La madrugada del 7 de julio de 2016, cinco hombres violaron a una joven de 18 años en Pamplona, una ciudad del norte de España, durante la fiesta de los Sanfermines, tal como constató en su momento la víctima, la fiscalía y la prensa en España. Después de casi dos años, los jóvenes, conocidos como "La Manada", fueron hoy condenados a nueve años de prisión por un delito continuado de abuso sexual, pero no por violación y agresión como pedían la parte acusatoria.
Antonio Manuel Guerrero Escudero, Jesús Escudero, José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo y Ángel Boza son los cinco integrantes de La Manada, conocidos así por el nombre del grupo de WhatsApp que compartían. Los cinco hombres, todos ciudadanos españoles de entre 27 y 30 años de edad, eran amigos que viajaron a Pamplona para disfrutar de la Fiesta de San Fermín en julio de 2016. Uno de los acusados es miembro de la Guardia Civil -actualmente suspendido- y otro era militar. Varios de ellos eran ultras del Sevilla FC.
Esa noche, La Manada deambulaba después de un día de fiesta por las calles de Pamplona cuando se encontraron a la joven en una plaza de la localidad. Según testimonios ofrecidos en el juicio, los hombres ofrecieron escoltar a la mujer a su auto, pero en lugar de ello la llevaron a un edificio donde grabaron un video con sus teléfonos de la agresión sexual. En total hicieron siete videos que suman 96 segundos. Después de ello, le robaron su celular y la abandonaron. Desde el encuentro en la plaza hasta la salida de La Manada por el portal del edificio donde ocurrieron los hechos pasaron 40 minutos.
Sobre las 03:00, una pareja encontró a la víctima en un banco de la calle llorando y llamó a la policía. La joven cursó la denuncia en ese instante. Horas después, sobre las 10:00, la policía detenía a los cinco integrantes de La Manada acusados de violación múltiple y se decretó para los cinco prisión provisional y sin fianza.
De acuerdo con el informe policial, la actitud de la víctima durante la escena fue "pasiva o neutral". Asimismo, agrega el informe, mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo. Por ello, 21 meses después de la noche de los hechos, el Tribunal optó por declararlos culpables de abuso sexual, un delito que según el Código Penal español no incluye "violencia e intimidación". Así, los jueces descartaron la violación, que supone más de 22 años de cárcel, en la lectura de la sentencia transmitida en vivo por la televisión.
Sin embargo, los jueces reconocieron que no hubo consentimiento en el caso porque los hombres tenían una superioridad manifiesta que coartó la libertad de la víctima.
La ausencia de violencia, que no aprecia el tribunal, es la clave que explica que los jueces hayan condenado a los procesados por abusos, pero no por haber violado la joven.
El juez ordenó también que queden cinco años en libertad vigilada una vez que salgan de la cárcel y les impuso una orden de alejamiento respecto de la joven, a quien deberán indemnizar con 50.000 euros. Sin embargo, la parte acusatoria apelará la sentencia, que consideran "decepcionante".
El fallo provocó la indignación de los colectivos feministas que se reunieron hoy en las puertas de la Audiencia en Navarra. Un mar humano mostró su rechazo al grito de "No es abuso, es violación", además de cientos de mensajes en las redes sociales con las etiqueta #EstaEsNuestraManada, #YoSiTeCreo, o #NoEsNo. En otras ciudades del país, decenas de miles de personas salieron a las calles mientras que en la plataforma Change.org más de 200.000 apoyaban la petición de inhabilitación para los magistrados que dictaron la sentencia.