La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desaconsejado el tratamiento con plasma de pacientes convalecientes para los enfermos de COVID-19 porque “no sirve para mejorar la capacidad de supervivencia ni disminuye la necesidad de ventilación asistida”.
Un grupo de expertos internacionales, que trabajan para la OMS, lo han puesto de manifiesto en una publicación en el ‘British Medical Journal’. La terapia consiste en administrar la sangre de personas recuperadas del virus en la recuperación de otras personas.
Según se recoge, los datos actuales, además, han demostrado que el empleo de plasma es “costoso y lento”. Por estos motivos, la organización ha desaconsejado “rotundamente” su uso en pacientes con enfermedades no graves y ha recomendado no usarlo en pacientes con enfermedades graves y críticas.
En el caso de la negativa rotunda, se debe, según explican los investigadores, a que no está justificado el tratamiento farmacológico en pacientes con un bajo riesgo de mortalidad y otros aspectos clínicos.
Asimismo, añaden que, si bien el tratamiento con plasma de pacientes convalecientes no debería utilizarse de forma rutinaria en ningún paciente, independientemente de su gravedad, reconoce que “existe suficiente incertidumbre en los pacientes con enfermedades graves y críticas como para justificar la continuación de los ensayos controlados aleatorios”.
Estas recomendaciones de los expertos se han basado en las evidencias mostradas en 16 ensayos con más de 16.000 pacientes infectados por la COVID-19, de manera leve, grave y crítica.