresto domiciliario por tener relaciones sexuales con niñas menores de edad.