Le pasó al Presidente Jamil Mahuad en el año 2000, cuando cientos de miles de indígenas -apoyados por un grupo de oficiales de las FFAA- derribaron su gobierno, cuestionado por su política económica. También a Gustavo Noboa, el sucesor de Mahuad, que fue puesto en jaque por este sector, que representa a más del 70% de la sociedad en Ecuador. También los indígenas y un grupo de militares de rangos medios fueron clave, pero en el sentido contrario, para llevar al poder al excoronel Lucio Gutiérrez (2003-2005), aunque luego contribuyeron para su caída. Posteriormente, vino la breve gestión de Alfredo Palacio (2005-2007), que enfrentó una rebelión indígena por un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, mientras que las aguas se tranquilizaron recién durante la década en la que Rafael Correa (2007-2017) gobernó el país. Pero ahora Ecuador ha vuelto a enfrentar un "levantamiento indígena", esta vez contra el Presidente Lenín Moreno y con los métodos tradicionales: bloqueo de carreteras en la sierra, masivas manifestaciones en Quito y tomas de instituciones, tal como ocurrió este martes con la Asamblea Nacional.
La rebelión contra Moreno -que ha dejado dos muertos, 676 detenidos y 87 policías heridos- tiene su origen en el retiro del subsidio estatal a los combustibles, medida que busca ordenar las finanzas del país y ahorrar hasta US$ 1.400 millones. Esto provocó un alza de 123% en el diésel. La situación era tan crítica, que el gobierno debió trasladar la sede del Ejecutivo a Guayaquil, suspender las clases y decretar estado de excepción por 60 días.
Pero los indígenas, que este miércoles esperan concretar una gran marcha en pleno centro de Quito, han advertido que no dejarán la calle hasta que Moreno sepulte la medida. "¡Fuera Moreno!", gritaron los detractores del gobierno, que se tomaron la sede del Parlamento y luego fueron desalojados.
El gobierno ha denunciado una excesiva violencia y un "intento de golpe" de Correa con la complicidad de Nicolás Maduro. "El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización", denunció Moreno, que durante la gestión correísta ejerció como Vicepresidente, pero una vez en el Palacio de Carondelet, se enemistaron. Sin embargo, en las últimas horas el Mandatario ha intentado bajar el tono. "Hay diálogo para los hermanos indígenas que lastimosamente tienen necesidades, y en eso estamos completamente de acuerdo", afirmó.
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El Presidente ecuatoriano, Lenín Moreno se dirige acompañado por el vicepresidente, Otto Sonneholzner (i); y el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín (d), a la nación en un mensaje por cadena nacional en Guayaquil. FOTO: EFE[/caption]
Correa, por su parte, dijo: "Dicen que soy tan poderoso que desde Bruselas con un iPhone podría dirigir manifestaciones (…) están mintiendo". Al mismo tiempo, los indígenas -que esta noche marchan hacia el Palacio de Carondelet- se desmarcaron del Correa.
Siete países de la región (Perú, Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y Paraguay) se cuadraron con el discurso de Moreno y criticaron directamente a Maduro. Chile, por su parte, rechazó "cualquier acción foránea".
El alza del precio de los combustibles funciona como dinamita en América Latina. Pasó en 1989 con el "Caracazo" en Venezuela, cuando el gobierno de Carlos Andrés Pérez anunció una serie de medidas económicas, entre estas un alza del 100% en el precio de la gasolina; en 2005 en Bolivia, cuando Carlos Mesa debió renunciar tras la polémica Ley de Hidrocarburos y movilizaciones de indígenas y campesinos liderados por Evo Morales; en 2010 contra el propio mandatario boliviano por un alza del 83% del precio de los combustibles y en 2017 con el gobierno del mexicano Enrique Peña Nieto luego de una abrupta subida de la gasolina.