El representante del Estado de Palestina ante la ONU, Riad Mansur, ha reiterado este domingo su llamado a un alto el fuego en la Franja de Gaza y a tomar medidas por “las atrocidades y el terror” del Ejército de Israel.

“Ignorando a los ‘llamamientos mundiales a un alto el fuego’, a la petición de la Asamblea General de la ONU de una tregua humanitaria seguida del cese de hostilidades y a la solicitud del Consejo de Seguridad de establecer pausas y corredores humanitarios, “Israel sigue su despiadada guerra contra el pueblo palestino (...) las atrocidades y el terror que se están produciendo en la Franja de Gaza son una afrenta a la humanidad que no puede justificarse bajo ningún pretexto”, ha asegurado Mansur en una carta publicada en la cuenta de la misión en la red social X, antes Twitter.

El documento, dirigido al presidente del Consejo de Seguridad, Zhang Jun, pide también la protección de los civiles palestinos, el cese de los traslados forzosos de millones de palestinos que suponen una “Nakba 2023″ y el envío de ayuda humanitaria a gran escala y sin trabas “para poner fin a la devastación generalizada de vidas humanas”.

Mansur ha asegurado que las cifras de las víctimas por los ataques israelíes, situada en 13.000 palestinos muertos, está “subestimada” debido a los miles de desaparecidos que aún se encuentran entre los escombros de los edificios y a los continuos cortes de las comunicaciones en el enclave.

Además, ha recordado a los más de 200 palestinos muertos en Cisjordania desde el 7 de octubre por los ataques del Ejército israelí y de colonos. Esta escalada de la violencia por parte de Israel es consecuencia de un asalto del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que se saldó con 1.200 muertos y 240 rehenes.

“No se trata de legítima defensa, sino de una matanza masiva de civiles inocentes y de la destrucción de una sociedad en violación del Estado de derecho y de toda norma humana, convirtiendo a Gaza en un ‘cementerio’ en el que se está infligiendo una muerte sistemática a civiles inocentes”, reza el comunicado.

Asimismo, el representante palestino ante Naciones Unidas ha hecho hincapié en que no hay lugares seguros en la Franja y que los constantes bombardeos no respetan ni siquiera las escuelas, los hospitales o los edificios de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), cuyos trabajadores muertos en los bombardeos son ya más de un centenar.

En ese sentido, se ha preguntado hasta qué punto estas acciones serán “toleradas”, por lo que ha pedido sancionar a Israel de acuerdo al Derecho Internacional y su “apartheid” contra el pueblo palestino no solo en la Franja de Gaza, sino en los territorios ocupados en Cisjordania y en Jerusalén Este.

Numerosas organizaciones y ONG han denunciado la catastrófica situación en la Franja de Gaza no solo por los ataques israelíes, sino por el bloqueo al que ha sido sometido el enclave; la entrada regular de ayuda humanitaria a través del paso de Rafá, en la frontera con Egipto, sigue siendo insuficiente.

Más de la mitad de los hospitales en el enclave han dejado de funcionar por la falta de combustible y por los consiguientes cortes de energía, lo que ha provocado ya la muerte de decenas de personas que dependían de los cuidados en estos centros.

Según datos de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), en la Franja de Gaza hay más de 1,7 millones de desplazados internos, de los que 900.000 se encuentran en unas 150 instalaciones de la UNRWA.