El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció hoy miércoles que la próxima cumbre de la Alianza se celebrará en Londres en diciembre, para conmemorar el 70º aniversario de la organización.
"La próxima reunión de los jefes de Estado y de gobierno de la OTAN tendrá lugar en Londres en diciembre. Es el marco ideal para conmemorar los 70 años de cooperación transatlántica", tuiteó Stoltenberg, recordando que Londres fue la primera sede de la Alianza en 1949.
La próxima reunión de mandatarios, que sucede a la celebrada en la sede de la Alianza en Bruselas en julio de 2018, llega en un contexto de persistente tensión con el presidente estadounidense, Donald Trump, por sus reiteradas críticas a sus aliados.
En enero, Trump reiteró su visión de que los aliados se aprovechaban desde hacía décadas del paraguas de seguridad estadounidense y que su tarea era poner fin a esa situación. "No podemos ser considerados tontos", señaló.
La cumbre tendrá lugar varios meses después de la retirada de Reino Unido de la Unión Europea, prevista a finales de marzo, y de una reunión el 4 de abril de los cancilleres de la OTAN en Washington para conmemorar la firma del Tratado del Atlántico Norte.
La cumbre de Londres "será una oportunidad para (...) abordar los retos de seguridad a los que nos enfrentamos ahora y en el futuro y para garantizar que la OTAN continúe adaptándose para mantener a salvo" a millones de personas, dijo Stoltenberg.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte nació en 1949, cuatro años después del final de la Segunda Guerra Mundial que devastó el continente europeo, con el objetivo de favorecer "el bienestar y la estabilidad" en esta región situada al norte del Trópico de Cáncer.
De los 12 países fundadores, entre ellos Canadá y Estados Unidos, la OTAN pasó en 2017 a 29 miembros con la entrada de Montenegro en virtud del artículo 10 del Tratado de Washington que permite la membresía "a cualquier otro Estado europeo" en condiciones de "contribuir a la seguridad en la región".
Aunque su misión en las principales décadas fue contrarrestar la influencia de la Unión Soviética, desde su desintegración en 1991, la Alianza Atlántica decidió salir más allá de su región inmediata y colaborar con otros socios, una visión confirmada en su cumbre de Lisboa en 2010.