España anunció hoy que reabrirá las puertas al turismo extranjero a partir de julio, mientras que las playas del sur de Europa se llenaban de cautos visitantes tras largos meses de confinamiento, todo un contraste con la imparable crecida de la pandemia en América Latina.
Los europeos redescubrían poco a poco los placeres de un paseo o un baño, aunque bajo vigilancia. El continente, que llegó hoy a 2 millones de contagiados, sigue siendo el más enlutado por esta pandemia histórica, con más de 173.000 decesos.
“Lo más duro ha pasado (...). La gran ola de la pandemia ha sido superada”, aseguró el jefe del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez. La cifra media de decesos y contagios, excepto algún rebrote, ha bajado de forma evidente en las últimas dos semanas en España, el cuarto país en número de muertos (28.628) en el mundo, después de Estados Unidos, Reino Unido e Italia. En las últimas 24 horas, España registró 48 fallecidos por Covid-19 y 361 nuevos contagios.
Un dato clave: la transmisión del coronavirus bajó a 0,20, según explicó Sánchez, es decir, ni siquiera se transmite de persona a persona (1 a 1) en estos momentos. Un logro para un coronavirus muy contagioso, que podría rebrotar en una segunda oleada, según algunos científicos.
Por ello, las precauciones siguen siendo de rigor en Europa. Después de Grecia y Francia, el gobierno italiano autorizó hoy a sus ciudadanos a acudir a las playas, pero solamente para pasear o bañarse, sin poder tomar el sol en la arena.
“Estaba tan emocionada, extrañaba tanto el mar. Respirar un poco de yodo, poner los pies en la arena, en el agua, comer un pequeño plato de espaguetis. Es suficiente para mí”, comentaba sonriente Arianna Tucci. Chipre también abrió sus playas, con límites de distancia entre los bañistas.
“A partir de julio se reanudará la entrada del turismo extranjero en España en condiciones de seguridad”, declaró Sánchez, que también anunció la vuelta de la Liga de fútbol el 8 de junio. Madrid y Barcelona podrán desde el lunes reabrir terrazas de bares, museos y hoteles.
Pero políticamente, el gobierno español sale debilitado de esta primera fase de desconfinamiento. Miles de personas, convocadas por el partido de extrema derecha Vox, salieron a las calles de Madrid y de decenas de ciudades, en vehículos para no vulnerar el estado de alarma, con el ánimo exaltado ante la gestión de la crisis.
La crisis económica ya es de hecho una realidad en Europa, que como el resto del mundo espera una recesión gigantesca.
Mientras, en América Latina los retumbes de este terremoto sanitario siguen estremeciendo a todos los países.