Naciones Unidas ha afirmado este jueves que “no hay ningún sitio seguro en Gaza” ante los bombardeos del Ejército de Israel tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que dejaron cerca de 1.400 muertos en territorio israelí.
La coordinadora humanitaria de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Lynn Hastings, ha indicado que “las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) siguen notificando a la población de Ciudad de Gaza que los que se queden en sus casas se pondrán a sí mismos en peligro”.
“En algunos casos, las notificaciones piden a la gente que vaya a una zona humanitaria en Al Mauasi. Si bien la ONU es consciente de las referencias a una ‘zona humanitaria en Al Mauasi’, Naciones Unidas pretende entregar ayuda a la gente en situación de necesidad allá donde se encuentre”.
Así, Hastings ha subrayado en un comunicado publicado por su oficina que “para las personas que no pueden evacuar, porque no tienen dónde ir o porque no pueden moverse, las advertencias por adelantado no suponen ninguna diferencia”.
“Cuando las rutas de evacuación son bombardeadas, cuando la gente en norte y sur queda atrapada por las hostilidades, cuando los bienes esenciales para la supervivencia escasean y cuando no hay garantías de retorno, la gente hace frente a opciones imposibles”, ha lamentado.
En este sentido, ha hecho hincapié en que “los conflictos armados, en cualquier lugar, están regidos por el Derecho Internacional Humanitario, lo que significa que los civiles deben ser protegidos y contar con productos esencial para sobrevivir, allá donde estén y ya elijan irse o quedarse”.
“Eso también significa que todos los rehenes, todos los rehenes, deben ser liberados, de forma inmediata e incondicional”, ha zanjado Hastings, en referencia a las cerca de 220 personas que Hamás y otros grupos palestinos secuestraron durante sus ataques del 7 de octubre, trasladadas a la fuerza a la Franja de Gaza.
Las autoridades de la Franja, controlada por el grupo islamista, han denunciado hasta ahora más de 6.500 muertos, entre ellos cerca de 2.700 niños, a los que se suman más de cien palestinos muertos en operaciones de las fuerzas israelíes y ataques de colonos en Cisjordania.