La inusual ola migratoria de venezolanos hacia Ecuador, Colombia, Brasil y Perú, entre otro países, ha causado estragos en las fronteras y ha llamado la atención de las autoridades internacionales como las Naciones Unidas y la OEA.
Luis Almagro, el secretario general de este último organismo, exhortó a los países que reciben a los ciudadanos venezolanos a que les den un "trato digno" y que se "mantengan abiertas las puertas al pueblo venezolano".
Algunas fronteras se han visto sobrepasadas por la cantidad de personas que intentan ingresar. El sábado en Brasil, se vivió una jornada de violencia entre habitantes de Pacaraima y algunos venezolanos instalados en campamentos improvisados. Hoy, el gobierno resolvió aumentar la cantidad de agentes de seguridad en la localidad y continúa la incertidumbre sobre si se cerrará o no la frontera.
Perú ha otorgado permiso temporal de trabajo a casi 400 mil personas durante los últimos dos años. Sin embargo, a partir del sábado - al igual que Ecuador la semana pasada- pedirá pasaporte a los ciudadanos venezolanos que quieran ingresar al país, lo que marca un cambio en la política de ingreso regular, donde se solicita solamente el documento de identidad.
Cientos de venezolanos han llenado las calles de algunas ciudades fronterizas, esperando abordar un bus hacia su destino. Incluso algunos se han visto obligados a dormir en la carretera Panamericana en Ecuador, entre Tulcan e Ibarra, luego de haber ingresado al país desde Colombia, para luego instalarse allá o continuar su viaje hacia otros países vecinos.
Por su parte, el canciller colombiano, Carlos Holmes explicó que durante la próxima Asamblea Nacional propondrá una respuesta regional para atender el llamado de miles de venezolanos que buscan nuevas oportunidades en otro país.
Su propuesta además incluye un "fondo multilateral de emergencia" para los migrantes. Idea que será estudiada el próximo 17 y 18 de septiembre en Quito junto a 13 países.
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