Israel dijo el martes que gastaría más de mil millones de dólares para ayudar a los drusos en el norte de Israel, en lo que los analistas de seguridad dijeron que era una medida para persuadir al grupo minoritario a que ayude a persuadir a los drusos sirios a rechazar al nuevo gobierno
En lo que parece ser el último intento de mantener las armas del depuesto régimen de Bashar Assad fuera de las manos de grupos que le puedan ser hostiles, Israel ha llevado a cabo nuevos ataques aéreos en la costa de Siria y ataques terrestres en el sur, que, señala, son necesarios para su seguridad y los que han aumentado tensiones con el nuevo gobierno de Damasco.
En los últimos días, el Ejército israelí ha atacado más bases militares en nuevas zonas del sur de Siria para impedir que las armas caigan en manos del nuevo gobierno. Israel dijo el martes que gastaría más de mil millones de dólares para ayudar a los drusos en el norte de Israel, en lo que los analistas de seguridad dijeron que era una medida para persuadir al grupo minoritario a que ayude a convencer a los drusos sirios a rechazar al nuevo gobierno.
Es más, durante la última semana, los líderes israelíes han aumentado aún más las tensiones, denunciando a los nuevos líderes de Siria como un “régimen terrorista del Islam radical”. Esto ocurre, indicó The Financial Times, a pesar de que administración de Ahmed al-Sharaa no ha amenazado ni tomado medidas provocativas contra Israel. Los nuevos líderes han buscado constantemente el diálogo con Occidente y las potencias regionales, afirmando que su objetivo no es crear nuevos conflictos, sino reconstruir y unificar el país después de más de 13 años de guerra civil.
Los drusos de Siria se mantuvieron al margen de la revolución que estalló en 2011 contra Asad, alienados por el liderazgo mayoritariamente islamista de las diversas facciones de la oposición. En 2015, Jabhat al Nusra, el grupo vinculado a Al Qaeda fundado por Sharaa, mató a unos 20 drusos en el norte, en la masacre de Qalb Loze. Tanto Assad como el nuevo Estado, agobiado por las crisis, han permitido en gran medida que los drusos se gobiernen a sí mismos.
La administración de Sharaa, que ha pedido a todas las facciones de Siria que depongan las armas, ha permitido que los drusos de Sweida conserven sus armas. Muchos miembros de la comunidad drusa de Siria han rechazado la promesa de Netanyahu de protegerlos, considerándola una estratagema. “Israel hace estas declaraciones para protegerse”, dijo al diario Financial Times, Yahya al-Hajjar, líder del destacado movimiento druso Rijal al-Karama en Sweida. “Se está interesando en las minorías, como afirma, para beneficiarse de ellas”.
Según The Wall Street Journal, Israel está presionando a las potencias mundiales en torno a la idea de convertir el nuevo Estado que está surgiendo en Siria en un sistema federal de regiones étnicas autónomas, con las zonas fronterizas del sur desmilitarizadas por Israel, una idea que el gobierno de Damasco ha rechazado.
“Una Siria estable sólo puede ser una Siria federal que incluya diferentes autonomías y respete diferentes formas de vida”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, en una reunión de ministros en Bruselas el 24 de febrero.
La visión de Israel corre el riesgo de debilitar y dividir a Siria, y algunos analistas dicen que podría resultar contraproducente.
“Israel tiene un interés legítimo en asegurarse de que no pueda surgir ninguna amenaza contra él desde Siria, pero también tiene interés, al igual que Estados Unidos, en ver si puede afianzarse una transición estable en Siria”, dijo a The Wall Street Journal, Daniel Shapiro, quien fuese embajador estadounidense en Israel durante el gobierno de Obama.
“Si las Fuerzas de Defensa de Israel siguen controlando el territorio sirio e interviniendo agresivamente, es inevitable que Israel se convierta en un tema importante en la política interna siria”, agregó, refiriéndose a las Fuerzas de Defensa de Israel, el Ejército israelí.
Los expertos creen que es poco probable que los nuevos líderes de Siria acepten el poder diluido de un sistema federal, pero Israel ha seguido adelante. En los tres meses transcurridos desde la caída de Assad, Israel ha atacado la infraestructura militar para impedir que las armas cayeran en manos de los nuevos líderes de Siria y sus fuerzas, la Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, debilitando así su capacidad militar.
El presidente interino de Siria, Ahmed al-Shara, emitió el martes en una cumbre árabe en El Cairo la que ha sido considerada su condena más enérgica hasta el momento contra Israel, acusando al país de violar los derechos de los sirios durante décadas. Dijo que Siria sigue comprometida con el acuerdo de alto el fuego con Israel firmado en 1974, un acuerdo que, según Netanyahu, “se vino abajo” tras la caída del régimen de Assad.
Varios países han denunciado la incursión militar israelí en el sur de Siria, y Naciones Unidas dijeron en enero que “la integridad territorial y la unidad de Siria deben ser plenamente restauradas”.
Al-Shara ha dicho en repetidas ocasiones que Siria no busca un conflicto con Israel. En una conferencia de “diálogo nacional” de dos días celebrada la semana pasada en Damasco, que se anunció como el inicio de un proceso para construir un gobierno sirio incluyente, la declaración final rechazó la amenaza de Israel de que no permitiría la presencia de fuerzas armadas sirias en el sur del país.
Israel también está particularmente preocupado por el papel que Turquía está asumiendo en Siria, llevando por primera vez la influencia de su principal rival geopolítico en la región directamente a sus puertas, indicó The Wall Street Journal.
Turquía, el primer país musulmán que reconoció a Israel, es un aliado de Estados Unidos y miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Pero las relaciones entre Israel y Turquía han sido tensas durante mucho tiempo, especialmente desde la guerra en Gaza. Turquía respaldó al movimiento rebelde que derrocó al régimen de Assad en diciembre. Desde entonces, los funcionarios israelíes han expresado desconfianza hacia Sharaa, en parte debido a sus vínculos pasados con Al Qaeda. Israel y Siria han sido enemigos acérrimos desde 1948, cuando Siria fue uno de los primeros países en atacar a Israel después de su creación.